“AGUAS QUE LLOVIENDO VIENEN, AGUAS QUE LLOVIENDO VAN…”

“AGUAS QUE LLOVIENDO VIENEN, AGUAS QUE LLOVIENDO VAN…”

Eligio Palacio Roldán

Las primeras imágenes de la lluvia llegan a mi mente más cargadas de bruma de lo que quizás realmente fueron. Un calorcito adentro de la casa y un exterior lleno de la magia del granizo, la neblina y los arroyos sobre la hierba, en las montañas de Antioquia. Tal vez ese fue el origen de mi fascinación por el frío, la nieve y los ambientes grises. Era una mezcla de éxtasis, por la belleza de las escenas, y de terror a  los rayos y  a ese fantasma, que se hace realidad en cientos de poblaciones, del Diluvio Universal.

El agua, que se origina en la lluvia, hace parte junto con el aire, el fuego, la tierra y el vacío de los cinco elementos constitutivos de la naturaleza. El fuego y el agua, en forma de lluvia, son los más notorios pues los otros se vuelven paisaje.  Por separado generan bienestar o catástrofes según su intensidad pero el agua termina dominando al fuego, en caso de encontrarse en el mismo punto geográfico.

Pero, ¿Qué es la lluvia, además de agua que cae de las nubes, o del cielo como creen gran parte de las gentes? La posibilidad de que los nutrientes se diluyan para las plantas y se genere alimento para los demás seres vivos, la “gasolina” del mundo, podría decirse. El origen de los ríos y del agua para calmar la sed de los animales y el hombre. Pero más allá de todo eso, el escenario perfecto para encontrarte contigo mismo y quizás con Dios.

Que la lluvia es propicia para la melancolía, es verdad. También lo es que esa misma  melancolía, bien canalizada, genera el pare que todo ser humano debe hacer para reflexionar, evaluar y redireccionar su trasegar por la existencia. Nada como el sonido del chocar del agua contra el piso para inspirarse, escribir, solucionar dificultades e incluso para dormir.

Para el final del año 2020, el año de la pandemia del Coronavirus, se  anuncia el llamado Fenómeno de la Niña como generador de dificultades y tragedias. No hay tal, la causa de ellas no ha sido ni será la lluvia sino la falta de planeación para el uso de los suelos y en especial para las edificaciones en veredas, pueblos y ciudades y la imprevisión de las autoridades a quienes cualquier fenómeno de la naturaleza, por anunciado que sea, los toma por sorpresa. Otra vez, las lluvias, serán protagonistas en titulares de prensa, para los ávidos consumidores de morbo, y poco reconocidas por sus beneficios para cuerpos y espíritus.

En vez de preocuparse por las lluvias, lo mejor sería recibirlas con alegría como lo hacían los antepasados indígenas, como lo hacemos los campesinos, o como lo hacen los habitantes de la región del Orinoco: bailando al son del Galerón Llanero… “Aguas que lloviendo vienen, aguas que lloviendo van, galerón de los llaneros es el que se bailará”.

ANTES DEL FIN

“Se les dijo, se les advirtió, se les recomendó que se cuidaran. Que el COVID-19 era una pandemia peligrosa. ¿Y qué hicieron? Se pasaron la advertencia por la faja, desatendieron el mortal consejo. ¿Y saben cómo quedaron? Con el sistema de salud colapsado sin poderlos atender, y centenares de muertos por todo el país.”  Inolvidable Hebert Castro

Primera Navidad, primera navidad… en aislamiento.  

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¡POBRE COLOMBIA! ¡POBRES COLOMBIANOS!

¡POBRE COLOMBIA! ¡POBRES COLOMBIANOS!

