VIDAS PARELAS, SENTIDOS OPUESTOS

El fin de una etapa

VIDAS PARELAS, SENTIDOS OPUESTOS

Eligio Palacio Roldán

“La envidia y la venganza se conjugan en el interior de los seres infelices y mezquinos,

 que el universo tenga piedad de ellos.”

Nos conocimos hace más de treinta y tres años cuando ingresábamos a la Dirección de Impuestos Nacionales, algunos consideraron que podríamos ser pareja e incluso alguna vez constituir una familia, pero éramos muy diferentes para entablar una relación: ella dedicada al trabajo como ninguna para compensar sus limitaciones cognitivas, respetuosa de la autoridad, genuflexa; yo, irreverente, en una búsqueda permanente acá, allá y más allá, al interior y al exterior de mi ser y de la entidad para la que trabajaba, contestario ante las estupideces de quienes se han creído dueños de la verdad, deliberante.

Aunque cercanos físicamente esas diferencias siempre nos separaron. En esos primeros días los estilos de dirección, de gerencia, eran dictatoriales, el jefe siempre era el dueño de la verdad y había que obedecerle y ella se acomodó rápidamente, era su mismo estilo, el que conservaría hasta hoy, seguramente hasta su muerte para su desdicha y para la de quienes la rodeen. Pronto fue jefe para reproducir y prolongar lo aprendido.

Hace algo más de quince años, en una jugada osada, la directora de entonces me brindó la oportunidad de ser jefe, el propósito era mejorar el clima laboral, misión que cumplí a cabalidad, siempre fue muy bueno para quienes laboraron a mi lado, a tal punto que muchos pidieron refugio en mi área y a otros los directivos de turno los enviaban por mi habilidad para generar espacios de convivencia. Siempre estuve vigilante para no repetir, como líder, esquemas del pasado, que hicieron mucho daño.

Y bueno, fuimos pares como jefes y ella aplaudía mis apuntes cuando estos eran reconocidos por mis jefes, casi todos de mi talante, supongo que, a regañadientes, pero es que “como al jefe siempre hay que aplaudirle”.

Hace algunos meses le legaron la Dirección Seccional, muy merecido pensé, ella era veinticuatro siete y ese reconocimiento había que darlo, no obstante, temí por mi futuro, ¿Cómo convivir con un estilo gerencial retardatario, mandado a recoger? difícil. Hice el esfuerzo, trataba de entender sus discursos inconclusos, sus ideas deshilvanadas, su necesidad de aprobación y aplauso, su obsesión por demeritarme, por criticarme, por asumir mis funciones y hacer lo que yo hacía reclamando unos méritos que no tenía. A ella, sin embargo, esto no le bastaba, me mandaba callar, me criticaba, me ofendía, a tal punto que los otros jefes pares me preguntaban qué sucedía. Pensé en hablar con ella, pero la jefe de personal que es su asesora en estos temas me aconsejó que no y acaté su recomendación, recomendación sobre la que ahora dudo. Claro, ya no vale la pena dilucidarlo.

Me fui de paseo a China. En Medellín, irónicamente hablaba de lo bueno que yo pasaba mientras ella hacía frente a un control interno. A mi regreso me dijo que mi jefatura llegaba a su fin, después de quince exitosos años y a diez meses de pensionarme.

Este es el desenlace de una historia de treinta tres años que espero no tenga epílogo. Quisiera no fuera para la entidad para la que laboro el final de una forma de gerencia cercana a los funcionarios, a los contribuyentes, quienes, unos y otros, encontraron en mi a alguien dispuesto a solucionar las situaciones en vez de juzgar y condenar. Para todos ellos un abrazo fuerte.

Puede leer: MIS QUINCE AÑOS COMO JEFE https://eligiopalacio.com/2024/03/02/mis-quince-anos-como-jefe/

ANTES DEL FIN

Ahora, ella, pretende ser mi amiga, en un concepto de amistad que como en lo administrativo resulta siendo opuesto al mío. Ingenuo, incongruente, tonto y torpe, diría yo.

En el 2008 fue mi jefe, de esa época recuerdo su malestar por las minifaldas de las recién llegadas “pupis”, el uso de un pito y su rostro descompuesto tratando de apagar los murmullos, ahora, para el efecto, usa sus manos en un ademán desesperado por hacerse escuchar, tal como quedó en evidencia en un video que se hizo viral en la red social WhatsApp esta semana.

Como le dije a más de un centenar de funcionarios en estos quince años, a decenas de contribuyentes: nada es bueno o malo per se, solo el tiempo lo dirá. Ahora, ad-portas de la pensión de jubilación comienzo una nueva etapa, al interior de la entidad.

En estos días, una compañera se lamentaba del fin de mi jefatura, decía que “Lo siento más por los contribuyentes que por los funcionarios, ¿dónde quién acudirán ante una situación difícil?”

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