LA RADIO DE LA MAÑANA 2023

LA RADIO DE LA MAÑANA 2023

Eligio Palacio Roldán

La radio de la mañana en Colombia sigue teniendo un papel fundamental en la historia de los medios de comunicación y de los colombianos, a pesar de las nuevas tecnologías y formas de comunicarse. Obviamente la importancia de este medio es mayor en el segmento de población con más de 50 años de edad y declina ante la televisión, el twitter y los podcasts dentro de las generaciones de menor edad.

La radio del 2023 nos trae unas estaciones musicales con mayor número de locutores, humoristas y comentaristas convirtiéndose en competencia directa de la radio hablada y distanciándose de las demás posibilidades de escuchar música. Sobre la radio hablada hay que decir que se estancó en los años noventa y que a pesar de alguna renovación en el staff de periodistas es muy poca, por no decir ninguna, su evolución, el panorama es el siguiente:

La W: es la reina del dial, en las primeras horas del día, tiene dos gigantes a su mando: Juan Pablo Calvás y Julio Sánchez Cristo. Combina magistralmente la frivolidad y la actualidad nacional e internacional con profundas y extensas entrevistas, e información de primera mano. Fallan en creerse los dueños de la verdad, no dejar hablar a sus entrevistados y condenarlos cuando son contrarios a sus ideas y/o intereses. Su colaborador estrella, Daniel Coronell, pierde su brillo en el papel de áulico del gobierno, sus informaciones suenan a publirreportajes tontos.

La FM: ganó con la llegada de Darcy Quinn, sus chivas, calidez y habilidad para preguntar, también con la experiencia de Juan Lozano, cuenta con un buen equipo y aunque su director, Luis Carlos Vélez, no tiene el mejor feeling con los oyentes por su prepotencia ha sabido encontrar a su favor un segmento de la población creciente: el de la oposición al presidente Petro. Sin duda, seguirá aumentando su audiencia.

Blu Radio: se quedó con la fórmula con que inició y que le ha dado buenos resultados, una mezcla de Hora 20 y los demás informativos de la mañana, su director, Nestor Morales, al igual que Vélez de La FM tiene resistencia, pero cuenta con el apoyo periodístico de Caracol TV que genera muy buenos contenidos. A su favor, también, tiene la confusión de marca, intencional, con la de Caracol Radio dado que es propiedad del Canal Caracol y muchos de los contenidos del canal y varias de sus estrellas hacen parte del elenco de la emisora.

RCN Radio: sigue haciendo muy buena radio, seria y profesional, después de la salida de Yolanda Ruiz, gracias a figuras con Esperanza Rico, Yanelda Jaimes, Juan Manuel Ruiz o Martha Elizabeth Camargo. Le falta un director que tenga mejor reconocimiento y presencia radial y se demoró demasiado en llegar al FM.

Caracol Radio: Después del duro revés que sufrió luego de la salida de Darío Arismendi y su equipo y la llegada de un Gustavo Gómez vacilante y aferrado al estilo de La Luciérnaga, ha logrado renacer gracias a la llegada de Alejandro Santos y Diana Saray Giraldo, ellos consiguieron ocupar un espacio que en su momento no lograron alcanzar Mabel Lara, Jorge Espinosa y Juan Fraile. Ahora ellos, sin la presencia de Lara y con un Hernando Herrera cada vez más participativo hacen un buen equipo. Los lunares, la información internacional que sigue siendo muy deficiente y Vanessa de La Torre por sus continuas salidas en falso en lo que dice y como lo dice. Un verdadero hit la llegada de Germán Vargas Lleras en el papel de opositor que hiciera Coronell en La W y cortando el avance de La FM.

ANTES DEL FIN

Impresionante geografía la de nuestros antiguos territorios nacionales, fabulosos San José del Guaviare y sus incontables bellezas y oportunidades para el turismo, sus gentes lo saben y por ello visitar ese territorio es un verdadero placer.

Genera alegría y optimismo en el futuro ver como los colombianos luchan por mejorar sus condiciones de vida, en especial la gente joven.

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LAS COFRADÍAS DEL PODER

LAS COFRADÍAS DEL PODER

Eligio Palacio Roldán

Una cofradía es, según la Real Academia de la Lengua Española, un “Vecindario, unión de personas o pueblos congregados entre sí para participar de ciertos privilegios”. El poder en Colombia y en el mundo ha estado, está y estará en manos de cofradías; ese no es el problema, lo es que estas sean excluyentes al detentarlo, marginen a las demás y a los ciudadanos de a pie que por su condición o convicción no pertenecen a ellas.

