LOS NEGROS

LOS NEGROS

Eligio Palacio Roldán

Dice Paola Ochoa en su columna del periódico El Tiempo – http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/negros-malucos/16679613 -, entre otras cosas, refiriéndose a los negros: “Y es que los negros nos dan asco. Nos hastían, nos fastidian, nos repugnan hasta el cansancio. Somos un país clasista y racista que siente por ellos un profundo desagrado”. Y de alguna manera culpa al racismo del atraso del departamento del Chocó y de algunas poblaciones de nuestro país.

Es muy posible que la columnista tenga algo de razón y que parte de ese atraso sea consecuencia del racismo que vivió nuestro país en alguna época, ya pasada. En mi opinión hay otros factores de mayor preponderancia en el afianzamiento del subdesarrollo, en esas zonas, como la falta de asentamientos humanos, por razones de índole climático y lo espeso de la selva, pero fundamentalmente por la corrupción.

Estoy seguro que la objetividad no existe y que cada uno ve lo que quiere o puede ver por sus limitaciones físicas, intelectuales o por el medio donde se desenvuelve.

Mi mirada sobre los negros, en Colombia, es bien distinta a la de la columnista Paola Ochoa. Pertenezco a una generación  de transición y obvio hay restos de racismo, pero en más de 50 años, en este mundo, no he presenciado alguna escena de discriminación hacia los negros, por su color de piel. La he visto, eso sí, por su condición social y/o económica, por su orientación sexual o por alguna discapacidad física o mental como ocurre, también, con los blancos con características similares. Bueno, la he presenciado en las telenovelas o en los ramplones chistes de nuestra radio y/o televisión, como fantasía mayormente risible.

Desde niño, en mi medio social, se respetó y se quiso a los negros. Incluso, en la infancia, me pusieron en un altar a sostener un mapamundi con una niña negra, para mostrar la unión de las razas (hemos sido grandes amigos, desde entonces). En la escuela, en el colegio y en las universidades siempre tuve compañeros y/o profesores negros que jamás fueron discriminados.    En la vida laboral he tenido colegas, jefes y amigos de raza negra y nunca ha salido a relucir, en alguna disputa, la diferencia de razas.

Me he alegrado con los triunfos deportivos de negros, blancos y mestizos y he sufrido sus derrotas como todos los demás colombianos, a mí alrededor. En los espacios que he compartido no he percibido que los negros  “nos hastíen, nos fastidien o nos repugnen”. He hecho parte de varios grupos con todas las dificultades, encuentros y desencuentros  que se generan en la dinámica propia de las organizaciones, como en la vida misma,  pero sin ninguna discriminación racial.

Obviamente que debemos hacer algo por los habitantes del Chocó, de Turbo, Buenaventura, Tumaco o cualquier población de nuestra Colombia del tercer mundo; pero no por tener la mayor parte de su población negra. Esa es otra forma de discriminación. A los negros, ni a nadie, se le puede tener lástima. Como dice un amigo, la lástima lastima  y por ello con ese sentimiento no se ayuda a nadie. Se hiere.  Además los negros son seres humanos iguales a las demás razas, con las mismas capacidades para afrontar las dificultades.

Ya lo había dicho en https://eligiopalacio.com/2016/08/19/sobre-la-polemica-con-el-ministerio-de-educacion/,  más que manuales, más que normas para lograr la convivencia se necesita educación, educación desde y hacia todos los frentes. Educación que gracias a Dios he tenido. Educación que, desde luego, también sacará a nuestras comunidades del subdesarrollo.

ANTES DEL FIN

Para el presidente de la república, Juan Manuel Santos, para las Farc y para muchos colombianos hoy empieza una nueva era: la era de la paz, la era de las oportunidades, la era del adiós a la discriminación. La verdad: No creo. Esa paz  será solo para los dirigentes de las Farc. (Ver LA PAZ DE LOS VIEJITOS https://eligiopalacio.com/2015/09/29/la-paz-de-los-viejitos/).

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SUR VERDE

Televisión ayer y hoy
SUR VERDE
Eligio Palacio Roldán

Suelo, con frecuencia, sintonizar los canales Caracol y RCN novelas, que ofrece UNE; lo hago para disfrutar un encuentro con el ayer, lleno de recuerdos y nostalgias, y aunque no soy de los que piensa que todo tiempo pasado fue mejor, si estoy seguro que en historias y libretos la televisión colombiana del siglo pasado, fue muy superior a la de hoy.

Por estos días Novelas Caracol retransmite Sur Verde (1981), original de María Victoria de Restrepo, la misma libretista de Las Señoritas Gutierrez, otra obra de antología en la televisión colombiana, y dirigida por el talentoso Boris Roth; relata una historia de amor, enmarcada en el mundo del contrabando y el narcotráfico, en la costa pacífica, en el sur abandonado del país; creo, esta fue la primera obra de ficción que tocó el espinoso tema del narcotráfico, que nos cambió a Colombia y sobre el que se ha hablado, escrito y tomado medidas durante estos 33 años, sin resultados positivos.

Recuerdo una escena maravillosa, en los capítulos finales de la novela, en donde Leonor Gonzalez Mina, llora, en una canoa, sobre el cadáver de su hijo asesinado, interpretado por Gabriel González. La novela relata, claro, la pobreza de la zona y el abandono de sus habitantes, en su mayoría negros, y uno se pregunta: ¿Qué ha cambiado en estas zonas del país? ¿Qué ha hecho el estado colombiano, por remediar la situación?; muy poco, la verdad, y entonces uno entiende por qué hemos llegado a la Buenaventura y al Tumaco de hoy.

