LA MEDELLÍN QUE VI TRANSFORMARSE

LA MEDELLÍN QUE VI TRANSFORMARSE

Eligio Palacio Roldán

Hace cuarenta años llegué a Medellín cargado de ilusiones, acá estudié y trabajé y vi la evolución de la ciudad con eventos ya icónicos como la inauguración del metro, noviembre de 1995, al que muchos no le veían mayor futuro. Pero no solo ha sido el metro, durante este tiempo, cada administración ha querido hacer algo más para brindarle bienestar a los habitantes de la ciudad.

A finales de 1982, cuando llegué a la ciudad, esta tenía un aspecto pueblerino, recuerdo la dificultad para tomar el transporte público para los municipios en el sector de Guayaquil. Fue en 1984 que se inauguró la Plaza Minorista que le dio el adiós a la Plaza de Mercado de Cisneros, en 1985 se inauguró la Terminal del Norte y diez años después, en 1995, la del Sur. Esta última vio la luz luego de la construcción del Aeropuerto José María Córdoba, en 1985.  A estas obras se le sumaron las escaleras eléctricas de la Comuna 13, 2012, el viaducto de esa misma comuna cuya construcción se inició en 2011 y aún avanza por la ladera, los metrocables: Santo Domingo -2004, San Javier – 2008, ARVÍ – 2010, Villa Sierra – 2016, Miraflores 2019 y El Progreso 2021, el Tranvía – 2016, entre otras.

Se destacan también, el sistema de transporte Metroplus -2011, Parques del Río – 2016 y 2019 y los jardines en las principales avenidas de la ciudad entre 2018 y 2019. Pero no todo fue color de rosa, hubo cuatro fiascos: La Biblioteca España en Santo Domingo Savio, el puente peatonal sobre el río Medellín a la altura de La Macarena, la Estación San Pedro del Metroplus y las cuestionadas pirámides de la Avenida Oriental.

Durante estos años, la ciudad creció hacia el sector Poblado y Llano Grande en el oriente antioqueño en la búsqueda de un mejor bienestar de sus gentes de mayores recursos económicos, continuando con la historia de poblamiento de la ciudad que partió del Parque de El Poblado, Parque de Berrío, Estación Villa, Barrio Prado y Laureles. Acá en Medellín las autoridades se preocuparon por un mayor bienestar, manteniendo la ciudad limpia y tratando de aminorar los problemas de movilidad.

Medellín se ha transformado, de la mano de gobernantes bien intencionados que han dado continuidad a los proyectos de infraestructura y a las actividades de apoyo social que pretenden mejorar la calidad de vida de las gentes de las comunas más pobres.

La actual administración habla del Metro de la La 80, pero ya no tendrá tiempo de entregarlo y no se visibilizan otras obras de impacto. Eso sí, se ven situaciones que afean la ciudad como la proliferación de basuras en sus calles, nunca antes vista, adiós a la «tacita de plata», los malos olores, el decaimiento de la otrora cultura metro, el problema de movilidad pues las calles se convirtieron en extensos parqueaderos que dificultan el tráfico y el descuido de las zonas verdes de parques, calles y avenidas. Aunado a los problemas de seguridad y de los habitantes de la calle que parecen no tener control.

Al recorrer la Avenida Oriental y verla poblada de indigentes, dan ganas de llorar.

En fin, siento que el progreso de la ciudad se detuvo en estos tres años ante la palabrería efectista del mandatario actual.

ANTES DEL FIN

Un trabajador de la finca abonaba solo los parajes por donde yo transitaba para que yo la viera en buen estado. Lo mismo le pasa al alcalde de Medellín: construye hermosos jardines en las paredes externas de la alcaldía, pero descuida los restantes de la ciudad. Sería deseable que recorriera las  calles de Medellín y simplemente las observara.

Visitar las ciudades por fuera de Colombia es reconocer lo atrasado que se encuentra el país, económica y socialmente.

