LA CASA… EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS VII
Eligio Palacio Roldán
Para los mayores de cuarenta años y las generaciones de sus padres tener una casa propia era uno los principales objetivos de su existencia. “Tener una casa no es riqueza, pero no tenerla es la mayor pobreza”, afirma un viejo dicho popular.
Para lograr hacerse a una vivienda se trabajaba toda la vida e incluso era necesaria más de una generación, para alcanzar tan anhelado sueño. En los recuerdos tristes, de más de un ser humano, está la frustración, en especial de la madre, por haber llegado el momento de la muerte sin tener una casa propia donde dejar abrigados a sus hijos.
Era tan trascendental la consecución de una casa que incluso sirvió de inspiración a los cantantes. Es icónica la canción “La casa nueva” (https://youtu.be/frqOUGjQqro) (https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/region-de-atacama/el-temucano-desclasifico-historia-de-la-casa-nueva/2018-08-31/171602.html).
La posesión de las casas también ha sido tema de disputas familiares y del olvido, y, en ese sentido, fuentes de inspiración musical y literaria. Son ejemplos de ello CASAS VIEJAS (https://youtu.be/FVFwsLGzvIA), NADA (https://youtu.be/PKdLkLBWpk4), LA CASA TOMADA (https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_tomada) y hasta LA CASA DE LOS OTROS (https://eligiopalacio.com/2019/07/28/la-casa-de-los-otros-video/).
En el siglo XXI, la casa parecía haber perdido su importancia, las nuevas generaciones encontraron otras formas de goce, como dirían los psicoanalistas; la atención se dirigió al deporte, los viajes, la rumba, los gimnasios, los centros comerciales, la moda, entre otros. La casa, más que un hogar, se había convertido en un sitio para dormir hasta que llegó el coronavirus a ubicarla, otra vez, como pilar de la existencia.
Desde hace más de un mes, los colombianos, permanecen encerrados en sus casas y, como consecuencia, estas retomaron las dimensiones simbólicas de antaño. Ahora no son solo un lugar para dormir; son, además, el espacio donde se trabaja, se divierte, se convive, se sufre, se sueña y se lucha. Una lucha sin precedentes no solo contra el virus en sí, COVID – 19, sino contra el apego a las formas de estar en el mundo; unas formas muy diferentes a las demás pandemias, en la historia de la humanidad.
La casa vuelve a ser un sitio de convivencia mucho más complejo que antes, dado el individualismo del ser humano de hoy. Se abre paso una transformación de la unidad familiar, en medio del encierro, que marcará un antes y un después: De esta crisis, las familias, saldrán quizás más fortalecidas que antaño o utilizando una frase de los políticos “vueltas trizas”. Todo depende de la actitud para enfrentar las crisis, tanto económicas como de espacio y especialmente la falta de libertad.
Ahora, más que antes, se anhelan casas grandes y cómodas, donde se sea y se esté más feliz. Los apartamentos pequeños quizás pierdan su encanto. Vuelve a retomar su sentido la canción la casa nueva.
Además de la casa, retoma su fuerza la vida en el campo: la libertad para ver, sentir, desplazarse o, tan solo, respirar ganan en el deseo del ser humano. Después del coronavirus las ciudades terminarán por perder su encanto, ya venido a menos desde antes.
ANTES DEL FIN
Son cada vez más las voces que claman ayuda. Es imperante la solidaridad de cada uno de los colombianos. El coronavirus quizás se supere, las guerras del hambre podrían ser la mayor catástrofe de la historia reciente de la humanidad. Es necesario apoyar a los gobernantes en sus decisiones, en ellos se depositó la confianza y están en un momento histórico para el mundo.
Muy bien el manejo de la crisis por parte del gobierno Duque. Sin embargo, cómo hacer para que una sociedad corrupta, como la nuestra, no haga “su agosto” con las ayudas para los más necesitados. Hoy más que ayer se hace urgente la ética frente a los demás.
Ese tema musical «la casa nueva» yo sí la había oído, pero nunca escuchado -hasta hoy-
Por otra parte, he tenido una conviccion inamovible: «el ser humano debe aspirar y trabajar para hacerse a un espaciesito en el universo que lo sienta propio…así sea lo único que consiga»
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Así es señor periodista, tener Casa es una riqueza, y más si es un regalo Materno, donde el trabajo arduo, como solo lo hacen nuestras Madres por dejarnos un lugar donde vivir, otro cuento es la Avaricia y tomar ventaja de algún miembro de la familia.
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