EL DILEMA DE LA PAZ TOTAL

EL DILEMA DE LA PAZ TOTAL

Eligio Palacio Roldán

Acabo de cumplir sesenta años, sesenta años en que año a año se relatan historias de violencia, desalojo, sometimiento y muerte en nuestro país. Hasta la década del 80 el origen de la violencia estuvo en las guerrillas de izquierda, luego en las de derecha y en el narcotráfico, narcotráfico que ganó la guerra, coaptó los movimientos insurgentes, a la sociedad y al mismo estado y somete a la población inerme y al país entero a su voluntad, cuando le viene en gana. Por ello, por una guerra perdida que he padecido toda mi vida, estoy de acuerdo con la búsqueda del presidente Petro de la Paz Total.

Esta semana un analista del buen programa de Caracol Radio, Hora 20, afirmaba que los acuerdos de paz para lo único que servían eran para que aquellas personas, al margen de la ley, que quisieran jubilarse lo hicieran con toda tranquilidad. Está opinión es plenamente compartida por este servidor y fue esbozada en la columna de 2015, LA PAZ DE LOS VIEJITOS https://eligiopalacio.com/2015/09/29/la-paz-de-los-viejitos/

En 2021 escribí la columna ¡DE ACUERDO! AMNISTIA GENERAL https://eligiopalacio.com/2021/08/19/amnistia-general/, en la que mostraba mi complacencia con la iniciativa del expresidente Uribe Vélez. Allí decía “No dejar al pueblo por fuera, es precisamente la propuesta de Uribe de una amnistía general.  Si queremos una paz de verdad debemos sacrificarnos por ella, sanar las heridas y hacer el máximo esfuerzo para perdonar y rehabilitar a una sociedad enferma por la violencia, la guerra, la corrupción, el crimen, el narcotráfico y la delincuencia”.

El cuatro de agosto de 2022 escribí “Me gusta la arriesgada propuesta del presidente electo de “Paz Total”; es la misma de Álvaro Uribe en agosto del año pasado. Es una utopía, pero una utopía que sería la verdadera paz para Colombia: Perdón, olvido y un recomenzar.”

Puede ver: ERA PETRO: ENTRE EL TEMOR Y LA ESPERANZA https://eligiopalacio.com/2022/08/04/era-petro-entre-el-temor-y-la-esperanza/ 

Soy consciente de los riesgos que genera la propuesta de la Ley de Sometimiento a la Justicia del gobierno Petro, de lo injusta que resulta siendo con la gente de bien, de la impunidad que puede generar, pero es un intento diferente a lo hecho durante los últimos sesenta años. Difícil, muy difícil un resultado positivo en medio del narcotráfico que se apoderó de países enteros como Colombia, México o los de Centroamérica, pero hay que intentarlo y esperar que las personas al margen de la ley comprendan las bondades de la iniciativa del presidente quien tal vez como yo resulte ser ingenuo.

El éxito de la Paz Total, el éxito del presidente Petro y de Colombia está en que la iniciativa trascienda de los viejitos que están en edad y con deseos de jubilarse, como los de las Farc, a los millones de jóvenes colombianos ávidos de oportunidades, que deambulan entre el ejército, las guerrillas de izquierda o de derecha y de las demás bandas dedicadas al narcotráfico o a la minería ilegal.

Creo es hora de retomar la idea del inmolado líder Álvaro Gómez Hurtado, de un «Acuerdo Sobre lo Fundamental» , para tratar de rehacer las destrozada Colombia.

Si los criminales no aceptan la Paz Total el destino de Colombia será inexorablemente un giro a la derecha y la implementación de un gobierno al estilo Uribe.

ANTES DEL FIN

Me gustan los esbozos de la reforma pensional del gobierno Petro, aunque difícilmente sea sostenible. No mucho la laboral, generará desempleo, y ni hablar de la de la salud. Es necesario madurar las ideas.