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EL MUNDO PALPITA EN EL CORAZÓN DE LA COMUNA 13 DE MEDELLÍN

EL MUNDO PALPITA EN EL CORAZÓN DE LA COMUNA 13 DE MEDELLÍN

La Comuna 13 de Medellín se ha constituido en un ícono de transformación social a nivel mundial; así lo reconocen propios y extraños. Por su viaducto se ven más extranjeros juntos que quizás en cualquier otro lugar de Colombia y es referente en otros lugares turísticos tal como lo evidencié en un reciente viaje a Bahía Solano donde españoles y alemanes hablaban de la belleza y la impresionante mutación de la zona al pasar de un pasado oscuro a un presente esplendoroso, una prueba que cuando se quiere se puede.

PRINCIPIOS PARTIDOS

PRINCIPIOS PARTIDOS

Eligio Palacio Roldán

Los principios y los partidos fueron los elementos constitutivos de la política colombiana durante doscientos años; en el ocaso del siglo XX y los albores del XXI, unos y otros, desaparecieron para convertir candidatos y electores en simples mercancías que se compran y se venden al mejor postor, cual ganado vacuno en subasta pública.

El principio del fin de los partidos políticos en Colombia fue la pérdida de sus principios, pérdida que se dio a partir del llamado Frente Nacional, un pacto político entre los partidos Liberal y Conservador de Colombia, con el objetivo de sacar del poder al General Gustavo Rojas Pinilla, quien luego de un golpe de estado en 1953 pretendía perpetuarse en el poder. Dicho acuerdo estuvo vigente entre los años de 1958 a 1974”

Con el Frente Nacional y más allá de él, hasta nuestros días, los partidos políticos soportaron sus estructuras a partir del reparto del presupuesto y de la burocracia de la administración pública olvidando sus principios. Solo hubo un intento de tener la dignidad de vivir por fuera de la burocracia, durante el gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), cuando el Partido Conservador se embarcó en la llamada Oposición Reflexiva; le fue tan mal que desde entonces se ha mimetizado en todos los gobiernos tratando de “conservar” sus prebendas. Prebendas si ha conservado por que de resto ha pasado sin ruborizarse entre gobiernos tan disímiles como los de Samper-Pastrana, Pastrana-Uribe, Uribe-Santos, Santos-Duque y ahora, escandalosamente diferentes en su esencia, Duque-Petro; igual sucedió con el otrora glorioso Partido Liberal y, ahora, ambos desaparecieron para dar paso a movimientos intrascendentes atados al “gamonal” del momento. Y digo gamonal porque desde Luis Carlos Galán, asesinado el 18 de agosto de 1989, y Álvaro Gómez, asesinado el 2 de noviembre de 1995, Colombia solo ha tenido dos líderes, Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro, que desafortunadamente traspasaron las fronteras hacia el caudillismo De resto, nada, solo mercaderes de la política.

El panorama de la Colombia de hoy es desolador, máxime si se tiene en cuenta que al igual que sus dirigentes, lo electores, los pocos electores, menos del sesenta por ciento de la población habilitada para votar, elige pensando en su estómago y no en el bienestar de la patria. Prueba de ello, es que cada cuatro años se eligen los mismos parlamentarios que supuestamente traicionan los principios de los partidos; por supuesto, los electores, no traicionan nada y a nadie porque también deambulan de un lado para otro tras un “plato de lentejas” porque sencillamente los principios están partidos, “hechos trizas”.

ANTES DEL FIN

Quisiera pensar, quisiera creer que el presidente Petro va a hacer un buen gobierno, pero su arranque indica que no será así. Que preocupante para Colombia y los colombianos.

Unos turistas españoles, de los muchos turistas que visitan a Colombia; el fin de semana anterior, al recorrer las húmedas calles en tierra del poblado El Valle de Bahía Solano, se mostraban sorprendidos de que en un mismo país coexistieran poblados tan diferentes como el que pisaban y metrópolis como Bogotá y Medellín. También hablaban maravillas de la transformación de la Comuna 13 de Medellín.

