RECESIÓN EN EL SECTOR LECHERO
Eligio Palacio Roldán
-
Dolor entre los campesinos por la crisis
-
Algunos esperan la ayuda del gobierno Santos
-
Los más pequeños no parecen tener posibilidades de resistir
Los rumores comenzaron semanas atrás. Los campesinos se reunían en los cafés de los pueblos lecheros, en el frío norte de Antioquia. Se les veía tristes, preocupados: COLANTA rebajaría el precio de la leche a sus proveedores y limitaría las compras a promedios de semanas atrás.
La semana anterior el rumor se hizo realidad, personal de COLANTA los reunió para comunicarles la triste noticia: “Los precios de la leche en el mundo han caído más del 50% en el último año. Esta situación se agravó con las masivas importaciones de leche en polvo a Colombia que fueron 20 mil toneladas en el último año, y la suspensión de la compra de 100 mil litros diarios de leche por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, aproximadamente 18 millones de litros, donde COLANTA ha sido principal proveedor.
Ante la coyuntura, COLANTA suspendió el recibo de leche con menos de 2.90% de proteína, y fijó cupos máximos de recibo. La rebaja en el precio del productor por litro es entre $10 y $70, a partir de mayo…”
Los campesinos no pudieron ocultar sus lágrimas. Los más jóvenes protestaron de rabia, de impotencia. Los mayores recordaron tiempos aciagos que creyeron no volverían. Muchos de ellos habían regresado a sus terruños por el impulso que le dio COLANTA, a la región (COLANTA – JENARO PEREZ http://wp.me/p2LJK4-1cn), y ahora, cerrando los ojos, veían desaparecer el verde de sus terruños y el regreso a un café cargado de miseria. Y volvían las preguntas del ayer: ¿A dónde irían sus hijos, sus nietos, a buscar fortuna si las fábricas de textiles, que un día les había dado abrigo a ellos, ya ni siquiera existían?
Este fin de semana fue triste, muy triste, en el norte de Antioquia. Los comerciantes ya empiezan a ver mermados sus ingresos y los campesinos hacen cuentas y cuentas tratando de encontrar una salida para sus deudas, para sus pequeñas economías, para sus pequeñas grandes familias.
La crisis por la reducción en el precio y en el volumen de la leche comprada por COLANTA afecta directamente a 14.000 familias, 70.000 colombianos, e indirectamente a más de medio millón habitantes, en su mayoría, del norte antioqueño.
Además de las importaciones de leche y las ventas fallidas al ICBF se suma a la crisis por las ventas a Venezuela, mercado que en el año 2013 ascendió a 13.000 toneladas.
Analistas consideran que la recesión en el sector lechero es consecuencia directa de la crisis del petróleo que afecta enormemente al vecino país y del déficit del gobierno colombiano, que se refleja en la disminución de la compra del alimento por el ICBF. Afirman que la situación podría mejorar, a mediano plazo, si se reorienta la producción hacia la carne, como lo viene promoviendo COLANTA.
A corto plazo no parece haber una solución al problema y, como siempre, al final resistirán los de mayor capacidad económica y en el camino quedarán, en la pobreza, la mayoría de los minifundistas del sector lechero. Gentes que no saben hacer nada más.
Algunos conservan la esperanza de que el gobierno nacional, en cabeza de Juan Manuel Santos, los ayude. Otros afirman que el presidente está demasiado obsesionado con las Farc, para prestarles atención.
ANTES DEL FIN
El dolor de los proveedores de COLANTA tuvo uno de los puntos más altos ayer, lunes 11 de mayo de 2015, cuando tuvieron que botar el producto de su esfuerzo, de su trabajo, por la alcantarilla.
Decía una familia que el lácteo iba mezclado con las lágrimas y las esperanzas de todos los miembros de la familia.
Aquí una de las escenas…
CAMPESINOS ARROJAN CIENTOS DE LITROS DE LECHE A LA ALCANTARILLA:
Qué tristeza de nuestros campesinos, los mismos que mueven la economia de nuestro pueblo, algunos intervenimos para ayudarles a crecer, abaratar costos y ser más productivos, pero con las condiciones de colanta, les ha tocado desistir en su lucha por ser exitosos produciendo más, la cosa está clara, ya muchos han vendido sus vacas y secado gran mayoría, y con toda seguridad ya no trabajan con la misma moral que antes, y es que el desden no da para más, lo más claro es que si los campesinos no tienen estable sus ingresos, el pueblo y las ciudades declinan en gran medida, quiera Dios que esto mejore por el bien de todos, esta es la ruta lechera y así debe continuar.
Me gustaMe gusta