¿Los colombianos se cansaron de su televisión o su televisión ya no los interpreta? Otro dilema difícil de dilucidar. Para mí los dramatizados son demasiado industriales y poco creativos.

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PÁNICO ECONÓMICO

PÁNICO ECONÓMICO

Eligio Palacio Roldán

Pánico: “Dicho del miedo o del terror; Extremado o muy intenso, y que, a menudo es colectivo y contagioso”

RAE

Dirá la historia que los primeros 80 días del gobierno Petro estuvieron marcados por el “Pánico Económico”: la desvalorización del peso colombiano por el delicado contexto mundial y por las afirmaciones del nuevo gobierno en el sentido de dejar de lado la exploración de hidrocarburos, el trámite de la reforma tributaria y el anuncio de una pensional y al sistema de salud tuvieron a los ciudadanos con los pelos de punta.

El fin de semana pasada se hablaba de fuga de capitales, de desinversión de varias compañías generadoras de empleo en el país y de la época de vacas flacas que se avecinaba; yo, a mis casi 60 años, me veía huyendo hacia el exterior cual venezolano en afugias económicas.

Hoy, jueves 27, se conocieron dos extraordinarias noticias, tres diría yo: la primera que continúa la exploración petrolera, dos la ratificación en el cargo del presidente de Ecopetrol Felipe Bayón y, la tercera, la más importante, que el presidente Petro entendió que los cambios en el país se hacen desde la transformación de lo existente y no acabando con lo que hay. Él es un hombre inteligente y parece entrar en razón para bien de su gobierno y de todos los colombianos. De otro lado, el peso reacciona frente al dólar.

La historia del presidente Petro es muy parecida a la mía cuando comencé a trabajar: veía todo tan desorganizado, con tanto por mejorar que me pegué una “estrellada” que aún recuerdo con algo de vergüenza. En toda tarea humana hay mucho que mejorar, en Colombia más, pero no es destruyendo como se logran los objetivos.

No es que sea petrista propiamente, pero al presidente hay que aceptarle que el país necesita una reforma tributaria luego de la crisis económica desatada por la pasada pandemia y que cualquiera de los candidatos que hubiese llegado al poder tenía la obligación de hacerla; que también es necesaria la transición energética que de hecho ya empezó, yo mismo ando en el proyecto de generación de energía solar y de la paz total ya he mostrado mi posición favorable: Me gusta la arriesgada propuesta del presidente electo de “Paz Total”; es la misma de Álvaro Uribe en agosto del año pasado. Es una utopía, pero una utopía que sería la verdadera paz para Colombia: Perdón, olvido y un recomenzar.   Puede ver: ¡DE ACUERDO! AMNISTIA GENERAL https://eligiopalacio.com/2021/08/19/amnistia-general/.”

Flaco servicio le prestan al presidente sus “nuevos mejores amigos”, es decir los partidos políticos que se unen a su gobierno tras un plato de lentejas; mejor una oposición seria, responsable que le haga entender al mandatario los errores que comete su administración; solo una convivencia pacífica e ilustrada de las partes puede generar los escenarios convenientes para sacar el país adelante. Más le ayudan a Petro María Fernanda Cabal y Miguel Uribe Turbay, por ejemplo, que los enmermelados; más le ayudan los expresidentes Uribe y Cesar Gaviria que Ernesto Samper. Así es la vida.

Excelente la posibilidad de la venta de tierras por parte de los ganaderos al gobierno para la tan ansiada reforma agraria; también la protección de la selva amazónica. Preocupa la transformación de la policía y de las fuerzas militares, la reforma al sistema de salud y la aparente relajación de las medidas de control al narcotráfico. Habrá que esperar.

ANTES DEL FIN

Muy buenos los noticieros de Caracol Televisión, con razón van desplazando los de radio.

Las telenovelas turcas demuestran que el género está vivo y que en Colombia sencillamente lo echaron al cesto de la basura.

Lo dije, Laura Acuña acabó con los realitys de Caracol, ella e Iván Lalinde fatales en La Voz.

