GANANCIAS Y PÉRDIDAS DE LA OLA DE PROTESTAS EN COLOMBIA

GANANCIAS Y PÉRDIDAS DE LA OLA DE PROTESTAS EN COLOMBIA

Eligio Palacio Roldán

Perdió Juan Manuel Santos. ¿Cómo así que un Premio Nobel de Paz no tiene la menor capacidad para generar alguna solución al conflicto que se dio en el país, cuando apenas acaba de terminar su gobierno?

La vida es una sucesión de ganancias y pérdidas originadas en cada decisión de hacer o no hacer. “Cuánto gané, cuanto perdí. Cuánto de niño pedí. Cuánto de grande logré…”, la pregunta que todos los seres humanos nos hemos hecho alguna vez, canta Pablo Milanés. Alguna vez le hice esa pregunta al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez en relación con su reelección. No me contestó como es su costumbre, ante preguntas incómodas. Perdió, perdió mucho y sigue perdiendo aún él y el país.

Pero bueno, las protestas dejan millonarias pérdidas económicas, cientos de desempleados y varios muertos. ¿Cuánto ganó, cuánto perdió cada colombiano? Veamos algunos casos:

Los jóvenes ganaron porque, por fin, se hizo visible su tragedia: la sociedad del siglo XXI, la del consumo, no pudo responder a sus demandas. Pasa igual acá, en Chile, Venezuela o Cuba y en menor grado, pero sucede, en los países desarrollados. Llegó la hora de reinventarse para atender las quejas de las nuevas generaciones; creo, se deben propiciar las condiciones para el regreso al campo. Perdieron porque entraron en la sinrazón del odio, la desinformación y el sectarismo político.

La izquierda ganó porque consiguió adeptos entre los jóvenes y algunas de sus tesis tuvieron reconocimiento. Perdió porque la violencia desatada, de alguna manera, está atada a sus movimientos. Igual sucede con Petro, quien en vísperas de las elecciones presidenciales profundizó aún más la polarización.

La derecha perdió porque sus tesis se desgastaron y al igual que la izquierda son señalados como generadores de violencia. Ganó porque muchos ven en un gobierno fuerte la solución a los problemas del país. En ese aspecto, también, pueden ganar a mediano plazo Uribe y Germán Vargas Lleras.

Perdió Juan Manuel Santos. ¿Cómo así que un Premio Nobel de Paz no tiene la menor capacidad para generar alguna solución al conflicto que se dio en el país, cuando apenas acaba de terminar su gobierno?

Perdió el acuerdo de paz con las Farc. En el imaginario queda la idea de que las protestas son otra de las formas de lucha de la insurgencia, ahora en la legalidad.

Perdieron todos los empresarios, desde el más pequeño hasta el más grande, por el estancamiento de la economía y la destrucción de cientos de empresas y/o establecimientos de comercio. Ni hablar de los campesinos que perdieron cosechas, animales e ingresos.

Perdieron las clases sociales menos favorecidas porque ahora hay más desempleo, hambre y miseria y menos dinero para apoyarlas.

Perdió el periodismo y la información en si misma porque las redes sociales tuvieron el llamado “cuarto poder” en sus manos. La tecnología al servicio del terrorismo tuvo toda la capacidad para desinformar y generar una credibilidad que perdieron los medios de comunicación tradicionales.

Ganó el terrorismo que logró paralizar al país. Perdió el estado que no fue capaz de controlar la situación. Perdió el presidente Duque.

Perdió la Policía Nacional a pesar de sus esfuerzos por controlar los desmanes.

Perdieron los defensores de derechos humanos por su sesgo al defender a los civiles y condenar a las autoridades a sabiendas que unos y otros abusaron de los demás.

Perdieron los autodenominados candidatos de centro: ni fu, ni fa.

Perdieron las ciudades como centros de bienestar para los humanos. Ya habían perdido estatus con la pandemia.

Se perdió el control al COVID 19.  

Perdimos todos los colombianos porque ahora no solo somos más pobres sino porque el pesimismo se apoderó de gran parte de la población y no se avizoran soluciones, ni a corto ni mediano plazo, a la problemática actual.