Eligio Palacio Roldán

En junio de 2018 escribí una columna cuyos argumentos tienen hoy, luego de las protestas sin precedentes en la historia de Colombia, de este noviembre de 2019, quizás más validez que en ese entonces. En ella me refería a las causas de una posible victoria del candidato Gustavo Petro, a la presidencia de la república, así:

““¡Pobres Colombianos! Se les dijo, se les recomendó, se les advirtió, a los dirigentes políticos, que no fueran corruptos, que escucharan la voz del pueblo, que no se burlaran de los ciudadanos, que no los utilizaran para enriquecerse a sus espaldas, que pensaran en ellos aunque fuera en lo mínimo, que no legislaran pensando tan solo en su propios intereses, que hicieran algo por mejorar el sistema de salud, por generar oportunidades de educación y trabajo, que no permitieran ni propiciaran el desplazamiento y el asesinato de miles de paisanos; que si no cambiaban su comportamiento Colombia correría los caminos de Venezuela y al gobierno llegaría un populista estilo Chávez o Maduro, y no quisieron hacer caso, omitieron tan democráticos consejos, se  pasaron la advertencia por la faja, ¿y qué sucederá? ¿Saben cómo queda un país cuando elige un populista como gobernante? Pues sí… Queda así, igual a Venezuela, con las gentes huyendo de la miseria y del hambre… Me acuerdo como si fuera hoy cuando generadores de opinión advertían sobre lo que podría pasar con la corrupción…”

Trato de utilizar las formas del lenguaje del gran Hebert Castro, el mejor humorista que he conocido, para indicar que si Petro es elegido, el próximo domingo, como presidente de Colombia, no será por sus méritos si no por las fallas de la clase política colombiana que hizo todo lo posible para que esto ocurriera…”

Puede ver CLASE POLITICA CORRUPTA ELEGIRÍA A PETRO PRESIDENTE. ¡POBRES COLOMBIANOS! https://eligiopalacio.com/2018/06/13/clase-politica-corrupta-elegiria-a-petro-presidente-pobres-colombianos/

No ganó Petro, pero Uribe y su partido no aprovecharon su tercera oportunidad y siguieron de espaldas al pueblo. Igual sucedió con los demás partidos políticos que solo buscaban continuar en el poder  olvidando, como siempre, a sus electores. La corrupción invadió los sectores público y privado en desmedro de la población. Entonces, mientras  el presidente hacía esfuerzos por cambiar las costumbres políticas, por no seguir esparciendo mermelada entre los corruptos, recibía la desaprobación de un gran porcentaje de colombianos, incluida la prensa. Prensa que en varias oportunidades pareciera hacerle un mandado a la oposición.

Ahora, una izquierda enceguecida por las ambiciones de poder, más cerca que nunca de hacerlas realidad, una ola de protestas en el continente, mínimas respuestas a un complejo tinglado de necesidades insatisfechas, una juventud cada vez más exigente y con mínimas capacidades y decisiones de sacrificio y una delincuencia heredada de las guerrillas de izquierda y derecha y del narcotráfico, se han conjugado para poner en jaque a un presidente, inexperto, lleno de buenas intenciones.

Como en la historia de Macondo parece ser demasiado tarde para comprender lo sucedido. El ejecutivo, parte del Congreso y el expresidente Uribe tratan de calmar con “paños de agua tibia” el descontento generalizado, los empresarios ven como sus negocios se vienen a pique y quienes protestan hacen peticiones imposibles de cumplir.  ¿Cómo obrar con cordura y que cada uno de los colombianos hagan hasta lo imposible para salir de la crisis? No parece encontrarse un camino ni un líder que nos permita hacerlo.

Esta semana recorrí algunos de los Centros Comerciales y el sector El Hueco, en Medellín. Estaban vacíos, “las ventas no arrancan y ya estamos en la temporada Navideña” me dijeron desconsolados.

La angustia se apodera de gran parte de la sociedad y a la distancia se avizora una crisis económica y en consecuencia social difícil de superar. ¡Pobre Colombia! ¡Pobres Colombianos!

ANTES DEL FIN

La situación del país es tan delicada que ni siquiera el espíritu navideño ha podido invadir los corazones de los colombianos.

Invitación: No se pierda NAVIDAD https://eligiopalacio.com/navidad-2/

CLASE POLITICA CORRUPTA ELEGIRÍA A PETRO PRESIDENTE. ¡POBRES COLOMBIANOS!