La cofradía de mayor trayectoria en la detentación del poder en la historia de Colombia es sin duda la Iglesia Católica, iglesia que por estos días hace un espectáculo mediático de la mano del presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, el sacerdote Francisco de Roux; show del que no he visto, ni leído, ni escuchado algún acto de contrición de parte de la organización sobre su responsabilidad por acción u omisión en el conflicto interno de nuestro país. Muchos juicios de responsabilidades para unos y otros y ninguno para una iglesia siempre en el poder que poco ha hecho por la paz del país y que se niega a renunciar a sus vicios y privilegios a pesar de que predica la pobreza y el amor al prójimo como esencia de su credo.

Otra cofradía que prácticamente ha estado en el poder en toda la historia del país es el Partido Conservador que se ha mimetizado en cada gobierno para exprimirlo y que ha coaptado otras organizaciones como su aparente oponente el Partido Liberal para no dejar el poder y que tampoco reconoce su responsabilidad en la historia tragicómica del país. Producen risas amargas las cantinflescas razones que esgrimen los dirigentes y los movimientos políticos para pasar, sin vergüenza, de una ideología a otra.

Con el paso de los días las cofradías se multiplican y algunas nuevas llegan a manejar el poder. La más vistosa y folclórica por estos días es la de la izquierda colombiana; una organización (¿si será organización?) ávida de poder y con tan pocos reparos como la que dijo combatir por más de doscientos años y que me temo seguirá actuando como los conservadores, aferrados al poder sin importar sus supuestos principios. También están las de los negros, más racistas que los blancos, y que después de largos años de lucha se incrustan en el mapa del poder y la LGTBIQ, una de las más poderosas de nuestros días, que hacen parte de los gobiernos locales y nacional; esta última, creería ha alcanzado un poder de la magnitud de la iglesia católica en otros días. También están las cofradías de las decenas de iglesias que crecen como mala hierba en cada rincón de Colombia.

¿Cuándo comprenderemos que el bienestar común está por encima del individual y dejaremos de disfrazar el egoísmo en cofradías que dicen luchar por el bien común, común para unos pocos?

ANTES DEL FIN

Se desplomó Caracol. Se dedicó a producir para las plataformas digitales y abandonó la televisión nacional; ya lo había hecho RCN. Como la radio de los años ochenta se rindió ante la televisión, esta lo hace hoy frente al streaming.

Continúa el invierno haciendo estragos a lo largo y ancho del país. Las autoridades civiles no son capaces de hacer frente al deterioro de las carreteras.

Las basuras en nuestros océanos, la basura en los ríos, la basura en carreteras y caminos, la basura en las calles. La basura nos devora y parecemos no darnos cuenta.

EL “BARRIGAZO” DE CARACOL

EL “BARRIGAZO” DE CARACOL

Eligio Palacio Roldán

“Todo empezó a ir mal” como cantara Camilo Sesto cuando en Caracol decidieron, en el año 2021, renovar el programa La Voz cambiando a Fanny Lu por Natalia Jimenez y especialmente contratando como presentadora del programa de telerrealidad a Laura Acuña, una antipática y controvertida presentadora cuyo único mérito en televisión era haber sido la protegida de Jota Mario Valencia en su programa de la mañana en el canal RCN. En ese entonces el daño no se percibió por la calidad de los concursantes, los esfuerzos y el carisma de Laura Tobón y una afortunada sincronía entre los jurados.

Para este año, el canal de televisión degradó aún más el programa con la inclusión de Iván Lalinde como segundón de Acuña en un papel que definitivamente no le va por trayectoria, capacidad y edad; se le ve fuera de lugar. Además, el talento musical de los niños se vio opacado por los largos y monótonos relatos de sus desgracias; y como si fuera poco los noveles jurados Kany García y Nacho no tuvieron la química de los de las versiones anteriores. La Voz Kids 2022 es lenta, cursi, aburrida. Poco queda del otrora exitoso programa que arrastraba la sintonia de toda la franja de la noche del canal de televisión.

