CENTRO HABANA
Eligio Palacio Roldán
Centro Habana habla nostálgicamente del esplendor de tiempos idos. De la riqueza de ayer y la pobreza de hoy. De un futuro que se llenó de recuerdos corroídos. De construcciones inmensamente bellas a punto de desplomarse.
Centro Habana, en la parte media de la ciudad, es una zona con construcciones tan o más bellas que la de la Habana Vieja, en el abandono. Las fachadas de los edificios muestran el esplendor de un tiempo que ya pasó y la pobreza de las gentes que los habitan. En su recorrido sorprenden los cantos de los gallos y el olor a gallinero. Más tarde comprendo que huele a estiércol de cerdo. Me dicen que en las bañeras de las antiguas mansiones se crían estos animales para proveerse de carne. Hasta ese día consumí carne en Cuba. Centro Habana, al igual que Medellín, tiene fronteras invisibles con lugares a los que no se puede acceder; están ubicados hacia el sur de la ciudad. La Habana Centro habla de vejez, de cuando todo está concluido y se espera solo la muerte. Sus edificios son eso, ancianos con enfermedades terminales cuya vida se desprende a pedazos. En el barrio chino se visualiza algo de progreso. (https://es.wikipedia.org/wiki/Centro_Habana)