PRINCIPIOS PARTIDOS

PRINCIPIOS PARTIDOS

Eligio Palacio Roldán

Los principios y los partidos fueron los elementos constitutivos de la política colombiana durante doscientos años; en el ocaso del siglo XX y los albores del XXI, unos y otros, desaparecieron para convertir candidatos y electores en simples mercancías que se compran y se venden al mejor postor, cual ganado vacuno en subasta pública.

El principio del fin de los partidos políticos en Colombia fue la pérdida de sus principios, pérdida que se dio a partir del llamado Frente Nacional, un pacto político entre los partidos Liberal y Conservador de Colombia, con el objetivo de sacar del poder al General Gustavo Rojas Pinilla, quien luego de un golpe de estado en 1953 pretendía perpetuarse en el poder. Dicho acuerdo estuvo vigente entre los años de 1958 a 1974”

Con el Frente Nacional y más allá de él, hasta nuestros días, los partidos políticos soportaron sus estructuras a partir del reparto del presupuesto y de la burocracia de la administración pública olvidando sus principios. Solo hubo un intento de tener la dignidad de vivir por fuera de la burocracia, durante el gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), cuando el Partido Conservador se embarcó en la llamada Oposición Reflexiva; le fue tan mal que desde entonces se ha mimetizado en todos los gobiernos tratando de “conservar” sus prebendas. Prebendas si ha conservado por que de resto ha pasado sin ruborizarse entre gobiernos tan disímiles como los de Samper-Pastrana, Pastrana-Uribe, Uribe-Santos, Santos-Duque y ahora, escandalosamente diferentes en su esencia, Duque-Petro; igual sucedió con el otrora glorioso Partido Liberal y, ahora, ambos desaparecieron para dar paso a movimientos intrascendentes atados al “gamonal” del momento. Y digo gamonal porque desde Luis Carlos Galán, asesinado el 18 de agosto de 1989, y Álvaro Gómez, asesinado el 2 de noviembre de 1995, Colombia solo ha tenido dos líderes, Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro, que desafortunadamente traspasaron las fronteras hacia el caudillismo De resto, nada, solo mercaderes de la política.

El panorama de la Colombia de hoy es desolador, máxime si se tiene en cuenta que al igual que sus dirigentes, lo electores, los pocos electores, menos del sesenta por ciento de la población habilitada para votar, elige pensando en su estómago y no en el bienestar de la patria. Prueba de ello, es que cada cuatro años se eligen los mismos parlamentarios que supuestamente traicionan los principios de los partidos; por supuesto, los electores, no traicionan nada y a nadie porque también deambulan de un lado para otro tras un “plato de lentejas” porque sencillamente los principios están partidos, “hechos trizas”.

ANTES DEL FIN

Quisiera pensar, quisiera creer que el presidente Petro va a hacer un buen gobierno, pero su arranque indica que no será así. Que preocupante para Colombia y los colombianos.

Unos turistas españoles, de los muchos turistas que visitan a Colombia; el fin de semana anterior, al recorrer las húmedas calles en tierra del poblado El Valle de Bahía Solano, se mostraban sorprendidos de que en un mismo país coexistieran poblados tan diferentes como el que pisaban y metrópolis como Bogotá y Medellín. También hablaban maravillas de la transformación de la Comuna 13 de Medellín.

Visitando el poblado El Valle, de Bahía Solano, pensaba en lo que es riqueza y pobreza. Los habitantes de esa zona son verdaderamente ricos: viven felices y descansados con los frutos que le brinda la naturaleza a su paso. Cero estrés.

