PETRO, JENARO PÉREZ Y LA REVOLUCIÓN

PETRO, JENARO PÉREZ Y LA REVOLUCIÓN

Eligio Palacio Roldan

He fallado en creer mucho en la gente que me rodea, en creer que puedo hacer una revolución gobernando

Gustavo Petro

“El presidente colombiano admitió que su mayor error fue confiar en que una revolución podría llevarse a cabo gobernando e insistió en que se debe hacer desde “las movilizaciones populares””

Reconoce Gustavo Petro que su gobierno falló al hacer una revolución por la que ha estado en “pie de lucha” desde sus tiempos de guerrillero del M19 y para la cual quiso llegar al poder y que, ahora, pretende se haga desde “las movilizaciones populares”.

Tiene razón en su análisis, el presidente, pero no en la vertiente escogida de la palabra “movilización” para hacer una revolución. La Real Academia de la Lengua Española la define como “Acción de Movilizar” y “Movilizar” en dos acepciones: “Poner en actividad o movimiento” y “Convocar, incorporar a filas, poner en pie de guerra tropas u otros elementos militares”.

La movilización popular que ha emprendido Petro es la de la confrontación, la de la destrucción del capital, el empleo y la riqueza, la de la confrontación social, la que fomenta el odio y el resentimiento. Desconoce el personaje las bondades del otro tipo de movilización que solo está en la mente y el corazón de los verdaderos líderes. Eso le decía a un petrista, esta semana, que creyó en que el presidente era un líder y ahora se lamenta, como miles de colombianos, por haberlo elegido.

Le ponía de ejemplo, otra vez, como muchas veces, la revolución generada en el norte antioqueño y gran parte del país en la segunda mitad del siglo XX, una revolución pecuaria que llevaría a la transformación de la región, sus gentes y su forma de actuar en la vida, una revolución sin armas, pero con movimiento, mucho movimiento.

Le hablaba, obviamente, del revolucionario más importante del país en lo corrido de mi existencia, del doctor Jenaro Pérez y de cómo logró frenar las migraciones del hambre, hacia las fabricas de textiles en el Valle de Aburrá, en la décadas de los sesenta y setenta, de cómo hizo para que los campesinos creyeran en la incipiente ganadería como fuente de riqueza, de cómo logró que creyeran en ellos mismos y como las nuevas generaciones respiran optimismo a pesar del otro tipo de movilización que quiere hacer un presidente ausente de la realidad, inmerso en las fantasías de un socialismo que ya demostró su fracaso.

Le contaba, como ricos y pobres practicaban la solidaridad a través de Colanta y cómo unos y otros se beneficiaban y cómo las nuevas generaciones a pesar de su orgullo y capacidad emprendedora olvidan o ignoran el origen de esa nueva raza que puebla las montañas de nuestra Antioquia.

Le decía, además, cómo la izquierda de nuestro país, a la que él pertenece, había errado el camino, desde siempre, tratando de destruir y, sólo generando envidia por quien tiene, por quien construye.

Le reflexionaba sobre el desastre del gobierno Petro, de cómo había perdido una oportunidad histórica para una gran revolución sin armas, sin rencores, sin luchas intestinas y para demostrar que su discurso no era solo una colección de palabras insulsas, aunque a veces sonaran bonitas.

ANTES DEL FIN

Cinco años de la pandemia del Coronavirus, pandemia de la que aún no nos reponemos y sobre la cual no se han dilucidado suficientemente las consecuencias que dejó para la humanidad.

Deprimentes los escándalos de corrupción en nuestro país y la falta de ética y el egoísmo nuestro de cada día, la doble moral.

La alcaldía de Fico Gutiérrez parece quedarse, también, en puros discursos. Los problemas de Medellín siguen ahí, sin solución. Lamentable el problema de basuras, orín y mierda en sus calles.

2 comentarios sobre “PETRO, JENARO PÉREZ Y LA REVOLUCIÓN

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  1. Vale traer a la mesa las Revoluciones…así una sea para destruir y otra construyó desde 1964. Lástima que Jenaro Sabino esté revolcándose en el cementerio de Entrerríos porque el columnista lo igualó con Petro.

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