A PUNTO DE DESBORDARSE

A PUNTO DE DESBORDARSE

Eligio Palacio Roldán

La casa imaginada, la casa fantaseada, la casa soñada parecía normal. Quizás lo más llamativo era que estaba en todo el vértice inferior del pueblo y obstruía el paso directo al parque. Y, obvio, a la iglesia. Aunque, pensándolo bien, era imposible acceder al parque, directamente, sin una solución electromecánica como unas escaleras eléctricas, un teleférico, un cable aéreo o un ascensor. Tras la casa se levantaba un talud gigantesco.

Ingresó a la casa tenso, intrigado. Todo normal a la vista. Demasiadas habitaciones pintadas de blanco, quizás. Sin embargo, no supo cómo, traspasó la pared posterior y se vio inmerso en un jardín misterioso. Invisible para las gentes y ubicado en un estrecho cañón, en el camino al parque, con una inmensa y oscura pared a la derecha en cuya cima se percibía el vapor del agua. Por las grietas se veía el goteo del agua atrapado en musgos y líquenes.

Sin saber cómo, ascendió hasta el parque y al acceder a la cúpula de la iglesia descubrió la gran represa que amenazaba desbordarse sobre el pueblo.  Las gritas de la pared se fueron ampliando y las gotas de agua se convirtieron en chorros, en avalanchas cargadas de espuma. Un intenso ruido, superior al de las crecientes del mes de mayo, ahogaba cualquier sonido, cualquier grito.

No hubo más recuerdos. Ni siquiera quienes vivieron allí o si allí vivió alguien.

Por el estrecho cañón ahora corre un pequeño riachuelo y donde supuestamente existió la iglesia una inmensa roca imposible de escalar.

La casa, el jardín y el parque son solo un recuerdo, o una fantasía o un sueño.

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Autor: epalacior

Un ser que busca compartir sus visiones.

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