LA MUERTE
Eligio Palacio Roldán
Enfrentar la muerte de alguien cercano es una experiencia compleja por el misterio que encierra, por el desprendimiento que implica.
Mayor inquietud que la vida misma genera la muerte, entre los seres humanos. Nadie sabe, o no recuerda, si tenía expectativas o miedos antes de nacer y que sucedió en el momento de despertar en este mundo; pero desde que se tiene uso de razón, se sabe que el destino final será abandonar la tierra para siempre y la mayoría de los seres humanos viven ese proceso hasta el momento mismo de desaparecer, que quizás sea similar al del nacimiento.
No obstante, la conciencia o la preocupación por la muerte, normalmente, el ser humano se proyecta al futuro como si se fuese eterno, así sea en cuerpo ajeno, de los hijos generalmente. Hay una especie de negación de la finitud de la existencia.
La muerte en algunas culturas no es traumática y se recibe como una bendición e incluso se festeja (La de los católicos es muy mal mercadeada, dice una gran amiga). Pero sea recibida con alegría o con tristeza, genera todo tipo de leyendas y elucubraciones, entre los seres humanos. Aceptar que después de la muerte no hay nada, hace al ser humano insignificante y lo lleva a la simple clasificación de animal. De ahí la necesidad de tener Dioses que le garanticen diferenciarse de las demás especies y le permita “soñar” con otra vida que le permita ser eterno. Es decir, no morir, no desaparecer.
¿Qué hay en el “más allá”? Realmente nadie lo sabe y todo son especulaciones. Incluidas, claro, las supuestas conversaciones con seres que ya han fallecido y los escritos contenidos en los diferentes libros de carácter religioso y/o esotérico. Incluso no se sabe si ese “más allá” existe. En ese orden de ideas, no sabemos que sucede al abandonar esta vida, pero si lo que se siente cuando alguien cercano se marcha para siempre.
Normalmente las desgracias, las enfermedades y la muerte se perciben como asunto de los demás, pero como dice la canción de Alberto Cortez “…olvidamos que somos, los demás de los demás; que tenemos el lomo como todos los demás…” Y un día nos llega, con su crudeza.
Enfrentar la muerte de alguien cercano es una experiencia compleja por el misterio que encierra, por el desprendimiento que implica. Saber que ya no más: jamás habrá una palabra, una respuesta, una sonrisa. Ya no se podrá ver, ni sentir, ni tocar al ser que se ama.
Ahí están las cosas que tuvo y no se pudo llevar, testigos del dolor que implica su partida. Y luego solo estarán los recuerdos, cada vez más escasos y hermosos, hasta el olvido final.
Puede ver https://eligiopalacio.com/2018/09/14/ausencia-2/
ANTES DEL FIN
Las Animas del Purgatorio son otra manifestación de la negación de la muerte. Ver EL ANIMERO https://eligiopalacio.com/2016/11/10/el-animero/
Preocupan las constantes protestas en Colombia, en especial las de los estudiantes. Es verdad que la situación de la educación en el país es compleja, pero hay que poner de parte y parte entre todos los sectores que exigen y exigen como si Colombia fuera un estado rico y cuando se proponen alternativas de financiación (Reforma Tributaria), también todos protestan.
Llegó la Navidad. No se pierda lo mejor de esta época de año en los siguientes enlaces:
NAVIDAD https://eligiopalacio.com/navidad-2/
CUENTOS DE NAVIDAD https://eligiopalacio.com/cuentos-de-navidad/
Es traumática he incierta la muerte y nadie sabe de lo que hay detrás de ella, es verdad. En mi opinión, es bueno y saludable arraigar la fe de otra vida o de la transformación del espíritu. Yo creo que esta fe, ha hecho menos traumática y difícil la muerte, no sólo, para los que ya les llegó, sinó, para los que realmente la sufrimos, que somos todos, los que no nos ha llegado aún.
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