EL MARCHITAMIENTO DE LA RADIO
Eligio Palacio Roldán
Siempre he considerado que al radio es el medio de comunicación por excelencia: Ella nos permite informarnos, soñar, padecer; en fin, vivir.
Con frecuencia se habla del olfato periodístico, yo creo que lo tengo. Tal vez no, tal vez es que nuestra realidad se repite de tal manera que ya sabemos sobre que escribir en determinada época del año.
El pasado 28 de enero comenzaba a escribir esta columna a raíz del aniversario de mi columna LA NUEVA ETAPA DE LA LUCIERNAGA http://wp.me/p2LJK4-1aB, columna que no pude concluir en esa semana por algunos inconvenientes que no vienen al caso y que fue sorprendida o “chiviada” por la noticia del locutor de una emisora en Medellín que se burla de sus oyentes. Nada nuevo, diría yo, pues ese es el esquema de nuestra radio desde los tiempos de “La Hora de los Adoloridos” de Radio Paisa, de RCN, por allá en la década del ochenta, del siglo pasado. (Ver LA RADIO http://wp.me/p2LJK4-wj)
Iba a escribir sobre el marchitamiento de la radio precisamente porque lo que escribí hace un año sobre La Luciérnaga y 6AM HOY x HOY se cumplió a cabalidad y poco queda de esos legendarios programas. El primero padece la ausencia del maestro Hernán Pelaez y tal pareciera que la ironía y la excelente información, de otros días, quedaron en el pasado. También la irreverencia y la crítica ácida. Se creería que el gobierno Santos los absorbió, así como al programa de la mañana. Que espacios tan cansones, tan faltos de objetividad, de información, de contextualización. Que prepotente y “mamón” suena Luis Carlos Vélez, creo que superará con creces a su padre. De Caracol se salvan pocos programas. Tal vez Sanamente, a las once de la noche, Hora 20, cuando Diana Calderón deja hablar a sus invitados, y las entrevistas de A Vivir Que Son Dos Días: Atrás quedaron las innovaciones, las campañas de expectativa; hasta el Ultima Hora y Ultima Hora Caracol ahora suenan insípidos. A la ausencia de voces atractivas se une la falta de producción y la pobreza de los contenidos en toda la programación. Tal parece que estamos en la era de Radio Pobre. Aunque, la verdad, en la Radio Pobre se notan más los esfuerzos.
Pero si por Caracol llueve, por RCN no escampa: qué sueño escuchar la programación de esa cadena radial: Yolanda Ruiz desdibujada, Juan Carlos Iragorri tratando de copiar a Hora 20, el talento de Guillermo Diaz Salamanca desperdiciado.
De Todelar, para qué hablar. No existe.
Blu Radio hace esfuerzos en producción pero no encuentra una identidad, es un híbrido entre Caracol Radio, La W y Sábados Felices. Sobrevive de la sombra de Caracol: muchos aún creen que eso es lo mismo y la marca Caracol pesa en Colombia. Se salva En Blu Jeans. Qué cansancio, qué fatiga Nestor Morales interrumpiendo y regañando a sus “contertulios”.
En esta oscuridad brilla Julio Sánchez Cristo que todavía crea, todavía se esfuerza, todavía innova en La W. Todavía cranea producción radial de impacto. Se exagera en la duración de algunas entrevistas y en su idolatría por la farándula internacional.
En la radio musical solo queda el esquema de La Hora de los Adoloridos fusionado con el humor insulso y estereotipado de, también, Sábados Felices.
Lo he dicho varias veces: Un día la radio abandonó las radionovelas por miedo a la televisión; hoy abandona la información por las mismas circunstancias y por miedo a los medios electrónicos. No es el momento de huir, es el momento de ser más creativos y de reinventarse.
El Problema de la radio no es de dinero, es de temor y de falta de creatividad.
ANTES DEL FIN
A este panorama desolador hay que sumarle la cesión de las frecuencias en AM y de extensas horas de radio a los grupos religiosos y brujos de toda calaña.
El próximo martes, día del periodista, después de varios meses, regresaré a mis encuentros con el psicoanálisis. Creo que mi analista se sentirá orgulloso: Su paciente dejó los audífonos. No se haga ilusiones mi doctor, no es su mérito, tampoco mi esfuerzo: es la radio de Colombia que entró en franca decadencia y no provoca escucharla.
Apreciado ELIGIO: ( http://www.eligiopalacio.com )
Leí tu columna sobre «El marchitamiento de la radio» , y comparto hasta la última coma de tu escrito.