El ”barrigazo” del Canal Caracol, confiado en la consolidación de su audiencia por más de diez años y en la poca receptividad de su rival, Canal RCN, se hizo más tangible con la televisación de la serie extranjera, aunque producida por el canal, sobre la vida de Vicente Fernández. Las razones fueron varias: la primera es que en Colombia en el prime time jamás ha triunfado una novela extranjera; la segunda, que el casting no fue el mejor y los televidentes no identifican a Vicente Fernández en quienes lo interpretan; tercera, el experimento de mostrar la historia de niñez, juventud y madurez al mismo tiempo, que desconcentra y hace que se pierda el hilo conductor y para rematar, la historia es demasiado básica, lenta y tonta, no genera emoción; más que una novela, parece una colección de hechos anecdóticos de poco interés de la vida del personaje. ¿Una historia tan plana si da para una serie? Comenzó con el pie izquierdo el Canal en su etapa como productora en el exterior.

La serie sobre la vida de Vicente Fernández parece una mezcla de un buen intento de Telefe en Argentina con la historia del cantante Sandro de América y El Baile de la Vida, un fracaso del Canal Caracol en el año 2005, otra novela musical con libretos del mismo Dago García y Jhonny Ortíz que escribieron los de El Rey: Vicente Fernández.  

Se le suma a la situación del canal el fracaso, también, de El Cartel de los Sapos – El Origen, una historia trillada con libretos poco atractivos y actuaciones pobres que no generaron identificación por parte del público, y el cansancio de los televidentes con el otrora ícono del Canal Sábado Felices, un programa que se quedó en el pasado y no supo adaptarse a los gustos de las nuevas generaciones.

Salvan a Caracol los noticieros y las novelas extranjeras de la tarde.

Así como la radio cedió su espacio a la televisión, en la década del 80, ahora la televisión abierta se rinde, sin luchar, ante las nuevas plataformas de televisión paga.

ANTES DEL FIN

Si por Caracol y RCN Televisión llueve, por la radio no escampa. Se acabó la creatividad.

En los gobiernos, en los medios de comunicación y en toda empresa humana aplica el dicho “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y, pues, se ahoga.

Medellín está inundada; no de agua por el inverno sino de basuras, abandono, violencia y delincuencia. ¿Qué pasaría con la otrora pujante ciudad?

LAS VILLAMIZAR, FUERA DE SERIE

LAS VILLAMIZAR, FUERA DE SERIE

Eligio Palacio Roldán

Las imágenes de tres mujeres batiendo sus espadas resultaba lejana a la realidad colombiana, la historia compleja y cargada de muchos personajes se hacía poco digerible y las dicciones de la protagonista -Shany Nadan-, en algunas oportunidades de sus hermanas en la historia -María José Vargas y Estefanía Piñeres-,  de Claudio Cataño, con la misma actuación y caracterización insípidas de La Nieta Elegida, y de los actores españoles hicieron huir a los televidentes de Las Villamizar, en sus inicios. Quienes logramos superar las primeras emisiones de la novela, hemos degustado la mejor serie televisiva, producida en Colombia, en los últimos años. Algo así como lo que sucede con la lectura de obras clásicas, como Don Quijote de la Mancha, que en sus primeras páginas aburren y si no se tiene constancia se dejan a un lado perdiéndose de un manjar extraordinario.

La espectacular presentación de la novela tiene alguna evocación de la icónica serie El Sultán; también muchas de las escenas, las locaciones, la música y hasta la trama cargada de mujeres hermosas, astutas y dispuestas a todo por lograr sus objetivos, esta vez no tanto el poder como la venganza. En esta serie, como en la turca, el poder en el reino lo tienen en el papel los hombres, pero en la realidad lo asumen las mujeres a pesar de la subyugación propia de la época.

Quien desprevenida o conscientemente vea Las Villamizar, se quedará sorprendido con las locaciones; tanto que incitan a descubrirlas con los propios ojos, recorrerlas y disfrutarlas como ocurre con las que se muestran en El Sultán. En la novela colombiana, sorprende la belleza de la arquitectura colonial y de los parajes de nuestra geografía utilizados como escenarios, la musicalización, la calidad de las actuaciones, la crudeza de las escenas, el maquillaje, los efectos especiales, los giros inesperados, la rapidez y agilidad con que se cuenta la historia y la misma historia épica, con diferentes filones dramáticos, que subyace a la epopeya de la campaña libertadora.

