PRINCIPIOS PARTIDOS
Eligio Palacio Roldán
Los principios y los partidos fueron los elementos constitutivos de la política colombiana durante doscientos años; en el ocaso del siglo XX y los albores del XXI, unos y otros, desaparecieron para convertir candidatos y electores en simples mercancías que se compran y se venden al mejor postor, cual ganado vacuno en subasta pública.
El principio del fin de los partidos políticos en Colombia fue la pérdida de sus principios, pérdida que se dio a partir del llamado Frente Nacional, “un pacto político entre los partidos Liberal y Conservador de Colombia, con el objetivo de sacar del poder al General Gustavo Rojas Pinilla, quien luego de un golpe de estado en 1953 pretendía perpetuarse en el poder. Dicho acuerdo estuvo vigente entre los años de 1958 a 1974”
Con el Frente Nacional y más allá de él, hasta nuestros días, los partidos políticos soportaron sus estructuras a partir del reparto del presupuesto y de la burocracia de la administración pública olvidando sus principios. Solo hubo un intento de tener la dignidad de vivir por fuera de la burocracia, durante el gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), cuando el Partido Conservador se embarcó en la llamada Oposición Reflexiva; le fue tan mal que desde entonces se ha mimetizado en todos los gobiernos tratando de “conservar” sus prebendas. Prebendas si ha conservado por que de resto ha pasado sin ruborizarse entre gobiernos tan disímiles como los de Samper-Pastrana, Pastrana-Uribe, Uribe-Santos, Santos-Duque y ahora, escandalosamente diferentes en su esencia, Duque-Petro; igual sucedió con el otrora glorioso Partido Liberal y, ahora, ambos desaparecieron para dar paso a movimientos intrascendentes atados al “gamonal” del momento. Y digo gamonal porque desde Luis Carlos Galán, asesinado el 18 de agosto de 1989, y Álvaro Gómez, asesinado el 2 de noviembre de 1995, Colombia solo ha tenido dos líderes, Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro, que desafortunadamente traspasaron las fronteras hacia el caudillismo De resto, nada, solo mercaderes de la política.
El panorama de la Colombia de hoy es desolador, máxime si se tiene en cuenta que al igual que sus dirigentes, lo electores, los pocos electores, menos del sesenta por ciento de la población habilitada para votar, elige pensando en su estómago y no en el bienestar de la patria. Prueba de ello, es que cada cuatro años se eligen los mismos parlamentarios que supuestamente traicionan los principios de los partidos; por supuesto, los electores, no traicionan nada y a nadie porque también deambulan de un lado para otro tras un “plato de lentejas” porque sencillamente los principios están partidos, “hechos trizas”.
ANTES DEL FIN
Quisiera pensar, quisiera creer que el presidente Petro va a hacer un buen gobierno, pero su arranque indica que no será así. Que preocupante para Colombia y los colombianos.
Unos turistas españoles, de los muchos turistas que visitan a Colombia; el fin de semana anterior, al recorrer las húmedas calles en tierra del poblado El Valle de Bahía Solano, se mostraban sorprendidos de que en un mismo país coexistieran poblados tan diferentes como el que pisaban y metrópolis como Bogotá y Medellín. También hablaban maravillas de la transformación de la Comuna 13 de Medellín.
Visitando el poblado El Valle, de Bahía Solano, pensaba en lo que es riqueza y pobreza. Los habitantes de esa zona son verdaderamente ricos: viven felices y descansados con los frutos que le brinda la naturaleza a su paso. Cero estrés.