QUÉ ESPERAR DEL NUEVO CONGRESO

QUÉ ESPERAR DEL NUEVO CONGRESO

Eligio Palacio Roldán

Con poca expectativa, cada cuatro años, se renueva el Congreso de la República de Colombia con la instalación de la legislatura, en una ceremonia que resulta histórica dada la última intervención del presidente de turno ante el legislativo. Este año, 2022, la modificación del Congreso es importante: son 181 legisladores nuevos y 113 “repitentes”; es decir, más del sesenta por ciento llega por primera vez a dirigir los destinos del país en un gobierno con una tendencia de izquierda que gana la presidencia de la república rompiendo una tradición política de más de doscientos años.

Se destaca en el Congreso 2022-2026, la alta participación de las mujeres, 86 en total: 32 Senadoras y 54 Representantes a la Cámara y la presencia de 6 miembros de la comunidad LGTBIQ, Esta nueva realidad resulta esperanzadora pero poco lo son las coaliciones de partidos de diferentes tendencias que, como es tradicional en Colombia, se doblegan sin vergüenza ante el ejecutivo a cambio de burocracia y canonjías. Esa forma de actuar de los movimientos políticos los ha deslegitimado ante la opinión pública; el caso más aberrante es el del Partido Conservador que perdió su norte por estar tras “un plato de lentejas”; en esa forma de hace política le sigue con honores el otrora “Glorioso Partido Liberal” hoy en las manos de un político que ha manejado a su antojo y conveniencia los hilos del poder por más de treinta años: Cesar Gaviria. También hacen lo propio el Partido de la U y Cambio Radical.

Aunque la corrupción es una tradición colombiana, de las más dañinas, no deja de entristecer que el Congreso que se elige para trazar las líneas que permitan al convivencia entre los ciudadanos sea un ejemplo de malas prácticas para la democracia y para esa misma convivencia y que allí aflore la mayor perversidad para apoderarse de los recursos con que cuenta la nación para salir adelante; también es paradójico que el presidente de turno tenga que aliarse con los congresistas para lograr sacar adelante las iniciativas de su gobierno. Es decir, nuestra democracia, legislativo y ejecutivo, se trenzan en un contubernio difícil de romper que mancha de oprobio la democracia.

Por las razones descritas, es poco lo que se puede esperar del Congreso de la República que se acaba de instalar; salvo la presencia de las figuras nuevas que se desearía no estuviesen contaminadas pero que es sabido, gran parte de ellas, actúa en cuerpo ajeno pues representan personas cuestionadas en la historia política del país.  

Poco que esperar de un Congreso que se inaugura agrediendo verbalmente al Presidente de la República y tratando de impedir su rendición de cuentas, cual verduleras de plaza de mercado, en un espectáculo grotesco.

En Colombia solo un hombre pudo transformar el Congreso: fue Alvaro Uribe Vélez y no lo logró por rendirse ante él buscando su reelección; el otro gran líder de la historia reciente del país, Gustavo Petro, no lo podrá hacer porque no tiene el respaldo popular suficiente como lo tuvo el presidente de comienzos de siglo.

En una democracia es importante la oposición; no la oposición cerrada con que contó el presidente Duque sino una que sepa interpretar las bondades del gobierno de turno para apoyarlas y sus desaciertos para denunciarlos, difícil tarea la que le espera al Centro Democrático dado el desprestigio que tiene y su soledad en esa tarea. Claro que comienzan a vislumbrarse líderes de la oposición como el excandidato Enrique Gómez, que hace una cruzada por rescatar el conservatismo de las garras de sus dirigentes entregados al mejor postor, y el próximo expresidente Iván Duque que aún tiene mucho por escribir en la historia de Colombia.

ANTES DEL FIN

Con el paso del tiempo y la izquierda en el poder, se marchitarán la mayor parte de los medios de comunicación en Colombia que han vivido de la crítica a los gobiernos de derecha y brillarán en el escenario algunos otros; es el caso de El Colombiano que comienza a hacerlo de manera callada pero contundente; quizás en los próximos años sea lo que otrora fue El Espectador o la Revista Semana.

La guerra de hace doscientos años, la misma de hoy, enmarcada en la ambición, la corrupción y la violencia sin fin es fielmente retratada en la telenovela “Las Villamizar”, ¡qué buen relato televisivo!

