LA VOZ SENIOR, LA REIVINDICACIÓN DE LOS MAYORES
Eligio Palacio Roldán
Hace varios meses, quizás años, un programa de televisión no impactaba tanto; tanto y con las características de “LA VOZ SENIOR”. Y es que en la historia de la pantalla chica yo no tengo el registro de un programa cuyos protagonistas sean los mayores; los “viejos” desaparecieron del casting de las productoras de televisión y de las empresas cazatalentos para dar paso a la juventud, y más que a la juventud a la belleza.
En sus primeras cuatro emisiones, el programa ha sido una muestra de talento y una demostración de que, después de los sesenta años hay todavía mucho para brindar a la humanidad, en este caso en materia de entretenimiento.
Para nuestros antepasados los mayores siempre fueron importantes: a ellos se recurría con frecuencia para recibir apoyo y consejos; incluso la historia de la humanidad está plagada de pasajes en los que se involucra El Consejo de Ancianos como una figura preponderante en la vida de diferentes comunidades.
La sociedad de consumo fue relegando a los mayores a un segundo plano, al plano de los “cuarteles de invierno”, del aislamiento y el olvido. Sobre este fenómeno comencé a tener conciencia, en Colombia, desde el gobierno de Cesar Gaviria quien con su juventud y la de su equipo de gobierno dio a entender que las generaciones de jóvenes llegaron al poder político y económico para quedarse. Es así, como una persona de tan solo treinta años es rechazada para becas universitarias, convocatorias de empleos y obvio, el tema que nos ocupa, de los medios de comunicación, la publicidad y el entretenimiento.
Los mayores cuando menos son tenidos en cuenta para escribir sus memorias, para contar alguna historia de pobreza y desesperanza y en los dramatizados de la televisión para uno que otro papel secundario porque hasta los roles de adultos son encarnados por jóvenes a los que se le les “disfraza” de mayores.
Por todo este tratamiento discriminatorio que se les da a los mayores, es edificante para este segmento de la población y ejemplarizante para la sociedad, que habita el planeta, en el siglo XXI, el programa de televisión LA VOZ SENIOR, programa que triunfa con holgura en Colombia y que ya lo ha hecho en varios países del mundo. Es una demostración de que los mayores aún tenemos mucho para dar y que hay que generar posibilidades de crecimiento como profesional y personal para este segmento de la población. En ese mismo orden de ideas, es también llamativa la elección como presidente de Estados Unidos de Joe Biden de setenta y ocho años de edad.
Volviendo a “LA VOZ SENIOR” se destaca la producción y la calidad de sus jurados, aunque sorprende su sobreactuación ante la calidad de los concursantes pues se muestran como si fuesen unos adolescentes y ya son bien mayorcitos; también, la aparente ignorancia musical de Andrés Cepeda y Natalia Jiménez que resulta risible: ¿cómo así que desconocen canciones de la talla de Castillos en el Aire de Alberto Cortez y Cartas Amarillas de Nino Bravo?, eso no se lo creen ni ellos. Hace más Jesús Navarro guardando silencio. Las presentadoras, Laura Tobón y Laura Acuña, ni quitan ni ponen: invisibles.
Bienvenido a la televisión este tipo de programas, LA VOZ SENIOR, es la reivindicación de los mayores en este medio y ojalá el principio de una mayor y mejor presencia en nuestra sociedad.
ANTES DEL FIN
Vuelve el mayor y mejor libretista de la televisión a la pantalla, Julio Jiménez, con La Nieta Elegida, y varios íconos de la actuación como Consuelo Luzardo y Kepa Amuchastegui y Margalida Castro entre otros, actores mayores y leyendas de la televisión colombiana. Los mayores nos pondremos de moda.