Es realmente deprimente escuchar la radio de hoy, llena de vulgaridades, manejada por mercachifles ávidos de buscar rendimientos económicos y sin otro objetivo que embrutecer al oyente cultivándole el morbo, la ramplonería, la sangre y la violencia, situaciones cohonestadas por directivos de empresas que tanto en radio como en televisión, olvidaron hace mucho tiempo la función social de tan importante medio de comunicación, hoy venido a menos en la desesperada intención de llenar las arcas sin escrúpulos de ninguna naturaleza, para desgracia del oyente colombiano.
La radiografía de la radio actual expresada por el destacado periodista antioqueño Eligio Palacio en su portal http://www.eligiopalacio.com, es diciente de lo que ocurre en la otrora orgullosa radiodifusión colombiana, y un campanazo de alerta al gobierno nacional para que implemente estrategias y normas que permitan controlar los abusos, el engaño de los brujos, la explotación del morbo y la decadencia de nuestras costumbres, a la cual contribuyen frecuencias radiales con nuevos seudo periodistas y «hombres de radio» a quienes solo les preocupa es el rating, por encima de las causas nobles de la comunidad y de la patria.
Qué tiempos de la radio de antaño con voces desde Bogotá como las de Fernando Gutiérrez Riaño, Eduardo Aponte Rodriguez, Gustavo Niño, Eucario Bermúdez Alberto Cepeda Zubieta, Tito Martinez o un Juan Harvey Caycedo, productores de la talla de Alfaro Cadavid Macías, Fernando Barrero Chavez, Luis Betancur Tolosa, y Antonio Pardo García, , colaboradores como Gonzalo González GOG, Cecilia Fonseca de Ibáñez, Gloria Valencia de Castaño, animadores como Jorge Antonio Vega, o José Alarcón Leal, narradores como el «poeta» Rubencho Ardila, , jóvenes de entonces con ideas novedosas como Armando Plata Camacho, Gonzalo Ayala, Edgar Hozzman, David Cañón, periodistas del nivel de Orlando Cadavid Correa, Yamid Amat, Hector Mora, Oscar Dominguez o Alberto Acosta, y tantos otros personajes en la provincia como Carlos Martínez Vargas en Boyacá, Rodrigo Correa Palacio, Javier Velásquez Yepes y J. Enrique Rios en Antioquia, Jorge Eliecer Orozco en el Quindio, Hector Julio Chaparro en el Meta, Marcos Perez, Ventura Diaz y y Eduardo Hernandez en la Costa, y muchos mas en diversos lugares del país que sería largo enumerar, algunos vigentes y otros ya retirados, quienes imprimían un sello de cultura en sus labores, y entendían la necesidad de transmitir conocimientos y entretenimiento, con decencia y buenas maneras.
No comulgo con la expresión de que «todo tiempo pasado fue mejor», pero sí lo hago en el caso de la radio actual, salvo honrosas excepciones a que haces alusión en tu leído portal http://www.eligiopalacio.com, y a lo cual agregaría yo las figuras de Gustavo Gómez con su versatilidad y calidad profesional, Félix de Bedout y su periodismo incisivo e independiente, Ricardo Alarcón Gaviria gestor de los más grandes éxitos de la radio contemporánea, Julian Parra y su ameno e informal estilo, y Edgar Artunduaga con su persistencia y personalidad, y por supuesto el siempre inquieto e innovador Julio Sánchez Cristo, quien día a día da ejemplo de buen manejo periodístico, agradable estilo, independencia periodística y personalidad radial propia.
Fuerte abrazo de quien te aprecia y te lee con asiduidad.
FABIO BECERRA RUIZ
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Muy buen articulo.
Recuerdo hace unos años cuando la radio empezó a decaer, le pregunte a la directora de radio Cristal de Medellín que estaba pasando con la programación que cada día estaba peor y la respuesta fue la siguiente:
«ES QUE ESO ES LO QUE LE GUSTA A LA GENTE» a lo cual le respondí: Eso no es lo que le gusta a la gente, lo que pasa es que ustedes no le están dando al público la oportunidad de conocer otras cosas.
A lo cual se me quedo callada, y esto me paso con muchas personas mas.
Señores, del personal viejo de la radio les quedo faltando mencionar a Carlos Pinzón, Julio Sánchez Vanegas [Cacharilas], Guillermo Galvez Gonzalez, Sofía Morales, Julian Ospina y Muchos mas.
Ya se deben estar preguntando y quien es este, pues este se llama Héctor Agudelo Londoño.
Trabaje radio desde finales de 1952 cuando empece en Emisora Electra y luego pase a Transmisora Caldas
de Manizales de ahí pase a Emisora Nueva Granada de Bogota y de aqui me trasladaron a la Voz de Medellin, también fui fundador de Radio Sutatenza Medellin, y despues monte un estudio de grabacion que se llamo Audiotec
Todo este tiempo trabaje como grabador.
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Comparto lo leido….como se escucharia en la radio….?
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En la radio musical, La X 103.9 se aleja de esa tendencia
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