DISCRIMINADOS

DISCRIMINADOS

Eligio Palacio Roldán

La historia de Colombia y el mundo está marcada por la discriminación, se discrimina por raza, color, sexo, religión, posición política o económica, entre otras. Esa discriminación ha sido la causa de dolores y frustraciones individuales y colectivas, de pequeñas batallas y grandes guerras. Quien discrimina, humilla y en últimas es un ser o una sociedad acomplejada que trata de demostrar que es mejor o más fuerte que el otro.

La discriminación ha ido evolucionando por siglos y en los últimos años positivamente luego de grandes batallas, gracias a ello, cada día, se van borrando esas líneas que separaban a los unos y otros, a sociedades enteras. Ahora, en la cultura occidental, por ejemplo, las mujeres ocupan cargos de relevancia en los gobiernos y en el sector privado, incluso varias han sido presidentes de sus naciones. Lo mismo sucede con los negros y con algunos integrantes de la población no binaria.

Mientras se suaviza la discriminación hacia los sectores históricamente discriminados, se acentúa frente a quienes han sido discriminadores, ahora hay grupos de negros que discriminan a los blancos, mujeres que hacen lo propio con los hombres y población no binaria con los binarios y entonces pululan grupos cerrados y excluyentes, verdaderas sectas, en un despliegue de individualismo colectivo.

Los gobiernos del presente siglo, tratando de disminuir la discriminación, han sido discriminatorios con nuevos sectores de la población. Han sido discriminatorios, por ejemplo, los acuerdos de paz con insurgentes y/o delincuentes, las exenciones tributarias, los subsidios, las leyes que pretenden la paridad y las que regulan el sistema pensional, entre otras. También, lo es, la edad de jubilación que favorece a las mujeres y que en la proyectada reforma laboral le da también preferencias, sobre los demás ciudadanos, a la población no binaria.

Para evitar el trato desigual, impuesto por los legisladores, hay que pertenecer a un grupo poblacional específico que defienda sus privilegios frente al resto de la población. De esa manera, se está construyendo una sociedad individualista y poco solidaria.

La Ley 581 de 2000, Ley de Cuotas, verbi gratia, indica que el 30 por ciento de cargos y órganos del poder público deben ser ocupados por mujeres, seguramente pronto vendrá un porcentaje similar para los no binarios y así sucesivamente para los diferentes grupos de la sociedad y, entonces, ¿dónde quedan los méritos?, ¿dónde la igualdad de oportunidades?, ¿dónde las medidas para evitar la discriminación?

La mejor manera de evitar la discriminación es establecer reglas claras de igualdad a la hora de ejercer alguna actividad, tener beneficios para uno u otro sector de la población es legislar para la discriminación y no para la equidad entre todos los colombianos.

ANTES DEL FIN

Qué difícil renunciar a un trabajo, a un privilegio, a una situación de bienestar. Difícil ese manido cuento de estar libre de equipaje.

Disminuye el turismo en Colombia de hoteles, restaurantes, lugares de diversión, aumenta el de visitas a pueblos, a las casas de familiares y amigos. Se siente la crisis económica y se regresa al pasado.

Cada día aumentan los críticos al gobierno Petro, medios de comunicación e intelectuales que propiciaron su elección ahora toman distancia.

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Autor: epalacior

Un ser que busca compartir sus visiones.

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