PRESIDENTE DE COLOMBIA ENCARCELADO

PRESIDENTE DE COLOMBIA ENCARCELADO

Eligio Palacio Roldán

Sea cual fuere la razón, lo cierto es que el destino de Colombia está en manos de un presidiario.

Quizás más que la muerte, el ser humano le teme a la enfermedad y a la cárcel que por extensión se convirtió, en especial en nuestro país, en secuestro.

El encierro, en lo imaginario y en lo real, es un castigo, el secuestro una forma abominable de obtención de recursos por parte de la delincuencia.

La historia de Colombia ha estado marcada por la cárcel y el secuestro. Nuestro actual presidente, por ejemplo, estuvo encarcelado e hizo parte de una organización criminal, el M19, que tenía como una de sus formas de lucha y de financiación el secuestro. No en vano, permanecen abiertas las heridas de la ocupación del Palacio de Justicia, por parte de la citada guerrilla, en 1985.

Pero no todo es cárcel y secuestro, hay formas más sutiles de robarle la libertad a las personas, quizás la más antigua sea la esclavitud, una especie de encarcelamiento físico y mental que ha evolucionado hacia las dictaduras, con casos cercanos a nuestra realidad, como las de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Además de las dictaduras políticas las hay en la economía y en la religión a través de la palabra, la publicidad y el mercadeo.

Una de las más eficaces y perversas formas de encarcelar a alguien es el chantaje. Como consecuencia de él se han producido separaciones, crisis económicas y suicidios. Para ejercerlo, normalmente, se cuenta con gentes inescrupulosas que se aprovechan de los secretos o los pecados de las demás personas.

Para evitar el chantaje se hace necesaria fortaleza para encarar al chantajista y la responsabilidad ética para asumir decisiones, posiciones y culpas. Si no se cuenta con esas características te conviertes en un encarcelado por el otro.

Encarcelado por Laura Sarabia y Armando Benedetti, dos cuestionados personajes de la vida nacional, parece estar el presidente Petro. Ahora como ayer, no tiene libertad para actuar, antes retenido por las autoridades colombianas, hoy en manos de los dos personajes en cuestión por su temor, falta de fortaleza para enfrentar a sus carceleros o ética para asumir las consecuencias de sus culpas.

Sea cual fuere la razón, lo cierto es que el destino de Colombia está en manos de un presidiario.

Antes del fin de la democracia estamos en Colombia. Tiempos difíciles se acercan.

ANTES DEL FIN

Muy buena la competencia radial en las horas de la mañana, Colombia bien informada, sin la espectacularidad de otros días,

“El tiempo pasa y se nos va la vida” dice canción y el paso vertiginoso del tiempo, en especial cuando eres adulto, adulto mayor.

Por esta época de cumpleaños y de la celebración del día del periodista no queda más que agradecer a la vida, a Dios y a los seres que han acompañado tu caminar.