EL BESO DEL ADIÓS
Eligio Palacio Roldán

Desde siempre espero ese beso. Incluso creería que desde antes de nacer. Lo imagino cientos, miles de veces. Lo lloró también en sus días de melancolía.
Con el paso del tiempo lo creyó imposible. Máxime después de su partida.
Aquella noche, después de un intenso día, cuando transitaba los senderos insondables del sueño, ella llegó hasta su cama, le apartó la sábana que le cubría el rostro y lo besó.
El se sintió feliz por unos instantes, hasta que comprendió que aquél no era ese primer beso soñado, si no el ultimo. El beso del adiós