PARALIZADO
Eligio Palacio Roldán
Aunque solía dormir profundamente, esa noche, sintió que se sumergía en dimensiones desconocidas. Sin saber cómo, llegó hasta su lecho y sin ni siquiera cambiarse de ropa y cubrir su cuerpo con una sábana, como solía hacerlo, se durmió.
Pasadas las horas sintió como si lo amarrasen, aún más, a su cama. Un viento leve movía su cabello, viento que lo liberaba de varias, muchas, cosas.
Al comienzo sintió como su habitación y su casa iban quedando libres de los objetos que lo habían acompañado toda su vida… Uno a uno fue saliendo de su vista. Después se desprendió de sus objetos personales y más tarde de los temores y angustias que lo acompañaron como humano.
No supo a ciencia cierta cuantas horas durmió, quizás fueron días, o tal vez años. Lo cierto es que al abrir los ojos descubrió estar en su casa. En su casa vacía.