Visitando el poblado El Valle, de Bahía Solano, pensaba en lo que es riqueza y pobreza. Los habitantes de esa zona son verdaderamente ricos: viven felices y descansados con los frutos que le brinda la naturaleza a su paso. Cero estrés.

EL SIGNIFICADO DE TRABAJAR

EL SIGNIFICADO DE TRABAJAR

Eligio Palacio Roldán

“Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás”

Génesis 3:19

La sentencia bíblica “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”, escuchada y repetida desde los primeros años de vida, real pero transmitida de manera sesgada y tendenciosa como tantas otras, nos ha hecho pensar que el trabajo es un castigo. No lo es utilizar ese sudor para acabar con los recursos naturales y la misma tierra; pero bueno, ese es otro tema.

Por estos días se produce en la entidad donde trabajo un cambio de personal como consecuencia de un concurso para el ingreso; la alegría de los nuevos compañeros y la tristeza de quienes se han ido demuestran la importancia del trabajo para el ser humano y no lo digo solo en la parte económica sino en la de su realización profesional y personal. Esas expresiones tangibles ante mis ojos se han visto repetidas, diría yo, en todo el transcurrir de mi existencia; también la de cansancio y aburrición de algunos frente a ese mismo trabajo como señalándome que la sentencia bíblica es verdad, sin embargo, estas últimas expresiones jamás serán comparables con las descritas inicialmente.

Mi historia y la de las personas que en algún momento han tenido trayectos comunes conmigo son testimonio del significado de un trabajo digno en la vida de un ser humano; más que un castigo, es una bendición, permite valorarse a sí mismo, ocupar el tiempo de manera productiva, generar alternativas para alcanzar los sueños y en general tener un proyecto de vida saludable que permita proyectarse hacia sí mismo, la familia y la sociedad; como dijera Carl Marx “el trabajo dignifica al hombre”.

No tener un trabajo, no trabajar, generalmente genera baja autoestima y con ello dificultades personales, familiares y en muchas oportunidades depresión. No trabajar en algo que llene el alma es una verdadera desgracia.

No obstante, las ventajas de un trabajo, hay personas que se dedican a hacer de él una especie de esclavitud, venden su tiempo a cambio de unas cuantas monedas y se la pasan esperando que la jornada termine, aportando poco o nada a la empresa donde laboran y mucho menos a su bienestar personal. Es decir, pasan sin pena ni gloria y muchas veces ni se inmutan por enterarse, su capacidad mental no les alcanza o se hacen literalmente los bobos tratando de engañarse a si mismos y a los demás. Estas personas debieran hacer un pare en sus vidas, dar un paso a un lado y dejar libres los cargos que faltando a la ética ocupan, para permitir el disfrute de otros que si sepan valorarlos.

Para ser feliz en el trabajo hay que entregar el alma y no necesariamente trabajar en lo que se soñó, alguna vez, sino aprender a querer lo que se hace, a disfrutarlo, a gozarlo. De verdad, no es difícil, es cuestión de persistencia, de ganas, de voluntad.

Trabajar, es tener la experiencia más transformadora que pueda tener un ser humano.

ANTES DEL FIN

Mi solidaridad con quienes no tienen trabajo. Esa situación ha sido la más dificil de mi existencia.

Hace algunos días vi, como es costumbre, muchas personas orando a la Virgen de la Aguacatala en Medellín, por curiosidad pregunté qué era lo que pedían a la virgen y en su mayoría me contestaron que trabajo. También agradecían tenerlo.

Para alimentar el espíritu y ver el progreso de las comunidades, nada mejor que visitar la Comuna 13 de Medellín.

Impresiona la inundación de basuras que sufre la otrora tacita de plata, Medellín.

El invierno sigue haciendo de las suyas, las consecuencias del cambio climático que muchos quieren ignorar.

MANEJANDO EL BUS… MANEJANDO EL BUS.

MANEJANDO EL BUS… MANEJANDO EL BUS.

En un oficio tradicionalmente para hombres, María Eugenia Cano, conductora de un bus de la Comuna 13, se siente realizada.