CLASE POLITICA CORRUPTA ELEGIRÍA A PETRO PRESIDENTE. ¡POBRES COLOMBIANOS!

Eligio Palacio Roldán

Al leer este párrafo un escalofrío me recorre el cuerpo. Tal vez es demasiado tarde y Colombia va a ser “arrasada por el viento…”.

“¡Pobres Colombianos! Se les dijo, se les recomendó, se les advirtió, a los dirigentes políticos, que no fueran corruptos, que escucharan la voz del pueblo, que no se burlaran de los ciudadanos, que no los utilizaran para enriquecerse a sus espaldas, que pensaran en ellos aunque fuera en lo mínimo, que no legislaran pensando tan solo en su propios intereses, que hicieran algo por mejorar el sistema de salud, por generar oportunidades de educación y trabajo, que no permitieran ni propiciaran el desplazamiento y el asesinato de miles de paisanos; que si no cambiaban su comportamiento Colombia correría los caminos de Venezuela y al gobierno llegaría un populista estilo Chávez o Maduro, y no quisieron hacer caso, omitieron tan democráticos consejos, se  pasaron la advertencia por la faja, ¿y qué sucederá? ¿Saben cómo queda un país cuando elige un populista como gobernante? Pues sí… Queda así, igual a Venezuela, con las gentes huyendo de la miseria y del hambre… Me acuerdo como si fuera hoy cuando generadores de opinión advertían sobre lo que podría pasar con la corrupción…”

Trato de utilizar las formas del lenguaje del gran Hebert Castro, el mejor humorista que he conocido, para indicar que si Petro es elegido, el próximo domingo, como presidente de Colombia, no será por sus méritos si no por las fallas de la clase política colombiana que hizo todo lo posible para que esto ocurriera. Y si, la mayor culpa será de Alvaro Uribe en quien Colombia depositó sus sueños y quien a pesar de su liderazgo no ha sabido o no ha querido hacer lo posible para que se vuelvan realidad.

Uribe, enredado en sus propias ambiciones de poder y deseos de venganza, se alió con la clase política corrupta que pudo haber derrotado, que pudo haber transformado, y perdió la oportunidad más grande que ha tenido alguien, en Colombia, para modificar la cultura política del país. Y, ahora, después de una lucha intensa contra el Castro-Chavismo, indirectamente, empuja el país hacia allí.

Puede leer, UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD https://eligiopalacio.com/2014/03/13/una-segunda-oportunidad/

Obviamente, comparte culpas con Uribe el presidente  Santos quien se sumergió en el mundo de la corrupción con el propósito de traer a la “democracia” a las Farc, un grupo delincuencial que azotó a Colombia por más de 50 años. Sin escrúpulos de ninguna clase, más sinuoso y taimado que Uribe, le vendió el alma o más bien el país al diablo,  para alcanzar sus propósitos y un Nobel.

Puede leer: EL «COMPLOT» DE SANTOS https://eligiopalacio.com/2016/05/19/el-complot-de-santos/

Y claro, también nuestros Congresistas que asistieron presurosos a atender los deseos presidenciales, enriqueciéndose a diestra y siniestra con toneladas de mermelada, de espaldas al país. Con ese ese propósito asistieron, además, los miembros del ejecutivo y lo peor para nuestra trágica historia: La Rama Judicial.

Y, hoy, al borde del abismo, cuando quizás sea demasiado tarde, todos rodean al candidato Duque. Obvio que protegen sus intereses, pero es que desafortunada o afortunadamente, hoy si,  sus intereses coinciden con los de Colombia.

Ojalá como escribió nuestro premio nobel (este si merecido), Gabriel García Márquez, la clase política colombiana tenga una segunda oportunidad, Alvaro Uribe una tercera, y la sepan aprovechar para llevar a Colombia a mejores escenarios económicos, políticos y sociales.

ANTES DEL FIN

“Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos ( o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonio acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenian una segunda oportunidad sobre la tierra.”

Al leer este párrafo un escalofrío me recorre el cuerpo. Tal vez es demasiado tarde y Colombia va a ser “arrasada por el viento…”.

Estamos a tiempo. Hay que votar por Duque, no hay otra posibilidad para evitar la catástrofe.