Creada, escrita y dirigida por Mateo Stivelberg, hijo de la primera actriz María Cecilia Botero y del director de televisión David Stivel y nieto de Jaime Botero Gómez, director de Teatro Popular Caracol y decenas telenovelas, demuestra que el talento se hereda. Stivelberg es la concreción de todos estos talentos y eso se refleja en esta obra maestra de la televisión colombiana en la que intervienen otros nombres como Herney Luna en la dirección y las actuaciones destacadas de verdaderas leyendas de la televisión colombiana como Luis Mesa, Humberto Dorado, Martha Osorio o la versátil Alexandra Restrepo y de jóvenes talentos como Rafael Zea, Brian Moreno, María José Vargas, Estefanía Piñeres o Shany Nadan, entre otros.  

Una gran opción televisiva que se puede retomar en este momento o desatrasar a través de Caracol Play. Hágalo, vale la pena.

ANTES DEL FIN

Arranca bien Gustavo Petro y no soy petrista. Su llamado a un acuerdo entre todos para sacar adelante al país es necesario y no deja de ser el mismo propuesto por el inmolado líder de derecha Álvaro Gómez Hurtado, “Un Acuerdo sobre lo Fundamental”. Los extremos se parecen dirán algunos; sin embargo, no se puede olvidar que el hoy presidente electo fue militante del movimiento M19, una guerrilla surgida en 1970 para protestar por las irregularidades en las elecciones que no favorecieron al candidato de derecha Gustavo Rojas Pinilla.  

SHEREZADE HA MUERTO

SHEREZADE HA MUERTO

Eligio Palacio Roldán

“El de los conocimientos maravillosos y las historias entretenidas, peregrinas. Las cuales noches añaden curiosidad a curiosidad y ofrecen descripciones de amor y pasión y locura de amor. Y contienen historias y rarezas amenas y divertidas y graciosas, adornadas con figuras sorprendentes nuevas, de lo más nuevo que haber pueda, y panoramas prodigiosos de los prodigios de los tiempos”

Las Mil y Una Noches

El pesado Tomo III cayó al piso en medio de la tormenta; el agua y el viento trataban de arrastrar las 1.631 páginas de Las Mil y Una Noches, el libro donde se cuenta la hazaña de la intrépida Sherezade, quien cada noche narraba decenas de historias tratando de entretener al sultán Shahriar, en un intento pausado y creativo por salvar su vida ante su inminente decapitación. Pasadas las horas y con el incremento de la lluvia el libro se fue partiendo en pedazos que el arroyo se llevó.

Con la llegada de los medios electrónicos de comunicación, en especial radio y televisión, de la energía eléctrica y posteriormente de la internet y de su mano las redes sociales desaparecieron los contadores de historias, la lectura de las que quedaron en la literatura universal y de las mismas historias que ahora ya son solo simples trinos o likes sobre fotografías de aconteceres siempre felices.

Cuántos seres que habitan la tierra, en esta tercera década del siglo XXI, han vivido una noche junto al fuego, del fogón de leña, escuchando las historias de un más allá cercano y dominante de la realidad, cuántos se disponen a contar historias sin estar acompañados por el licor o la música, cuántos se ha leído El Quijote de la Mancha, Cien Años de Soledad o Las Mil y Una Noches.

Según un informe publicado en el diario El Colombiano, el 27 de octubre de 2021, en Colombia se leen 2.7 libros por habitante al año frente a 5 de Argentina y Chile. No precisa el informe los del segmento de literatura, pero me temo que son pocos y de esos pocos son muchas las versiones “resumidas” que ofrece el mercado para evitar la “fatiga” de los estudiantes de bachillerato.

Puede ver: https://www.elcolombiano.com/cultura/buscalibre-dice-que-en-colombia-se-leen-27-libros-al-ano-AJ15947362

Y si de tradición oral vamos a hablar, esta quedó contenida en unos pocos cuenteros que aparecen en algún evento cultural y en la memoria de unos cuantos ancianos poco escuchados por las generaciones actuales.

Alguna vez pensé que la única forma de ser inmortal era ser escritor; que Cervantes, Gabriel García Márquez, Tomás Carrasquilla, Jorge Isaacs, entre otros, jamás serían olvidados. No hay tal, los ejemplares de sus obras maestras permanecen en anaqueles olvidados, cubiertos de polvo, y su único destino parece ser esperar ser arrastrados por la lluvia o el agua, en alguna tormenta, como el pesado tomo III de Las Mil y Una Noches. Bueno, este al menos tuvo un final de novela; la mayoría simplemente son arrojados a la basura.