¡JÓVENES! ¡JÓVENES! ¡JÓVENES!

¡JÓVENES! ¡JÓVENES! ¡JÓVENES!

Eligio Palacio Roldán

“La juventud anuncia al hombre como la mañana al día”

John Milton

¡Jóvenes! ¡Jóvenes! ¡Jóvenes! Jóvenes de todas las formas, bellezas y colores hay por doquier ahora en Colombia. Se hicieron visibles con las protestas y parecen ser todos víctimas de un sistema injusto que no fue capaz de crear las condiciones necesarias para su crecimiento personal y profesional. Pero no hay tal, o no para todos.  

Los 11.5 millones de jóvenes que hay en Colombia, un 26% de toda la población, al igual que el resto de los humanos, se pueden clasificar de diversas maneras, más allá de su apariencia física. Los hay fuertes, arriesgados y triunfadores con o sin adversidades en su historia personal; derrotados sin apenas comenzar la batalla; vencidos en la guerra injusta del capitalismo o atrapados en un socialismo innato en el que pretenden que todo se los den pues se consideran merecedores de lo humano y hasta de lo divino. ¿Qué puede marcar la diferencia entre unos y otros? Sin duda la formación.

Hablo de la formación desde el hogar, el colegio o desde el mismo medio social que los abriga. Formación que indefectiblemente ha cambiado, a grandes pasos, de generación en generación; esos cambios conducen cada vez más, o al menos en Colombia, al dinero como símbolo de grandeza y a la pérdida de otros valores como el sacrificio, la solidaridad o la espiritualidad. Obviamente, esto se potencializa con una sociedad de consumo muy influyente, unos medios de comunicación poco conscientes de su responsabilidad social y una educación cada vez más precaria.

En la formación de los jóvenes tiene mucho que ver, desde luego, el estado. Un estado que ha dejado gran parte de la responsabilidad en un magisterio que, también, ha perdido en gran parte sus valores y olvidó su responsabilidad frente a las nuevas generaciones. En deuda quedaron además los padres que sucumbieron ante la misma sociedad de consumo que privilegia el parecer sobre el ser.

En medio de una crisis económica y social como la que afronta el país, desatada por el coronavirus y la acumulación de frustraciones en parte de la juventud, el gobierno debe enfocar sus esfuerzos en fortalecer la educación y rescatarla de las manos de Fecode, una organización sindical que ha hecho más mal que bien de acuerdo con los resultados que saltan a la vista, y en la generación o consolidación de proyectos productivos, de emprendimientos. La estrategia de ingresos solidarios nos acerca peligrosamente a las políticas de otras naciones como Cuba donde los jóvenes, adultos y ya adultos mayores se acostumbraron a no trabajar porque el estado les brinda todo, aunque sea poco, y a eso, precisamente a eso, juegan ahora muchos colombianos que pretenden que el gobierno les cubra todas sus necesidades y deseos sin hacer el mayor esfuerzo.

Con la cultura del odio, como estrategia política, cimentada desde los centros educativos e incluso desde el hogar, los jóvenes colombianos serán más desgraciados que sus mayores. Es hora de invertir, también, en la salud mental de toda la sociedad.

ANTES DEL FIN

Escribiendo estas notas recuerdo a Reymington Rojas, guía en Caño Cristales y La Macarena, y en la difícil situación que afronta él y el sector turístico del país. Cuando la pandemia cese es un deber de colombiano recorrer los rincones de Colombia y resarcir en algo estos momentos difíciles. También pienso en quienes transformaron su vida alrededor del turismo en la Comuna 13 de Medellín y por la pandemia retrocedieron varios años en su camino hacia la prosperidad. Es necesario apoyarlos desde el emprendimiento.

“Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!”

Rubén Darío

COMUNA 13 PIDE AYUDA POR COVID-19

COMUNA 13 PIDE AYUDA POR COVID-1

Eligio Palacio Roldán

La Comuna 13 de Medellín, parece estar condenada a la miseria. Luego de una trágica historia marcada por el narcotráfico, la guerrilla y la violencia, resurgió de las cenizas gracias a la inversión social de las diferentes alcaldías de la ciudad y el auge del turismo internacional y local. Hoy los habitantes de la colorida zona sucumben ante el hambre y la desocupación originada por al pandemia del COVID-19.