ANTES DEL FIN

La historia es circular: los que ganan hoy, mañana pierden. Bueno, la historia es la vida misma. Calma, solo el tiempo dará la respuesta definitiva sobre quien ganó y quien perdió en esta escena cruenta de la Colombia 2021.

Y… Usted, amigo lector, ¿Cuánto ganó, cuanto perdió en este mes de protestas? ¿Cuál es su balance?

Cuando merme la pasión desenfrenada de estos días, de unos y otros, estoy seguro, resurgirán elementos fundamentales para la democracia como una prensa seria y responsable. ¡Qué falta hace!

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LOS PERIODISTAS, OTROS ÍDOLOS VUELTOS TRIZAS

LOS PERIODISTAS, OTROS ÍDOLOS VUELTOS TRIZAS

Eligio Palacio Roldán

Ya resultan obvias las columnas, claros los objetivos, innegables los enemigos contra los que se escribe y los amigos a quienes se protege.

RADIO MAMA

Los primeros ídolos de mi existencia y quizás los últimos fueron los periodistas. Son las consecuencias de los sonidos de la infancia campesina alrededor de un radio. Esas voces mágicas que salían de un aparato rectangular hicieron surgir los primeros sueños y fantasías que se cristalizarían con el transcurso de los años.

Puede leer GRATITUD https://eligiopalacio.com/2012/12/07/gratitud/

Siempre he dicho y escrito que la objetividad es un imposible y por eso no la tengo ni se la exijo a nadie y en ese nadie se incluyen, desde luego, mis colegas periodistas. Pero una cosa es la carencia de objetividad y otra la mala intención y el juego de intereses. Y es que, los periodistas, de “prestigio”, se han convertido en pequeños reyezuelos que pretenden decidir sobre el destino de cada uno de los habitantes de su reino y para ello, en varias ocasiones, manipulan la información.

Algunos periodistas, que se creen dueños de la verdad, no verifican la información o guardan silencio si no va con sus intereses mientras que buscan presuntas pruebas, muchas veces traídas de los cabellos, para demostrar lo que esté de acuerdo con sus intereses o de quienes les pagan. Porque para subsistir muchos tienen que vender sus principios a los mejores postores, casi siempre a los gobernantes de turno quienes tienen en su poder los pocos medios de comunicación con que cuenta el país. Es por ello que en tiempos de elecciones los ánimos se crispan y los informes se vuelven más tendenciosos: se trabaja por la reelección en el cargo de director de noticiero o gerente del canal, en la próxima administración.

Es así entonces como los periodistas y el periodismo se constituyen en punta de lanza de los políticos para lograr sus objetivos electorales, a través de la manipulación de los mismos amenazando sus intereses económicos. Situación que se hace más peligrosa cuando los periodistas no son los medios para la manipulación sino que son ellos mismos quienes manipulan por sus propios intereses, protagonizando la polarización que enfrenta al país entero. Ya resultan obvias las columnas, claros los objetivos, innegables los enemigos contra los que se escribe y los amigos a quienes se protege. Y ante este panorama no queda otra opción de huir de tanta información direccionada y refugiarse en el remolino envolvente y sin dirección de las redes sociales. .

Dos ejemplos:

  1. El matoneo del que fue objeto la Ministra de Transporte, Angela María Orozco, en el caso de la banca en el caso Odebrecht. Todos los periodistas de la mañana la condenaron sin casi dejarla hablar, sin contemplar alguna posibilidad de que tuviese razón. Los periodistas hicieron de jueces y acudieron al “Estado de Opinión”, que tanto critican, para forzar su retiro del cargo.
  2. La columna de Daniel Coronell, en la revista Semana, donde se tergiversa una conversación entre el expresidente Uribe Vélez y Sergio Araujo. Bueno, casi todas las columnas de ese periodista

ANTES DEL FIN

Enriquece y enaltece el corazón ver como se hace empresa en Colombia. Hoy quiero felicitar a CARUQUIA SAS ESP.

Llegaron las elecciones cargadas de candidatos para casi todos los gustos: ¿Democracia o ausencia de partidos fuertes? Serán pobres victorias por pocos votos y con escasos apoyos. ¿Y la gobernabilidad?