Sherezade ha muerto, no asesinada por el sultan Shahriar después de transcurridas las mil y una noches sino por el olvido de los humanos siete siglos después de su aparición sobre la tierra.

ANTES DEL FIN

Las elecciones del pasado 29 de mayo las ganó sobrado el sistema informativo de Caracol Televisión; brillaron sus periodistas y presentadores, en especial Alejandra Villamizar y María Lucía Fernández. La radio quedó relegada a la facilidad para consumirla, pero sus transmisiones ya no tienen el brillo, ni la espectacularidad informativa de días ya lejanos.

El candidato a la presidencia Rodolfo Hernández al descalificar los debates de televisión y negarse a asistir a ellos, tiene razón. Esos debates son más un reality show que un elemento importante para definir por quien votar.

LA TRISTE GRADUACIÓN DE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA COLOMBIANAS

Eligio Palacio Roldán

El tres de noviembre de 2011 escribí una columna en la que relataba como la izquierda hacía su tarea para tomarse el poder en Colombia y como la derecha le colaboraba en ese propósito. Pues bien, las elecciones parlamentarias del pasado 13 de marzo fueron la terminación de algo así como un diplomado o una carrera; fue la graduación de ambas tendencias políticas: la izquierda con honores obteniendo el título de manipuladora profesional y la derecha en estupidez pues no fue capaz de gobernar para detener el proceso de venezolanización del país; parece  increíble que se lo hayan entregado a un sistema político que está demostrado no funciona y que va en detrimento de la calidad de vida de toda la población, incluso de las clases menos favorecidas que dicen defender.

Puede leer: LAS TAREAS DE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA https://eligiopalacio.com/2019/11/03/las-tareas-de-la-izquierda-y-la-derecha/

El panorama para escoger el nuevo presidente de Colombia es desolador. Todo parece indicar que el triunfador será el representante de la “Colombia Humana”, Gustavo Petro, un populista que con sus narrativas recoge las fantasías de un electorado al que tiene hipnotizado al mejor estilo Scherezada, en Las Mil y Una Noches; ella, gracias a su febril imaginación detuvo su muerte a manos del Sultán Schariar al que conquistara para sí por el resto de su vida. En la novela de amor entre Petro y Colombia no habrá un final feliz sino, estoy seguro, la pesadilla de que en unos años vivamos una triste realidad al estilo de Argentina, Cuba o Venezuela. A mi edad, 59 años, creo me espera la desolación de una vejez viendo cómo se derrumba lo construido en toda mi vida y en la de miles de colombianos y, quizás, al estilo cubano, en un andén disimulando el hambre a punta de ron y tabaco.

¿Y, por qué ganará Petro? Simple, porque está preparado para hacerlo y la oposición, también al estilo de Venezuela, no supo escoger un líder que la aglutinara y que tuviera el país en la cabeza.

De Sergio Fajardo, un hombre inteligente, que un día fue buen gobernador de Antioquia, hay que decir que se enredó en un lenguaje mediador que no define, no decide, no comunica; parece perdido en medio de la nada.

Ingrid Betancourt, símbolo de la maldad de la izquierda, ha vivido perdida desde antes de su secuestro, en su imaginario. Excelente escritora.

Rodolfo Hernández, al igual que Petro, se pierde en el populismo.

Enrique Gómez Hurtado, un gran hombre de un tiempo que ya pasó.

Quedan otros pocos como Luis Pérez cuyo ego no le permite estar por fuera de la baraja presidencial donde ya hay dos exalcaldes de Medellín y cuya aspiración máxima podría ser un ministerio en la era Petro.

Y pues queda Fico, Federico Gutiérrez, la esperanza para muchos. Un muchacho bien, sin líos de corrupción pero que tiene mucho por madurar, por estudiar, por aprender. Y no solo de Colombia si no como ser humano. De ser presidente le tocaría hacer un curso acelerado sobre la realidad del país y del mundo y dejar las poses de superhéroe que solía adoptar, haciendo el ridículo, siendo alcalde de Medellín.

