LA IMAGEN DE DIOS, LA IMAGEN DEL HOMBRE, EL MUNDO DE LAS IMAGENES
Eligio Palacio Roldán
«Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.»
Génesis 1:27
La tradición católica y de muchas otras religiones indican que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, otros grupos como los agnósticos o los ateos creen que fue al contrario. Tengan la razón unos u otros, lo cierto es que el Dios de nuestros días tiene más de terrenal que de divino y se parece cada vez más a los hombres comunes y corrientes.
Entre los cristianos, a pesar del maquillaje de perfección que le han dado a la figura de Jesús, con la que pretenden su homogeneización, pero que resulta distante de la que debió tener dada su procedencia de la etnia judía, cada individuo tiene una imagen particular y única de ese ser superior.
La clásica representación de Jesús es la de un hombre magnánimo que puede solucionar nuestras angustias o castigar nuestras faltas. Sin embargo, entre esas dos vertientes se dan todas las variantes posibles según la historia personal. Es así como en esa relación con Dios existen todo tipo de pasiones, entre ellas el rencor generalmente ahincado desde la infancia y enquistado en cada frustración.
De la suma de frustraciones se llega a instancias como la de dejar de creer e incluso renegar de la existencia de Dios, obvio, dependiendo del grado de fe y/o resignación que en muchas oportunidades acompaña a los humanos hasta la muerte, pero que se reducen a mínimos históricos en el presente siglo.
Cuando fe y resignación no alcanzan para compensar las frustraciones propias de la existencia, se presentan comportamientos como el resentimiento frente a la vida y al resto del mundo y se desencadenan eventos como las masacres, el suicidio o la cada vez más popular eutanasia.
La relación con Dios, en una sociedad patriarcal, como la nuestra, tiene mucho que ver con la que se desarrolle con el propio padre. Entre el pueblo católico, la que se presenta con la virgen es similar a la historia con la madre.
Por eso, para sanar la relación con el ser superior del imaginario de la humanidad, es preciso sanar primero la relación con los padres y luego con los semejantes, bajar a la realidad ese Dios todopoderoso y asumir con valentía el transcurrir de la existencia, sin buscar culpables o salvadores ni en el más allá “que llaman cielo” ni entre los demás seres de la naturaleza.
ANTES DEL FIN
Sigue siendo un excelente programa de televisión “YO ME LLAMO” y su figura estelar Amparo Grisales una verdadera vedette. Eso sí, con los años le ha ido aflorando un poco de ternura.
Un desastre sin precedentes el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia. Se prepararon para la oposición pero nunca para regir los destinos del país. La “Paz Total” un fracaso que nos duele a todos y nos devuelve en la historia un cuarto de siglo.
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