YO NO OLVIDO EL AÑO VIEJO… QUE VA
Eligio Palacio Roldán
Me dejó el cuerpo quemado…
Un anciano sacerdote, de setenta años de edad, celebra la estrella 14 del Club Millonarios con cientos de estrellitas lanzadas al aire. Con pólvora.
Una mujer es llevada en hombros hacia el hospital del pueblo, una multitud curiosa la sigue. No puede resistir el ardor en el rostro que le causa una quemadura provocada por la pólvora, lanzada al aire por el anciano sacerdote.
Esta historia no pretende ser literaria, tampoco cómica. Puede parecer folklórica. Es una tragedia que pasa a los ojos de todos y que todos o ignoramos o celebramos, todos comentamos, pero muy pocos y muy pocas veces rechazamos.
Y es que la mayoría de los sacerdotes de la iglesia católica en Colombia y en especial el de esta historia no acierta con otra forma de celebración: Las fiestas patronales, la Fiesta de la Virgen, la llegada del año nuevo, la resurrección de Cristo, el Corpus, el Altar de san Isidro. En fin, cualquier acontecimiento es propicio para que el pueblo se entere que la iglesia católica aún existe, que está de fiesta. Y la fiesta es pólvora.
Y esta “enseñanza” se riega como “pólvora” y se repite con la anuencia de las autoridades civiles, policiales y militares que, también en esta materia, parecen temerle a la iglesia católica, a la mafia, a las organizaciones crimínales y hasta a los simples ciudadanos. No parecen hacer nada para controlar esta otra tragedia nacional. Es más, participan de ella.
El estado colombiano parece rendirse ante la pólvora. Los molinos de viento quizás se le convirtieron en gigantes, contra los que no puede luchar. En consecuencia, trata de ayudar de la mejor manera a los lesionados, con paños de agua tibia. El Instituto Nacional de Salud profirió la Circular No. 077, del 16 de noviembre de 2012, en donde se instruye a las autoridades para la “Intensificación de la vigilancia de las lesiones por pólvora en la temporada de fin de año y año nuevo 2012-2013”.
Para muchos colombianos, la pólvora, un producto de origen chino, que llegó a nuestro continente de la mano de los conquistadores, “quema muy bueno”. Desde luego, no para los 105 quemados este año en Antioquia y 337 en Colombia. Una de ellas, Luz Velez, víctima de la celebración del triunfo del equipo capitalino, por parte del párroco de Entrerríos, una pequeña población antioqueña, al norte de Medellín.
Eli, muy apropiado el título para esta historia, realmente dejará una marca que no le permitirá olvidar este año; y desafortunadamente muchos tienen que aprender en carne propia…
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Me impacta es que el accidente sea provocado por un jerarca de la iglesia católica que debiera dar ejemplo en contrario.
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