De ganar Fico, las elecciones, habría que decir que se encontró la presidencia de la república, así como sucedió con Cesar Gaviria en 1990.

ANTES DEL FIN

Escuchando al candidato Gustavo Petro, me vienen a la memoria los días en que creía en las adivinas de la suerte. Ellas soterradamente iban indagando sobre aspectos de mi vida y en la medida que obtenían información me retroalimentaban con lo que yo decía. Salía feliz de las citas para luego comprobar que me estafaban. Es muy fácil ser popular o tener credibilidad cuando se dice lo que el otro quiere escuchar.

El lunes 14 de marzo en 6AM de Caracol Radio y en La W felicitaron a Roberto Pombo y Vanesa de La Torre por “el excelente cubrimiento de las elecciones”. No hay tal, una transmisión muy por debajo de las que en su tiempo hizo Darío Arismendi y ni que decir de las que hacía el maestro Yamid Amat. En esta oportunidad ganó la televisión que cada vez le roba más público a la radio. Impecable la transmisión de Caracol Televisión, excelente María Lucía Fernández desde la Registraduría.

Y hablando de las transmisiones llegan a mi memoria las cien horas ininterrumpidas en Caracol, en las elecciones de 1982, única vez en que Yamid Amat no acompañó una de sus aventuras todo el tiempo. Dicen que no soportó la derrota de su jefe político Alfonso López Michelsen.

ARELYS HENAO LA TELENOVELA

ARELYS HENAO LA TELENOVELA

Eligio Palacio Roldán

Solo comparable con la adrenalina que generan novelas como El Sultán (Turquía) o Xica Da Silva (Brasil) fue la que despertó en este televidente los primeros capítulos de Arelys Henao, la telenovela de Caracol Televisión inspirada en la vida de la cantante de música popular.

El suspenso, el terror, el dolor y la delicia del lenguaje y el acento paisa irrumpieron en la pantalla chica narrando la cruda realidad del drama colombiano: el desplazamiento forzado de campesinos como consecuencia de la violencia de los grupos armados al margen de la Ley, en una obra con excelentes libretos de Héctor Rodríguez Cuéllar que lo llevará a la lista de los mejores y la dirección de Liliana Bocanegra con amplia experiencia en la televisión nacional.

La telenovela cuenta con actores con no mucha figuración en la televisión nacional pero sus actuaciones son de antología. A manera de ejemplo, entre otras, la de Jim Muñoz (Fabián) en la toma Guerrillera del municipio de Liborina tratando de proteger a la familia de Arelys, su pánico era verosímil, real, auténtico, involucraba al televidente; la de Sebastián Giraldo (Fernando) en su primera cita de amor; o la simple mirada fría y siniestra de Anderson Ballesteros (Patoco). Impactantes, también, los demás personajes y Mariana Gómez con una belleza, carisma, dulzura y naturalidad que recuerda a Margarita Rosa de Francisco en su papel de Gaviota en Café con Aroma de Mujer. Fuera de concurso, como siempre, la de Yury Vargas (Yazmin).

Al ver una telenovela tan impactante, sobre un personaje que conozco poco y sobre el cual no tenía mayores expectativas, me pregunto por qué la televisión colombiana no se arriesga a representar la tragedia del país para mayor y mejor entendimiento de nuestra historia reciente y digo tragedia más allá de la del narcotráfico. Que sepa con éste son dos intentos contundentes, refrescantes y enriquecedores, el primero fue La Niña.

Y es que más allá del drama del desplazamiento, la telenovela, es una voz de esperanza para quienes luchan día a día por salir de la pobreza y ocupar un lugar en la sociedad derrotando el estigma de la pobreza, la discriminación por sexo, raza, aspecto físico, origen o clase social.  

En buena hora llegó esta obra a la televisión colombiana, precisamente en un año electoral donde sería positivo comprender las realidades de los colombianos más allá de nuestras propias narices y con base en ella elegir los mejores gobernantes.

ANTES DEL FIN

Todo indica que la pandemia del Covid-19 llega a su fin después de dos años de parálisis en el mundo entero. Se espera que éste sea el preámbulo de la recuperación económica, mental y social de las naciones del mundo, ojalá si haya dejado enseñanzas transformadoras en la sociedad. Muy duro les tocó a los gobernantes de los Tiempos del Coronavirus.

