Lady Tabares
LA VENDEDORA DE FRUSTRANTES NOSTALGIAS, DE UN PAÍS DEL TERCER MUNDO
Eligio Palacio Roldán
Desde hace muchos años un programa, en el horario de las diez de la noche, no ocupaba el primer lugar en sintonía entre todas las producciones de la televisión colombiana. La historia de Lady Tabares lo consiguió gracias a ser, desde ya, un clásico de nuestra porno-miseria, dirán algunos; en mi concepto por reflejar, como ninguna, nuestra triste realidad social, económica y cultural, una realidad propia de un país del tercer mundo.
La historia de Lady Tabares recupera para los televidentes la tensión dolorosa de producciones como “Amar y Vivir” y “Cuando Quiero Llorar no Lloro”, de las épocas grandes de nuestra televisión. En la novela, volvemos a sentir la desesperanza de quienes derrotó la vida, de quienes solo luchan por sobrevivir, de quienes tienen que acudir a delinquir para comer. De las pequeñas grandes miserias de las barriadas de nuestras ciudades, de las comunas de Medellín.
Lady es la historia de millones de colombianos sin futuro. Bueno sin presente, también. Con un pasado cargado de miseria, de abandono, de rechazo. Es la historia de quienes sus sueños solo alcanzan para un plato de fríjoles y quizás un resto de chicharrón, de los que aguantan hambre, de los que se ocultan con vergüenza. (LA VISITA DEL PRETENDIENTE http://wp.me/p2LJK4-It), de los seres del MEDELLIN IN SOSTENIBLE (http://wp.me/p2LJK4-ME).
La novela tiene, también, una carga de nostalgia por nuestros propios imposibles: ¿Quién no tuvo que renunciar a una mejor educación, a vivir en una mejor casa, en un mejor barrio, a superar sus limitaciones, a salir de la pobreza real o sicológica, a algún amor?
¿A quién no ha acompañado la tragedia de un familiar que frustró su existencia y/o la de su familia por tratar de salir de la pobreza de la mano de la delincuencia, del narcotráfico? ¿Quién no tiene en su historia familiar un abandono, una víctima del alcohol o la droga, una cárcel, una doble vida?
Y eso, todo eso, es la historia de Lady, una historia tan nuestra, tan bien representada, tan bien actuada, tan bien musicalizada, con ese desgarre de tango, que conmueve las más íntimas fibras del alma, de cualquier colombiano que esté sintonizado con su país real, un país subdesarrollado, un país muy distante del de LOS GOBIERNOS DE LOS FALSOS POSITIVOS http://wp.me/p2LJK4-AH.
Que se proyecta una mala imagen del país, obvio. Pero, ¿hasta cuando nuestra “sociedad”, nuestra clase dirigente, nuestros políticos podrán dar la espalda a esta cruel realidad? Y ¿para qué hacerle frente?, es mejor para muchos tener miles de Ladys, de Alex, de Didier, de Yuranis, de Fátimas que sostengan nuestra “democracia” por un plato de comida, en los días anteriores a las elecciones.
Y mientras tanto, esa sociedad llena de lujo, de belleza, de dinero presente solo en las telenovelas o en las revistas que lee Yurani, será solo alcanzable, para la mayoría de los colombianos a través del narcotráfico.
Además del valor de visualizar una realidad que queremos ocultar, como trató de ocultar don Pacho a su hija Lady, la novela tiene unos excelentes libretos, una muy buena puesta en escena y unas actuaciones memorables. Además, claro, de la música que ya mencionamos que contiene una gran carga emocional dentro de la trama.
Muy bien por RCN Televisión por recuperar la historia no contada de Colombia y los colombianos.
ANTES DEL FIN
Hace muchos años, más de veinte, en la puerta del restaurante donde almorzaba, unos niños hacían fila para pedir a los comensales los restos de comida, especialmente arroz. Conmovido me sentí, un día. Traté de entender el dolor de la carencia extrema y una compañera me dijo: No les tengas lástima, ellos tienen su propia, vida y, quizás, su mayor ilusión sea venir acá, por las sobras de tu comida. Es la vida, simplemente la vida, en esta Colombia que tenemos de patria. Ahora, todo sigue igual que ayer, solo que las puertas de ese restaurante la ocupan otros niños, tal vez, hijos de los de hace tanto tiempo.
DIME QUE CLASE DE TELEVISION MIRAS Y TE DIRE QUIEN ERES….
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De verdad que si, cuando veo esta novela siento impotencia de ver una persona buena y todo lo que le toco pasar en la vida y sufrir. Como unos niños buenos la vida los convierte en delicuentes pues no tienen otra opción de vida.
El amor de Fatima a don Pacho apesar de que toda la vida negó su hija.
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