RESPONSABILIDAD HISTÓRICA
Eligio Palacio Roldán
Hastiados de los procederes de la clase política tradicional los colombianos eligieron al presidente Gustavo Petro, del Pacto Histórico, con la esperanza de una nueva forma de gobernar: más ética, comprometida, responsable, honesta. Las pasadas elecciones generaron expectativas muy positivas en sectores intelectuales y progresistas que fueron decayendo con el pasar de los días, hasta hoy que el gobierno marca mínimos históricos de popularidad.
Mientras el gobierno se desgasta la oposición se crece, las protestas se toman las calles como otrora lo hicieran con los gobiernos de derecha y, “al final, la vida sigue igual”. Todo sigue igual porque nada cambió, los políticos de izquierda, derecha o centro siguen en su carrusel de corrupción, luchando por sus beneficios personales, por la burocracia que garantice su reelección, por los contratos, y mientras tanto el pueblo, ahí, suspendido en el tiempo, repitiendo la historia, tras una ilusión que nunca se hará realidad.
Los grupos armados al margen de la ley siguen burlándose del gobierno de turno, de los colombianos, como lo han hecho en los últimos sesenta años, mientras el ejecutivo hace esfuerzos, como siempre, para pasar a la historia como el que logró la paz, rompiendo la tradición de violencia del país, y lo ciudadanos de bien se resignan calladamente, con miedo, ante la impunidad como precio que hay que pagar por diálogos de paz de duración indefinida.
Gran parte de la prensa nacional extraviada, como siempre, de idiota útil de los políticos y los grupos de poder de turno, pontificando, aplicando justicia, especulando, condenando, creyéndose los dueños de la verdad, renunciando a la posibilidad de cuestionar su objetividad y haciendo parte del juego político con unas actuaciones que dan pena ajena a quienes compartimos la hermosa profesión del periodismo.
Pues bien, es el momento de que todos los estamentos de la sociedad asuman una responsabilidad histórica: el gobierno y el Pacto Histórico para demostrar que no son más de lo mismo, que tienen la capacidad de gobernar sin sectarismos, con honestidad, sin desinformación ni triquiñuelas propias de una izquierda arcaica, buscando el bien del país por encima de sus intereses personales, la oposición manifestando tácitamente que aprendieron la lección y que van a obrar en consecuencia, esto es rompiendo con su tradición corrupta y personalista, los colombianos no dejándose usar por unos y otros y entre todos, incluida la Colombia empresarial, tratando de construir el tan anhelado “Acuerdo sobre lo Fundamental” que predicara hace treinta años el inmolado líder colombiano Alvaro Gómez Hurtado.
Es mucho pedir, claro, antes nuestra clase dirigente tendría que reeducarse porque su forma de ver la vida es desde la ambición de poder y dinero, engendrando todo tipo de componendas, que solo conducen a la corrupción, en desmedro de la Colombia que dicen defender en sinnúmero de discursos inocuos, tontos, dada la disparidad entre lo que dicen y lo que hacen.
A mis sesenta años, creo, no me tocará ver una Colombia distinta, enmarcada en principios de honestidad con lo público y en la solidaridad entre todos. Habrá que pensar que las próximas generaciones sabrán rectificar el camino que no supimos andar, para ello solo educación, pero educación desde la ética. Mucho pedirle a Fecode, desde luego.
ANTES DEL FIN
Termina el primer semestre de 2023, corre la vida a un ritmo frenético que no deja tiempo para compartir, para aquietarse, para respirar, en pocos días empezaremos a escuchar que “se siente que viene diciembre”
Qué difícil es decidir las pequeñas grandes incertidumbres de la existencia.
Atrás quedaron los tiempos en que se veía la televisión abierta en Colombia. ¿Culpa de las nuevas tecnologías o de la falta de creativos?
Llega el grupo periodístico de La FM a la básica de RCN, una buena decisión que equilibrará la sintonía de la mañana en la radio colombiana.
Si señor, muchas personas que no votamos ni por la izquierda, ni por el Pacto Histórico, ni por Petro, por allá en lo más profundo pensamos hace un año: ¡qué tal vaya y nos sorprendan con una nueva forma de gobernar!…y no, tal sorpresa no apareció. Ahí sí como dice mi buen paisano Fabio Pérez Martínez: «hombre Norman, no espere cambios de estilo…espere más bien cambio de corruptos»… Eligio: ¿usted espera algo bueno de Fecode?…volvete serio…
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