HAMBRE EN LA COMUNA 13… EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

HAMBRE EN LA COMUNA 13… EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

Eligio Palacio Roldán

Luego de «un respiro» en sus vidas, dado por el turismo nacional e internacional en la zona, los habitantes de la icónica Comuna 13 de Medellín vuelven a padecer los embates del hambre. Esta vez, el aislamiento no está originado en la violencia sino en la pandemia del coronavirus.

Aquí, uno de sus habitantes, narra su historia reciente.

…EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS II

…EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS II

Eligio Palacio Roldán

Desde que comencé a escribir, con continuidad, hace unos siete años, nunca había tenido tanto tiempo ni tantas cosas para escribir. Tampoco tanta falta de concentración. Y es que el coronavirus lo desbordó todo, hasta la imaginación.

La semana pasa escribí: …EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS (https://eligiopalacio.com/2020/03/12/en-los-tiempos-del-coronavirus/), donde hacía una reflexión sobre la pandemia. Hoy solo quiero contarles como la he vivido:

Al comienzo de la semana estaba tranquilo, no creía fuera tan grave la situación. El martes, en una reunión temprana se me alertó sobre la gravedad del coronavirus, me advirtieron sobre un futuro incierto pero dramático: “El común de las gentes no ha dimensionado la crisis que nos llega en salud, economía y seguridad cuando el hambre empiece a hacer estragos”. Alarmado informé a quien pude. Algunos me criticaron por sensacionalista, pero el tiempo me daría la razón.

En el trabajo los días martes, miércoles y jueves fueron un verdadero “tobogán” de decisiones precipitadas pero acertadas. El jueves en las horas de la mañana la orden fue “trabajo en casa” y aislamiento preventivo. Mi decisión: retirarme en la finca. Sin embargo, de inmediato recibí críticas por quizás contagiar a otras gentes.

Esa crítica no la comprendí hasta emprender el viaje: Como pude traté de aislarme en el vehículo que me transportaba, un dolor persistente en la garganta me angustiaba. Una tarde de bruma acompañó mi recorrido por la vía San Pedro de los Milagros y volví a creer en el apocalipsis, solo faltaba la oscuridad total

Al llegar a Entrerríos ingresé a un supermercado y adquirí algo para mi alimentación, me encontré con una hermana que me tocó en el hombro: Sentí pánico de contagiarla. Luego tomé un vehículo y hui, en medio de la noche, con la sensación de haber cometido un delito. Al llegar a la finca se desató la gripa. ¿O el coronavirus?

El viernes, las redes sociales y los medios de comunicación alertaban sobre el desplazamiento masivo hacia Santafé de Antioquia. Acción muy criticable, al igual que la mía. Como en Italia las poblaciones serán más vulnerables no solo por la migración desde las grandes ciudades sino por la dificultad para controlar las reuniones; en especial en las áreas rurales. Ese día, en la noche, el Presidente de la República, Iván Duque, ordena la cuarentena en todo el país.

El sábado recibo un angustioso llamado desde la Comuna 13: La situación es de hambre y no saben qué hacer. Me envían videos de lo que sucede. Entro en pánico: La información recibida el martes es real y lo que sucede corresponde a las advertencias hechas: Pronto se iniciará la guerra del hambre.

Creo que es tiempo de que todos los colombianos hagamos un esfuerzo adicional para atender las necesidades de los más afectados. El gobierno debe hacer un llamado a la comunidad para enfrentar la situación, también, desde lo económico y social.  ES URGENTE.

ANTES DEL FIN

Además del hambre de miles de colombianos enfrentamos la guerra contra el aburrimiento y el encierro. Cómo hacer felices estos tiempos es el gran reto. Los medios de comunicación: radio, televisión y nuevos medios digitales tienen una gran oportunidad.

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