SAMPER – URIBE: DEL HUMOR A LA RIDICULIZACIÓN

Samper – Uribe

DEL HUMOR A LA RIDICULIZACIÓN

Eligio Palacio Roldán

En Colombia pasamos del humor de Guillermo Zuluaga Montecristo, del siglo pasado, al de Tola y Maruja y Daniel Samper Ospina en los comienzos del nuevo milenio y pocas cosas han cambiado: Ambos tipos de humor parten del escarnio del Otro y no de situaciones que nos hagan sonreír.

Es generalizada la opinión de que el humor de Montecristo le hizo mucho daño a la sociedad colombiana por la ridiculización y estigmatización de las mujeres, los homosexuales, los negros y las personas con algún defecto físico o sicológico. No obstante los “montecristos” se ha reproducido como conejos y hoy no existe emisora de radio que no tenga alguno de ellos en su nómina, si pretende tener algún nivel de éxito. También abundan en la televisión, en las salas de teatro y en los stand up comedy. No se ha reproducido, con igual aceptación, humor inteligente como el que hizo en nuestro país el uruguayo Hebert Castro.

No he encontrado análisis sobre el daño que le ha hecho a nuestra sociedad humor como el de Tola y Maruja y Daniel Samper Ospina, a quienes disfruto hasta la saciedad, pero sobre el que el expresidente Alvaro Uribe Vélez, puso el dedo en la llaga. Seguramente, en los próximos tiempos, abundarán los estudios.

Desafortunada, reprochable y preocupante la forma en que el Senador y expresidente Alvaro Uribe Vélez enfrenta sus batallas, pareciera el mejor alumno de Nicolas Maquiavelo  (1469-1527) en aquello de “El fin justifica los medios”, porque acude a los medios más ruines para lograr sus fines; pero a fe que los logra. No en vano pone a pensar y a discutir al país, al ritmo de sus trinos en twitter.

La discusión que acaba de armar, en su disputa con el humorista Samper Ospina, hay que darla. Se debió dar en los tiempos de Montecristo, también, y se debe dar en los tiempos de la «chabacanería» en la radio colombiana.  El escenario, twitter, no es el más adecuado, pero es el que tenemos, el único democrático,  pero esta discusión se debe canalizar a través de los centros universitarios, que no pueden estar de espaldas al país.

¿A que conduce el humor de la descalificación, del matoneo, de la insinuación de conductas indelicadas de nuestros dirigentes? ¿No tendrá este tratamiento humorístico mucho que ver con la falta de credibilidad de nuestros dirigentes? ¿Le hará bien al país la ridiculización de nuestras instituciones y de quienes las dirigen?

¿Hasta donde pueden llegar los humoristas? ¿Cuál es el nivel de tolerancia de quienes sufren el matoneo humorístico? Ya hay  respuestas desafortunadas en el mundo. Ese tipo de crítica fue el origen del atentado  contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, en París, el siete de enero de  2015. No podemos permitir que en Colombia suceda algo similar.

La discusión está abierta, su origen desafortunado, pero es tiempo de aprovecharla al máximo, sin prevenciones, sin rasgarse las vestiduras. Es un debate que se debe el país. Ojalá tengamos la capacidad para afrontarlo. Esa es la verdadera paz.

ANTES DEL FIN

Recorre las distintas empresas del departamento de Antioquia un grupo de humoristas cuya fórmula para hacer reír al público es ridiculizar a algunos de los asistentes, según su fisonomía. Una especie de Show de Montecristo con personajes reales, ajenos al espectáculo. He visto a estos personajes palidecer, sonrojarse, rabiar y hasta llorar. También los he visto abandonar el recinto donde se presentan los humoristas.

¡Somos humanos! ¿Cómo resiste una persona la sorna continua sobre si y sobre su familia?

No estoy justificando a Alvaro Uribe Vélez de quien creo está perdiendo su “segunda oportunidad”. Solo trato de entenderlo.

Puede leer UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD https://eligiopalacio.com/2014/03/13/una-segunda-oportunidad/
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