PALABRAS PENDIENTES
Eligio Palacio Roldán
He sido atracado tres veces en lo corrido de mi existencia, robado muchas más. En el momento de los atracos, dos raponazos del reloj y uno con cuchillo para robarme el poco dinero de estudiante de escasos recursos, la reacción ha sido la misma: el terror genera la inmovilidad de mis cuerdas bucales y en consecuencia la incapacidad de modular una palabra, algún sonido o un grito, las palabras quedan pendientes, suspendidas en el aire, o quizás tan solo en el imaginario.
Esa misma incapacidad o impotencia para expresar con frases lo que se siente y/o se quiere decir se hace presente en la vida diaria de los humanos por las inhibiciones, el temor, la vergüenza, la reticencia para afrontar algunos temas, la rabia contenida o simplemente la convicción de que no eres escuchado, de que no vale la pena decirlas, así como cuando he sido atracado.
Palabras pendientes son las que quedan atrancadas en las gargantas de cientos, miles, de colombianos frente a las autoridades por la sensación de que la justicia es inoperante, lejana y paradójicamente inequitativa, las de los ciudadanos ante gentes sectarias por política, religión o sexo, ante los criminales de izquierda, de derecha o sin más ideología que la de hacer daño, ante las dictaduras “éticas”, “morales”, económicas o también políticas, ante la ignorancia y la poca capacidad de reflexión y autocrítica de los humanos.
Palabras pendientes las de la guerrilla de las Farc, de los negociadores de paz y de la dirigencia colombiana en más de doscientos años de historia.
Palabras pendientes las que quedan con la ausencia de un ser que se quiere, ya sea por muerte, ruptura definitiva o porque la vida nos separa de los demás lenta pero inexorablemente, cuando nos lleva a habitar parajes distantes psíquica o geográficamente.
Hay días en que una “leve brisa del ayer” se acerca para recordarnos las palabras pendientes y dejarnos el sinsabor de que no se dijo lo suficiente y de que ya es demasiado tarde para hacerlo, incluso imposible.
Dejar en el olvido las palabras pendientes no es tan fácil, queda siempre la sensación de que se pudieron decir, de ahí que sean frecuentes las reuniones post ruptura, la insistencia en dar explicaciones, las conciliaciones e incluso los intentos fallidos de conversaciones con seres que ya no pueblan la tierra.
¿Cómo hacer para que no queden palabras pendientes entre los humanos? Difícil, no en vano ellas son solo una convención para tratar de comunicarnos y entendernos y la historia ha demostrado que son insuficientes, no es la cantidad de palabras pronunciadas, es la asertividad a la hora de escogerlas, de pronunciarlas.
Una manera de aproximarse al entendimiento es escuchar, bajar el ego y aceptar que el otro tiene algo que decir y, obvio, que percibir la realidad es utópico para el humano dadas sus limitaciones físicas, psíquicas e intelectuales.
Puede ver: LEVE BRISA DEL AYER https://eligiopalacio.com/2022/01/16/leve-brisa-del-ayer/
ANTES DEL FIN
“Palabras Pendientes” es el nombre de un libro escrito por Alfonso López Michelsen, sobre conversaciones suyas con Enrique Santos Calderón.
Medellín no solo está inundado de agua por la fuerte temporada invernal, también lo está de basuras y habitantes de la calle. Nada queda de la “tacita de plata” de ayer.
La política y los políticos colombianos siguen en el mismo juego y las esperanzas de un cambio se desploman.
Arranca un nuevo año electoral donde se verán las coaliciones más inesperadas, pero la política es dinámica y los principios también.
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A veces es mejor callar
a los seres queridos que ya no están en este mundo terrenal siempre faltó palabras para expresar nuestro cariño nuestro amor
nota: viajó en el metro de la ciudad de medellín y ya está invadido de indigentes habitantes de calle en la rivera del río Antes nunca visto
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En sí, Medellín ha perdido en estos largos tres años de desgobierno, todo lo adelantado por buenas, muy buenas administraciones anteriores. Barranquilla es hoy la «nueva tacita de plata.» Gracias daniel quintero. Se vienen elecciones, ojalá estas lecciones nos hayan servido para recomponer el camino.
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