NO LLORAR SOBRE LA LECHE DERRAMADA

NO LLORAR SOBRE LA LECHE DERRAMADA

Eligio Palacio Roldán

Hay un dicho popular “No llorar sobre la leche derramada” que hace alusión a los arrepentimientos inútiles, al “pudo ser y no fue” e invita a enfrentar con valentía las situaciones y a no quedarse sumido en la tristeza inútil.

Bonito y aleccionador el dicho, pero poco aplicable y desafortunado por estos días cuando a los campesinos colombianos no les queda otra opción que ponerse a llorar viendo correr la leche sobre la alcantarilla de los cuartos de frio, donde normalmente se almacena el líquido antes de ser recogido por los carrotanques de las plantas de procesamiento.

Daniel, un joven de 31 años, mira con tristeza los 450 litros de leche que a partir del próximo 16 de julio tendrá que botar. Sus ojos, húmedos por las lágrimas contenidas, reflejan la impotencia ante lo inevitable. Los recuerdos desordenados traen escenas de la infancia cargados de carencias y sacrificios por las dificultades económicas de su familia, allá en las montañas de Liborina; después como sus hermanos fueron encontrando fuentes de subsistencia con su trabajo en las lecherías del norte antioqueño y como él, a sus 14 años, aprendió el oficio de ordeñador, lejos de su casa, a merced de los caprichos de sus patronos y como se sembró en su espíritu guerrero el deseo de ser productor de leche.

Transcurren también las vivencias en trabajos de todo tipo para adquirir sus primeras terneras y luego buscando quién le arrendase una tierra para tener las vacas lecheras que fueran su orgullo, al igual que su pequeña gran empresa que le llenaba el alma y que en este instante, en su imaginario, se hacía trizas junto con sus ilusiones, sus ganas de salir de la pobreza, el anhelo de un bienestar para su madre viuda y sus hermanos. También, la posibilidad de construir una familia.

Daniel se siente como un condenado a muerte cuyo final ya tiene fecha: 16 de julio.

En el sector lechero hay cientos de Danieles, de jóvenes, adultos y viejos que han construido su economía y la de sus familias alrededor de la producción de leche, ahora las zonas lecheras tienen un nivel de vida superior al del resto del campo colombiano y con la situación actual de precio y volúmenes de compra del lácteo están haciendo retroceder este sector a niveles similares a los de mediados del siglo pasado, cuando los campesinos huían de hambre hacia la ciudad.

Mientras tanto, el gobierno no hace nada visible para proteger al campesino y más bien, en los territorios, los alcaldes amenazan con un ajuste del impuesto predial que no se sabe quién pagará: las autoridades actúan como si nada sucediera mientras que las economías de las zonas lecheras se desploman como un castillo de naipes.

Como Daniel, los proveedores de insumos, las entidades financieras y el comercio en general de las zonas lecheras esperan una catástrofe financiera.

Puede leer: VIENTOS DE RECESIÓN EN EL SECTOR LECHERO https://eligiopalacio.com/2024/03/08/vientos-de-recesion-en-el-sector-lechero/

ANTES DEL FIN

Así como el verano puso en aprietos el sector agrícola colombiano, el lechero desde luego, el invierno está haciendo lo propio. Al campo le cayeron todos los males juntos, no olvidar el problema de la seguridad.

Muy buena la telenovela “Devuélveme la Vida” y excelente el respaldo de los televidentes, lo que indica que novela es novela y que el público está dispuesto a seguir soñando. Un espaldarazo a las novelas de autor.

Puede ver; COLANTA – JENARO PEREZ https://eligiopalacio.com/2015/02/04/colanta-jenaro-perez/

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