UN ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL O AL MENOS UN FRENTE NACIONAL.

UN ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL O AL MENOS UN FRENTE NACIONAL.

Eligio Palacio Roldán

Había una vez un país completamente dividido. Dividido en la político y esa división generaba violencia en campos y ciudades, se hablaba de asesinatos, de muchos muertos, de las desigualdades entre los habitantes de la región, de desplazamientos masivos hacia las ciudades, de un gobierno sectario, de la pérdida de esperanza, de rabia y miedo.

La división, fundada en un sectarismo recalcitrante, era tan grande que acababa hasta con la unidad familiar y qué no decir de la terminación de relaciones económicas, sentimentales o de amistad por autocensura, por discusiones subjetivas, o por la imposición de los diferentes grupos de poder.

Se podría pensar que se está hablando de la Colombia actual, pero no es así. Se describe el país de mediados del siglo XX, cuando la nación atravesaba una situación similar a la de hoy pero sin escenarios tan graves como los de este momento; en ese entonces, eran inimaginables el narcotráfico, el microtráfico que ha generado desplazamientos internos en las ciudades, la delincuencia común, el atraco de cada día, y unas redes sociales disponibles para manipular y enardecer los ánimos de la población. Era poco conocida o menos generalizada la corrupción que ha minado instituciones y el gobierno local y nacional.

A la crisis del siglo XX se le trató de poner fin con el pacto de Benidorm y el acuerdo de Sitges, en los años 1956 y 1957, ambos entre Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez, para la instauración del Frente Nacional, un mecanismo de rotación en el poder entre liberales y conservadores que daría origen a unas guerrillas, un tanto románticas, que desencadenaron en las bandas criminales del EPL y de las FARC y el ELN.

Fue mucho después, en 1990, cuando el asesinado líder político, Álvaro Gómez Hurtado, hijo de Laureano Gómez, planteara un Acuerdo sobre lo Fundamental para poner fin a la ola de violencia que azotaba al país. Treinta y cinco años después, ese acuerdo, se hace imprescindible para salvar a Colombia de la barbarie que se vive en cada asesinato, en cada masacre, en las acciones y las opiniones de los dirigentes políticos, en una prensa militante desde sus orígenes y en unas redes sociales con comentarios y opiniones cargadas de mentiras, insultos y tergiversaciones generadoras de más violencia.

Dado el clima de violencia que se vive en el país, el empeoramiento del orden público, la confrontación diaria entre gobierno y oposición se hace necesario el Acuerdo sobre lo Fundamental de que hablara Gómez Hurtado, o al menos un nuevo frente nacional.

ANTES DEL FIN

Muy triste la muerte del precandidato Miguel Uribe Turbay, no digo grave porque está demostrado que los crímenes que conmueven al país quedan impunes. Ya ni se genera la indignación de otros días, entre toda la población, dado el sectarismo que ciega conciencias.

Denigrantes los comentarios en redes sociales, de algunos seguidores del presidente Gustavo Petro, sobre la salud y la muerte de Miguel Uribe. ¡Qué cantidad de enfermos mentales en las redes sociales y en la política!

Hablando de locos, otra pesadilla está por vivir Colombia. Esa pesadilla se llama Daniel Quintero.

El empresariado colombiano nos recuerda que el país no es solo política y degradación.

¿Tendremos candidatos decentes en las próximas elecciones?

Un comentario sobre “UN ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL O AL MENOS UN FRENTE NACIONAL.

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  1. Miremos si entiendo: ¿un Frente Nacional 2.0 como para premiar a las dos fuerzas polarizantes y de paso asfixiar al Centro?… nonono…

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