LA POLÍTICA DESCARNADA Y DESCARADA SALE DEL CLOSET
Eligio Palacio Roldán
Dicen los que participan activamente en política que quien no la hace la padece, en una premisa que resulta siendo cierta. La gran mayoría de los colombianos la padecen ante la apatía que genera la manera descarnada y descarada como se practica, que según los conocedores es la misma desde los inicios de la historia del país pero que al estilo de las diversas tendencias sexuales y religiosas está saliendo del closet sin pudor ni vergüenza a sabiendas que a diferencia de las primeras no genera nada positivo para la sociedad.
Nadie se pregunta de donde salen los millonarios recursos con que se desarrollan costosas estrategias para ganarse el favor de los ciudadanos, generadores de opinión y unidades investigativas de los medios de comunicación no alcanzan a dimensionar y comprobar lo que sucede, menos las autoridades, y la gente del común recibe dádivas de uno u otro candidato, es tiempo de abundancia, comida y rumba gratis a lo largo y ancho del país. También del comercio de votos y de la venta de ilusiones, de la mentira, el engaño y la tergiversación.
Y todos lo saben y a nadie le importa, tampoco interesan las tendencias políticas de los candidatos, solo que “traigan recursos para el municipio” así le estén vendiendo el alma al diablo, olvidando que el “diablo es puerco” y tarde que temprano cobra sus deudas. ¿Cómo entender que un candidato gaste dinero en altas cifras con las que nunca había contado, si es con patrocinadores, cómo recuperan estos su inversión y si son créditos o del propio pecunio cómo saldarlos? Obvio, con los recursos públicos, con los impuestos que se transforman en contratos leoninos, elefantes blancos, obras mal construidas o el robo de recursos públicos a ojos vistos.
Atrás quedaron las icónicas luchas por el bienestar de las comunidades, ahora eso es lo de menos, lo importante es ese “cómo voy yo”, a tal punto que la mayor parte de los colombianos cree que el porcentaje para los contratantes e intermediarios es algo normal y por ello a nadie le importa que con escasos salarios un alcalde, un concejal, un diputado o un congresista se enriquezca de la noche a la mañana. Es más, ese hecho es motivo de orgullo por los seguidores del mandatario de turno por la ilusión que genera que la “mermelada” alcance para todos y de tener dinero sin trabajar.
De forma descarnada y descarada, sin verguenza, participan, también, en política los mandatarios actuales, sin que nadie haga nada para evitarlo. En eso, al menos, fue decente Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, que renunció para continuar, desde afuera, en el último mes, haciendo campaña por sus candidatos.
La injerencia del narcotráfico en la actividad política también es innegable. “Que vaina”, pero eso tampoco importa.
ANTES DEL FIN
Calor, sequía, fenómeno del niño, desaceleración económica, guerras, malos gobernantes… ¿Será el comienzo del fin del mundo?
Mejora 6AM de Caracol Radio, Diana Saray, Juan Fraile, Alejandro Santos, Juan Carlos Higuita revitalizan el espacio radial.
Ya pasaron diez años de la tragedia del Edificio Space. El tiempo vuela. Ya llega Navidad.
Eligio un saludo cordial y cariñoso.
Totalmente de acuerdo con tu escrito, con todas y cada una de tus palabras y apreciaciones, porque la política es la peor mafia que tenemos y que ha existido siempre, una corrupción que ya no tiene límite ni perdón de Dios porque estamos llevados con esta situación que nos tiene al borde de la locura sin saber que camino coger, especialmente por nuestros hijos que son en definitiva los que llevan la peor parte por se encuentran desorientados y dejándose comprar por una miseria de comida o de dinero que a la final no los satisface y sólo los compromete para hacer lo que no quieren y no se prepararon para eso. Que tristeza para todos y cada uno de los colombianos de bien.
Termino diciendo, nos llevó quien nos trajo. Que Dios nos ampare y cuide de ta ta maldad y corrupción.
Felicitaciones Eligio por tan buenas apreciaciones y escritos tan ciertos
Un abrazo grande y mis recuerdos y gratitud siempre. Dios te bendiga.
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