CUANDO LAS COSAS MARCHAN BIEN… O MAL

CUANDO LAS COSAS MARCHAN BIEN… O MAL

Eligio Palacio Roldán

“Yo voy por el mundo como viento en popa
yo gozo la vida porque sé que es corta”

Willie Rosario

Cuando las cosas marchan bien la vida fluye con alegría, entusiasmo, ganas, “Como viento en Popa”, a la distancia se vislumbra un futuro arrollador lleno de prosperidad, feliz. Sin embargo, no es posible que ese ideal sea permanente por los altibajos propios del pasar de los días como los de la salud física y mental y los factores externos como los económicos, políticos, climáticos, etc, que afectan el paso del hombre sobre la tierra.

Vivir es un recuento de aconteceres afortunados y desafortunados, cuando la fortuna sonríe se debe aprovechar para generar hechos positivos en el interior y en el espacio que se habita, como agradecer, desarrollar proyectos, hacer inversiones, disfrutar y prever los días aciagos con ahorro de dinero y energías; cuando se atraviesan circunstancias difíciles, tener la valentía, la persistencia y la decisión de afrontarlas.

Hay un dicho popular, que utiliza mucho mi jefe actual, que indica que “cada día trae su afán” y es verdad, de nada vale preocuparse sobre lo incierto, lo importante es ocuparse de las situaciones presentes para abordarlas con responsabilidad, tampoco sirve estar atado a situaciones del pasado que ya no se pueden remediar, lo sucedido solo debe servir para no repetir experiencias traumáticas y en ningún modo para amargarse el resto de días por vivir, el remordimiento no puede estar ni en la mente ni en el corazón de nadie, hace mucho daño.

Preocuparse es ocuparse anticipadamente de algo que quizás nunca llegue a suceder, con el respectivo desperdicio de tiempo, energía y las consecuentes alteraciones del sistema nervioso y de la salud mental y espiritual.

Los sufrimientos del ser humano se enmarcan generalmente en el ayer y el mañana y poco en el presente, un presente sobre el cual hay que tener conciencia para vivirlo a plenitud, disfrutando de lo bueno y lo malo que esté sucediendo. Un día, una gran amiga, ante una extenuante jornada de trabajo me hablaba del hambre que sentía y decía que “esta hambrecita hay que disfrutarla” y si, de eso se trata, los malos momentos también hay que vivirlos a plenitud, de los peores los duelos, las ausencias y ellos también hay que afrontarlos a conciencia, con dolor y lágrimas, no negándolos o ahogándolos en drogas lícitas o ilícitas o en alcohol.

La enseñanza más importante que me deja una diplomatura que adelanto en este momento con El Club de la Prensa y la Universidad Pontificia Bolivariana, es que para disfrutar los buenos momentos y afrontar los difíciles se debe contar con ayudas externas que permitan dilucidar las circunstancias propias del devenir de la existencia, esas ayudas deben provenir de gentes expertas en el tema como los sicólogos y siquiatras.

ANTES DEL FIN

En el alcohol esconden sus penas los cubanos ante la cruda realidad presente que no quieren afrontar, ese es al camino aparentemente fácil: huir. Algo similar ocurre en Colombia con el uso de drogas ilícitas que crece en cantidades alarmantes, más allá de las estadísticas se palpa en las calles, barrios, campos y ciudades.

Un nuevo aire se respira en Colombia esta semana con el diálogo entre el presidente Petro y los empresarios, ojalá no se quede en titulares de prensa.

Ahora sí, llegó Navidad a vivirla a plenitud. Lo mejor de esta bella época está aquí NAVIDAD https://eligiopalacio.com/navidad-2/

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