24 DE DICIEMBRE

24 DE DICIEMBRE
Eligio Palacio Roldán

El viajero recorre los caminos de su infancia. Llega al pueblo tratando de descubrir los almacenes del ayer; cuando mirando las vitrinas, sus ilusiones, le hicieron pensar que el niño Dios le traería ese camioncito, de cabina amarilla y carrocería azul, lleno de vaquitas.

Se observa caminando por las calles empedradas y limpias, mirando sin ver, descalzo, mocoso. Con su cara sucia y su peinado al lado derecho, fijado con agua de panela. Deslumbrado por el juguete.

También llega a su memoria la figura triste y borrosa de su madre rogando, a la dueña del almacén, para que le fiara el juguete:

– Yo se lo pago con los huevos que recoja la otra semana, le decía
– Otra vez el mismo cuento, le contestaba

Y no valieron las súplicas. Tampoco una lágrima de impotencia que recorrió la mejilla de la mujer, que le dio la vida. Y la vio salir de cada almacén triste, con la cabeza baja, Y luego tomar el camino de la casa, con el caminar de los seres afligidos, de los que no pueden con el peso de su existencia

También recuerda ese 24 de diciembre, feliz, cuando el niño Dios le trajo una cuchara bastante parecida a las de la cocina de su madre

El viajero vuelve al presente, se limpia las lágrimas del recuerdo que le impiden ver. Luego camina lentamente por la neblina que oculta hasta luces de la navidad.

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Autor: epalacior

Un ser que busca compartir sus visiones.

4 opiniones en “24 DE DICIEMBRE”

  1. Que felicidad. Tener estos recuerdos en el alma. Nos evidencian que cuando más necesidades físicas teníamos era cuando mas abundancia espiritual gozabamos.. El amor. La inocencia. La esperanza. La gratitud. La capacidad de deslumbrarnos con lo simple, pero realmente hermoso. Esa lagrima que nos trae está evocación. También es de añoranza por un tiempo de gozo interior. Un tiempo en que fuimos Ángeles privilegiados. Por que nunca nos faltó nada realmente. Vivíamos como niños y el alma de un niño se maravilla con todo. Lo disfruta. Mucho más si tenemos un ángel protector como son nuestras madres. Dios bendiga las almas de nuestras madres. Aquí en la tierra y en el cielo.

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