DE URIBESTIAS A PETROBESTIAS

DE URIBESTIAS A PETROBESTIAS

Eligio Palacio Roldán

Si los Uribestias eran malos, los Petrobestias son perversos.

Hace ya más de veinte años se acuñó en Colombia el término Uribestia para nombrar a los defensores a ultranza del gobierno del hoy expresidente Uribe.  Estos sujetos actuaban más allá de la razón y se dejaban llevar por el magnetismo del personaje que ocasionaba más de un desmayo con su presencia. Le perdonaban los abusos en sus formas de actuar, la concentración del poder en sus manos, las fallas de su gobierno, la corrupción como instrumento para hacerse reelegir, lo bochornoso de espiar a la oposición y dramas tan graves como los falsos positivos, entre otros.

Se pensaría que con el pasar de los días los Uribestias fueran cosa del pasado, pero no es así, es más, crecen con cada desacierto de la izquierda en el poder. Además, como dice Serrat en una de sus canciones, que traigo a colación con bastante frecuencia, “los recuerdos son cada vez más dulces” y más cuando esos recuerdos son buenos y se convierten en añoranzas comparados con la situación actual del país y de los colombianos. Por otro lado, los enemigos de Uribe lo han tenido en las primeras páginas de la actualidad nacional impidiendo que quede en un segundo plano, tan solo un recuerdo en la vida cotidiana de la nación.

A pesar de que los Uribestias, no solo siguen vivos, sino que se reproducen a gran escala, se hizo visible en la historia nacional otra especie quizás más radical que la anterior, la de los Petrobestias. Estos especímenes, casi todos de origen izquierdista, perdieron la memoria selectivamente e hicieron a un lado los principios por los que dijeron luchar toda su vida, de un momento a otro se hicieron las de la vista gorda ante hechos de corrupción y violencia que antes criticaban airadamente.

Nada dicen por ejemplo de escándalos como los de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD,   del incremento de la violencia en campos y ciudades por las concesiones a grupos delincuenciales y guerrillas, de la ineficiencia y el caos de la administración pública propiciada desde la presidencia de la república, de la manipulación del pueblo explotando sus necesidades básicas para participar en manifestaciones pagas, de la ineficiencia en la ejecución presupuestal y de la crisis en la atención en la salud de los colombianos sin precedentes en nuestra historia.

Y cuando se les cuestiona sobre la grave situación del país sacan un as bajo la manga, bastante extraño: que hay que darse la oportunidad de pensar diferente. Como si pensar diferente fuera aceptar alegremente las penurias económicas de sistemas políticos como los de Venezuela, Nicaragua o Cuba, como si pensando diferente se dejara de tener hambre,  o se pudieran dejar de lado las enfermedades sin tratamientos, sin la atención adecuada o como en Cuba acudiendo a los remedios caseros para calmar los síntomas, como si pensar diferente fuera aceptar los sobornos de la delincuencia o el entramado de la distribución de drogas ilícitas en el país, o los asaltos en las calles de las ciudades o en los caminos de nuestros pueblos.  Y cuando se cuestiona la corrupción galopante de este gobierno salen con otra perla, quizás peor: que todos los gobiernos han robado y que es su oportunidad.

La verdad, que tristeza ver a los críticos de otros días, con pensamientos razonados, lógicos, prisioneros del sectarismo. Ciegos, sordos y mudos. Carentes de la capacidad para dilucidar, ahora, lo bueno y lo malo.

Si los Uribestias eran malos, los Petrobestias son perversos.

ANTES DEL FIN

Da grima repasar las opiniones lúcidas, de años anteriores al gobierno Petro, de algunos de los líderes de opinión en Colombia, periodistas, artistas, políticos, economistas, hoy callados o diciendo estupideces.

La Dian Medellín, donde se desarrolló toda mi vida laboral, ha tenido en el último año tres directores de impuestos y cuatro de aduanas. ¿Si habrán podido, al menos, tener el tiempo de ubicarse en el lugar en que trabajaron? ¿Qué resultados de gestión habrán obtenido? Es solo un ejemplo de cómo ha funcionado este gobierno en tres largos años de la historia de Colombia.

Sin mayor éxito en sintonía, la novela La Venganza de Analía, es una muestra de la perversidad en la política. Recomendada para los incautos nuestros de cada día.

Un comentario sobre “DE URIBESTIAS A PETROBESTIAS

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  1. Absolutamente de acuerdo, este gobierno y su seguito han generado un caos y todo lo que han tocado,así sirva lo acaba, por su nivel de ideologización y radicalismo pero esa es la característica de este socialismo, por eso debemos orar mucho por nuestro país.

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