Ya llega otra navidad. Nuestras calles se visten de colores y una fiesta sucede a otra. Parece ser cierto que somos el país más feliz del mundo.

DANIEL CORONELL Y LA LEYES NO ESCRITAS…

DANIEL CORONELL Y LA LEYES NO ESCRITAS…

Eligio Palacio Roldán

Hace mucho tiempo, en los años de juventud y rebeldía, alguien me recomendó leer el libro “Las leyes no escritas de la ingeniería”. No sé si la interpretación que tengo de su conclusión es la más correcta, no lo he vuelto a leer, pero más o menos indicaba que uno tiene que saber para quien trabaja y acomodarse a esa realidad o renunciar al empleo que se tiene.

Una búsqueda del libro en la internet permite leer: “Usted es un representante de la empresa y de los compromisos que tiene la empresa ante los clientes y la sociedad.”, que leído en “chibchombiano” es: usted es la cara de la empresa para la que trabaja y, por lo tanto, ninguna, por liberal que sea, permitirá que hable mal de ella. Si decide  hacerlo, está “pateando la lonchera” y su destino será el despido.

Puede leer *http://www.ingenieria.unam.mx/~guiaindustrial/valores/info/3/5.htm

Las mismas leyes que rigen la actividad laboral en la ingeniería  tutelan el diario quehacer de los demás profesionales, entre ellos los periodistas por reconocidos y poderosos que se sean o se crean.

La disputa entre Daniel Coronell y las directivas de la revista Semana y la consecuente salida, de la misma del periodista, es un hecho de común ocurrencia en la historia de cualquier organización. Es algo normal, cotidiano. La diferencia, diría yo, es el abuso del poder y la indelicadeza del columnista que debió haber discutido sus discrepancias en privado. Más que criticar al medio de comunicación, lo que buscaba era una posición de héroe nacional: una víctima más, de las que predica defender.

Pero no es solo Coronell el que se cree dueño de la verdad en Colombia. Son los periodistas que escuchamos, leemos y vemos a diario, que “acribillan” a preguntas a sus invitados y ni siquiera les permiten defenderse, en un tratamiento desigual. De alguna manera, los periodistas olvidamos nuestra vocación de informar y la cambiamos por la de juzgar.

Es entonces cuando lo que se dice en la radio, se ve en televisión o se lee en periódicos y revistas se convierte en verdad absoluta que no dimensiona el daño que se le hace a la sociedad al reemplazar la justicia en la que se cimienta la democracia en Colombia por lo que dice una opinión pública manipulada. De ahí la sensación de que la esta misma justicia no opera, de que las situaciones se agravan y reina la zozobra, el caos y el pesimismo. El periodismo en Colombia y en el mundo no es constructivo. Serlo no vende.

No se trata de que la revista Semana y los demás medios de comunicación oculten la verdad. Su deber es informar y formar pero desde la responsabilidad y, obvio, el peso de esa responsabilidad esta en la dirección. Si los periodistas no comparten las directrices del director de una publicación, en el caso de los medios de comunicación, o los empleados de la gerencia, en las demás empresas productivas, el deber del colaborador es alertar al superior (La ropa sucia se lava en casa) y de no llegar a un acuerdo hacerse a un lado.

Observando la disputa Coronell – Semana, hay que reconocer el valor democrático de la revista al publicar la columna del periodista. No tenía ninguna necesidad. De todas maneras el periodista estaba decidido a hacer públicas sus discrepancias. La mayoría de los que han salido de los medios de comunicación por discordias similares no han tenido la fortuna de ver sus planteamientos publicados en el mismo medio que critican.

Y obvio, la verdad no existe. Cada ser humano tiene la suya, como lo he expresado en varias oportunidades y los periodistas, por poderosos que sean, aún, no han dejado de ser humanos.

Puede leer POLIGRAFO -LA MAQUINA DE LA VERDAD https://eligiopalacio.com/2015/04/15/la-maquina-de-la-verdad/

ANTES DEL FIN

Se fue otro grande, Jota Mario Valencia. Un gran talento de los medios de comunicación con mucho por entregar, todavía.