COLOMBIA POS ELECCIONES

COLOMBIA POS ELECCIONES

Eligio Palacio Roldán

Después de una feroz campaña política, de ingrata recordación en Colombia por la utilización de estrategias faltas de ética para desprestigiar a los contendores, y del temido triunfo de Gustavo Petro un exguerrillero del M19 y opositor al gobierno desde hace cerca de 50 años, la sensación de paz, y la esperanza se fueron apoderando de la sociedad gracias a las primeras intervenciones y decisiones del presidente electo.

Desde ese día, se han visto escenas inimaginables, unas que generan optimismo y otras que indican que en el próximo gobierno será poco lo que cambie. Entre las primeras, la reunión entre el presidente electo y el líder de la derecha colombiana Álvaro Uribe Vélez y la convocatoria a un gran acuerdo nacional, similar al que promulgara el extinto líder conservador Álvaro Gómez Hurtado; entre las segundas, está el desfile de toda la clase política tradicional tras la “mermelada” del nuevo gobierno.

Había preocupación en algunos sectores por cuanto ninguno de los dos candidatos en la final de las elecciones en Colombia, Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, tenía mayorías en el Congreso; no hay tal, nuestra clase política tiene de todo menos clase y era obvio que se iba a deslizar hacia el candidato ganador. Lo advertí en una columna del mes de febrero. “En las elecciones del trece de marzo votaré, entonces, para el Senado por una persona del mismo perfil de Robledo, pero de derecha; esa persona debe tener los “calzones bien puestos” así sea una mujer; una mujer clara, frentera, sin pelos en la lengua y dispuesta a luchar por lo que hemos logrado a lo largo de la historia, sin dejarse manipular por el gobernante de turno y que pueda ser vocera del pueblo colombiano ante organismos internacionales.”, ahora esa mujer, María Fernanda Cabal, parece ser la única capaz de hacer oposición, junto a figuras como Enrique Gómez.

Claro que, como van las cosas, la oposición al presidente Petro no será de derecha sino de izquierda, tal como se viene avizorando en estos primeros días: los reproches por la elección de Roy Barreras como presidente del Senado, la oposición a la posible llegada del excandidato a la ´presidencia Carlos Amaya, exgobernador de Boyacá, al Ministerio de Agricultura, el descontento de Fecode por no haber sido incluido en la comisión de empalme  y la imposibilidad del nuevo presidente de cumplirle a un electorado fiel y sediento de beneficios y poder harán que se pasen a la oposición como ha ocurrido con candidatos triunfadores  en pueblos y ciudades en toda Colombia. Es sabido que una cosa es prometer a unos electores y otra es gobernar para todo un pueblo.

Por lo pronto el presidente Petro tendrá toda la gobernabilidad para sacar adelante grandes iniciativas y, de inmediato, no parece avizorarse una oposición fuerte como la han tenido los anteriores presidentes y en especial Iván Duque; saber que los sindicatos lo apoyan y que la derecha no está organizada para protestas masivas le dan un margen de maniobrabilidad nunca antes vista en la historia de Colombia; que como lo dije antes creo durará poco porque, además de las circunstancias descritas, el presidente tiene cierta afinidad, desde sus orígenes políticos, con la derecha; no en vano su militancia comenzó en un movimiento guerrillero que apoyaba al exmilitar Gustavo Rojas Pinilla.

ANTES DEL FIN

Devastadora ola invernal en Colombia; en el norte de Antioquia, con las carreteras descuidadas totalmente por la gobernación de Aníbal Gaviria la situación es insostenible. Insostenible, también, el manejo de las pasturas; otro factor que se une a la crisis del sector lechero de los últimos años.

El final de la emergencia sanitaria es, desde luego, una buena noticia;  pero podría generar una gran crisis en el área de la salud porque el Covid-19 sigue haciendo de las suyas, inclusive con este servidor.

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