Triste la situación de la «Coalisión de la Esperanza» en Colombia, ¿a quién le estará haciendo favores Ingrid Betancourt? ¿A Petro, a Santos o a ambos?

EL POR QUÉ DEL FRACASO DE LA NIETA ELEGIDA

EL POR QUÉ DEL FRACASO DE LA NIETA ELEGIDA

Eligio Palacio Roldán

Al ver La Nieta Elegida uno siente que está viendo una adaptación de una obra de Jiménez y no un guion original suyo

A pesar de ser un sello de éxito, Julio Jiménez, el gran libretista colombiano, ha tenido varios fracasos en la televisión como Testigo Ocular (1984), Zarabanda (1988) y Las Aguas Mansas (1994) serie que fuese después un gran éxito en Cuba en su versión original y en todo el mundo con la adaptación Pasión de Gavilanes. Más recientemente RCN ha emitido dos producciones que fracasaron: Madre Luna (2009) y La Nieta Elegida (2021).

La Nieta Elegida es una gran producción que reúne todos los elementos para ser exitosa: argumento, puesta en escena, fotografía, música y un gran elenco que se destaca por sus actuaciones y su belleza. Sin embargo, no ha enganchado como debiera y su rating ha tenido cifras por debajo de los diez puntos e incluso por debajo de los seis.

Entonces, ¿si La Nieta Elegida tiene todo para ser un éxito por qué fracasa? Lo primero es que el propio canal que la transmite ha estado en una crisis de la cual no levanta cabeza desde hace muchos años y a pesar del bajo rating, la novela es el producto más vendedor de RCN; lo segundo, es la estrategia de programación de Caracol que alcanzó a sentir pasos de animal grande y movió sus productos desplazando a otro horario la novela el Hijo del Cacique, con la que La Nieta se debatía de tu a tu e incluso a veces le ganaba.

Pero no todo son elementos externos los que explican el fracaso de la serie televisiva, también son de los personajes: el que fuese una estrategia de éxito, el del galán de moda, Carlos Torres, interpreta a Juan Esteban Osorio un verdadero “bobo” al que no se le creen sus poses de adolescente a pesar de que ya se le ven las marcas que deja el tiempo en su rostro, igual sucede con sus padres (Silvia de Dios y Patrick Delmas) cuyos diálogos son insulsos y casi siempre sobran. Es tanto el fracaso del personaje de Torres que el rol masculino que atrae a la audiencia se ha desplazado hacia Milán (Sebastián Osorio).

La otra situación que no encaja es la historia del propio Jimenez que con su misterio ha encantado generaciones enteras de colombianos; el mundo cambió y ya desparecieron de nuestro entorno los fantasmas, son pocos los que creen en ellos y el hilo fundamental de la historia es un fantasma. Eso ya no engancha. Y si el hilo conductor de la historia que no es creíble lo traemos a una actualidad cargada de tecnología, menos. Al ver La Nieta Elegida uno siente que está viendo una adaptación de una obra de Jiménez y no un guion original suyo; mejor habría sido presentar la serie como una novela de época.

A pesar de su fracaso, La Nieta Elegida, es una excelente novela y una buena alternativa de entretenimiento en nuestar televisión.

ANTES DEL FIN

Muy preocupante la situación económica a nivel mundial: De agudizarse, la pandemia del hambre será peor que la del COVID-19. “Estamos en el fin del mundo”, dicen algunas religiones y mi amigo Omar.

Arrancó con toda la campaña presidencial en Colombia, el año entrante será decisivo en la historia de nuestro país y de quienes lo habitamos.

Y ahora sí, estamos en Navidad.

EXPEDICIÓN INÍRIDA

EXPEDICIÓN INÍRIDA

Eligio Palacio Roldán

«Cómo evitar las imágenes de doña Magdalena, don Alcides y don Lázaro tratando de explicar un mundo desconocido, ahora mojando mis manos y mi cuerpo entero en las tumultuosas aguas imposibles de definir en aquellos tiempos de la infancia«

En los años de escuela, décadas de los 70 y 80, se hablaba de los Territorios Nacionales y en el imaginario aparecía la jungla inaccesible narrada en las radionovelas de Caracol, Arandú El Príncipe de la Selva y Muribá la Ciudad Perdida, y en las novelas La Vorágine de José Eustasio Rivera o Doña Bárbara de Rómulo Gallegos. En los noventa las referencias eran las guerrillas, los cultivos de coca y la ausencia del estado: Sobre la guerrilla y el ejército escribió el diario El Espectador, el 31 de octubre de 2008, en relación con la toma de Mitú, el primero de noviembre de 1998: “Quienes sí tuvieron que ponerle el pecho a las balas fueron los 120 policías a los que les tocaba proteger buena parte de la región. En aquel entonces, el Ejército no hacía presencia en la zona. Eran 1.500 contra 120. Un pobre centenar de hombres sin apoyo, con pocas municiones, atacados por la espalda y que, sin embargo, supieron defenderse como leones.””