Despertó RCN Televisión y se durmió Caracol. Las cosas cambian y la sintonía también.

El Sultán es una de las mejores series de ficción trasmitida en la historia de la televisión colombiana. Es el boca a boca en todos los escenarios sociales. ¿Por qué marca números tan bajos en el rating?

AÑO NUEVO, VIDA…

AÑO NUEVO, VIDA…

Eligio Palacio Roldán

Lo simbólico se constituye en elemento lógico presente en el ser humano para comunicarse con el otro y tratar de comprenderse a sí mismo.

Más que la concreción del “espíritu navideño», los regalos del Niño Dios, o de Papá Noel son el símbolo de que lo imposible se hace posible y el comienzo de año hace lo propio al tenerse como emblema de renovación individual y colectiva. Sin embargo, al igual que los “traídos”, muy poca, o quizás ninguna verosimilitud tiene la sensación de cambio por el inicio de año.

Estos son algunos ejemplos de la poca o ninguna novedad, en los primeros días del año 2019, en diferentes sectores de la sociedad del siglo XXI, que nos tocó integrar, y de los hechos que genera:

  • El narcotráfico que inunda, de dinero y muerte, campos y ciudades.
  • Los delincuentes sanguinarios disfrazados de izquierda o derecha defendiendo sus feudos, asesinando y sometiendo a los humildes.
  • Los guerrilleros de las Farc deslizándose a otras organizaciones subversivas cual políticos de turno, que transitan de partido en partido.
  • Los políticos engañando a un pueblo, que aspira a una vida mejor, sabiendo que no podrán cumplir con sus promesas una vez sean elegidos. Sin ningún atisbo de ideología coherente.
  • Los defensores de paz que, solo, la amparan si está alineada con sus perversos intereses políticos y/o económicos.
  • El presidente Duque, en cuerpo ajeno, una mezcla decadente de Santos, Uribe, Pastrana, Samper, Gaviria y todos sus predecesores. Similar a ellos en ineptitud y en la búsqueda del aplauso.
  • La reforma tributaria estructural que se “hizo trizas”, como siempre, por la imposición del interés particular sobre el general.
  • Las multinacionales que dominan gobiernos y fronteras en un retorno al sistema feudal: los tributos para los pobres.
  • La corrupción que desangra las arcas del estado y las de cada uno de los habitantes de Colombia en una disputa por demostrar cual es el más hábil, a la hora de robar al otro.
  • Las alzas en los precios, de cada comienzo de año, de los bienes y servicios de subsistencia.
  • La crisis de la salud que nunca explota debido a la resignación del pueblo colombiano.
  • La economía del rebusque que se dispersa por puertas, calles y barrios alejando a los ricos hacia las afueras de las grandes ciudades.
  • La Venezuela hambrienta en una diáspora que recuerda pasajes de la historia universal, que no se superan.
  • El periodismo como títere de los poderes que se reparten el país, a cambio de un plato de «lentejas”.
  • La televisión sosa inmersa en la narrativa del narcotráfico y el chiste fácil.
  • La radio que parece resignarse morir en manos de las nuevas tecnologías.
  • Y yo que, luego de muchas incertidumbres y una dificultad inmensa para volver a escribir, regreso con mi “cantaleta” semanal.

ANTES DEL FIN

Pensando en la violencia que no cesa en nuestra Colombia, me encuentro con el Himno Nacional. Aquí algunas de sus frases:

  • “¡En surcos de dolores el bien germina ya!” Y nada que germina.
  • “¡Cesó la horrible noche!” Y nada que cesa
  • “La libertad sublime”. ¿Cuál?
  • “Se baña en sangre de héroes, la a tierra de Colón.” De héroes y ciudadanos del común.
  • “Del Orinoco el cauce, Se colma de despojos; De sangre y llanto y un río. Se mira allí correr.” Ojalá fuese solo ese río, también el Magdalena, el cauca y cuanto riachuelo y arrollo recorre algún metro de tierra.
  • “A orillas del Caribe hambriento un pueblo lucha…”. También del pacífico y de todo el interior del país.

Y yo que no creía en adivinos descubro en el expresidente Rafael Nuñez un verdadero profeta.

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