Puede leer: MATONEO CONTRA ANDRES PASTRANA https://eligiopalacio.com/2013/04/03/matoneo-contra-andres-pastrana/

Ahora la historia es otra y aunque sigue latente la amenaza de las guerrillas dedicadas al narcotráfico, los inmensos ríos y selvas se han abierto, gracias a la presencia del estado, al turismo que se espera sea sostenible y permita a la humanidad disfrutar de las maravillas de la región por muchos años.

A Inírida, el único pueblo del departamento de Guainía, digo pueblo no despectivamente porque así nombran los habitantes de la región a la capital del departamento, un poblado pequeño a orillas del Río Inírida se llega solamente por vías aérea y fluvial. La primera sensación, al recórrelo, es de incredulidad pues ese pequeño pueblo es la sede de una alcaldía y una gobernación; de ahí en adelante, entender que física, geográfica y culturalmente es otra Colombia, otra Colombia distante, hermosa, mágica, desafiante y promisoria; aunque en la cultura se hace presente la religión cristiana, la música guasca de la nueva ola y el reguetón que homogenizan a las gentes más allá de sus propios arraigos.

Obviamente la riqueza de la zona está enmarcada en el imponente, raudo y ancho Río Inírida; río arriba los hermosos y misteriosos cerros de Mavecure y al final su fusión con el Casanare, el Atabapo y la inmensidad en el horizonte de su llegada al Gran Orinoco, en la Estrella Fluvial del Guainía o del Sur.

Con una economía basada en la pesca, la minería y la agricultura ancestral, poco desarrollada, de subsistencia para los pueblos indígenas, Inírida comienza a hacerse fuerte en el turismo de aventura,  y es que están bien organizados para ofrecer emociones: La tranquilidad de La Laguna de Las Brujas, interrumpida en esta ocasión por la inclemente lluvia a la hora del baño; las poblaciones indígenas con su encantador pasado en fusión con un arrollador presente; la Estrella Fluvial del Sur o Estrella de Humboldt en la fusión de los ríos Inírida, Guaviare, Atabapo y el Orinoco que te llevan indefectiblemente a los tiempos de las clases de geografía de la niñez. Cómo evitar las imágenes de doña Magdalena, don Alcides y don Lázaro tratando de explicar un mundo desconocido, ahora mojando mis manos y mi cuerpo entero en las tumultuosas aguas imposibles de definir en aquellos tiempos de la infancia.

Y después de un largo y fascínate viaje por el río Inírida llegar a descubrir con asombro los Cerros de Mavecure impresionantes rocas en medio de la selva amazónica, bordeadas por el serpenteante río”  ausente de las enseñanzas de la niñez pero cada vez más presentes en el imaginario orgulloso de sentirse colombiano: el pernoctar en ranchos, tener como único baño el río, no tener a disposición internet, ascender a los cerros, recorrerlos, sentirlos es estar en comunión con la naturaleza, con lo divino. Más arriba los raudales del Inírida y la paz y los colores vino tinto de Caño San Joaquín, dejándose sorprender por las toninas. Al final, los senderos de la Flor de Inírida.

En todos los recorridos te fusionas con los increíbles colores del cielo, el agua y la tierra.

ANTES DEL FIN

Preocupaciones: la llegada de los turistas y nuevos habitantes a la zona tiene que ser muy controlada para evitar acabar con la riqueza material y espiritual que ofrece la región y cómo controlar la natalidad en los pueblos indígenas cuyo crecimiento también podría diezmar la majestuosa naturaleza.

RECOMENDACIONES

Hotel La Cabaña Guainiana – La Cabaña de Juaco Tel 310 8525177

Toninas Tour – Hotel www.toninashotel.com Tel 3103035130

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