Sur Verde toma, entonces, gran actualidad por el tema que trata, que es el mismo que nos domina en la Colombia de hoy: contrabando, narcotráfico y violencia; pero volviendo al tema que nos ocupa, no se entiende ¿por qué, con la privatización de la televisión colombiana, se esfumaron las obras maestras de nuestra pantalla chica?, ¿por qué desaparecieron las novelas de autor?, ¿por qué casi todas parecen una de las parodias del programa Sábado Felices? y entonces, uno comprende por qué posibles buenas historias, como las de La Suegra, se pierden en medio de chistes flojos y gritos destemplados.

La respuesta puede estar en un personaje; Dago García, él impuso la novela industrial, aquella que se hace con recetas, como en las cocinas industriales, sin tiempo para la creatividad y con ingredientes limitados y preestablecidos y, claro, a veces suelen salirle buenas “tortas” como La Saga o Pecados Capitales, pero la mayoría son inodoras, incoloras, sin sabor; y entonces se extrañan talentos como los de Julio Jiménez, Marta Bossio de Martínez, la misma María Victoria Restrepo y hasta Fernando Gaitán, entre otros.

Y como en Colombia RCN siempre copia a Caracol, en radio y televisión, esta también se dedicó a la televisión industrial y también se extravió.

Qué bueno volver a grabar estas historias con la tecnología de hoy, pero sin deformarlas como suele suceder; por ahora, me conformo con ver Sur Verde, a las 8:00 de la noche, (en 1981 era a las 12:00 del mediodía) y a las viejas glorias de la televisión nacional, jóvenes en esa época, Maria Angelica Mallarino. Gilberto Puentes, Oscar de Moya, Gloria Gómez, Nelly Moreno (niña), Camilo Medina, Carlos Barbosa Yolanda Garcia, Samara de Cordoba, Leonor González Mina – La Negra Grande, Lucy Colombia, Ana Mojica, entre otros.

ANTES DEL FIN

Cuando veremos, en UNE, RTI NOVELAS, para revivir la gloria de nuestra televisión: La Mala Hora, Gracias Por el Fuego, La Tía Julia y el Escribidor, Los Cuervos, La Abuela, El Hijo de Ruth, Quien Mató a Betty si era tan Buena Muchacha, El Gallo de Oro, entre otras.

BUENAVENTURA

BUENAVENTURA
Eligio Palacio Roldán
“Bello puerto de mar
Mi Buenaventura,
Donde se aspira siempre
la brisa pura”.

BUENAVENTURA

Foto tomada de internet

En Buenaventura ya no se aspira la brisa pura, el aire ahora viene cargado de desesperanza, dolor y muerte; bueno, no es ahora, es desde hace muchos días, tantos que Helen* ya no recuerda; ella tuvo que dejar su casa, sus cosas, hace varios años; ahí, con la esperanza de venderla primero, de arrendarla después; ahora, solo aspira a que algún día pueda retornar; no en vano allí están sumados, en cada ladrillo, en cada ventana, en cada espacio, los esfuerzos económicos y humanos que hizo para el futuro, que soñó un día, y por el que trabajó duro, muy duro, por muchos años.

De esa Buenaventura alegre poco queda; según la Defensoría del Pueblo que la tasa de muertes violentas “por cada 100 mil habitantes el año pasado fue de 49,6 con 187 asesinatos durante 2013, frente a 150 registrados en 2012 y 135 en 2011”, en los primeros meses de este año, las muertes violentas superan las 150 y los desplazados los 1.300.

Helen* piensa que la situación de Buenaventura es una tragedia, desde hace muchos años, que toma vigencia por las revelaciones de algún medio de comunicación o por la intención de algún grupo político, en época de elecciones, y enumera los factores que inciden en ella; y sobre los cuales, ni el gobierno local ni el nacional, han hecho mayores esfuerzos por resolverlos: Pobreza, escasez de oportunidades, poca inversión social, interés en el puerto, olvidando el entorno, problemas de violencia de mucho tiempo sin solución, delincuencia común, bandas organizadas ahora en guerra, “Los Urabeños” y “La Empresa”, en disputa por las rutas de entrada del contrabando y la salida de la cocaína, por dominar espacios estratégicos por su geografía y vegetación, desplazamiento masivo a otras ciudades y abandono de quienes no pueden huir, ingreso y permanencia de jóvenes y/o adolescentes en las bandas delincuenciales por falta de oportunidades o amenazas de los capos.

Ahora la gente camina por las calles con miedo, en cada rincón se respira temor, es necesario estar alerta en todo momento, cuidándose, hablando solo lo necesario, ser cauto en las actividades de la vida diaria.

A Helen le duele mucho su tierra: “el comercio o la industria lícitos parecen huir de la ciudad doblegados, también por el miedo; la propiedad raíz está estancada, ni se vende ni se compra, las casas ni regaladas las están vendiendo”.

Para Helen, si el gobierno invirtiera, si creara empresa, si estimulara la inversión, con algunos alivios tributarios, para que las mercancías que entran al puerto, también se quedaran, y no solo los porteños las vean pasar al interior del país; quizás las mañanas vuelvan a ser “tan bellas y puras como el cristal”; de nuevo en paz.

“La situación está tan verraca, que ya ni se puede ir a la galería, a comerse un buen sudado de pescado, por las fronteras invisibles; ya ni el pescado se puede comprar por que la pesquera se encuentra en zona de conflicto, o les tocas cerrar sus puertas como protesta por las extorsiones.

Existe tanto deterioro social y moral que las buenas costumbres de nuestros viejos, se están perdiendo; ya el pueblo no se aterra cuando amanecen los muertos empacados en bolsas de polipropileno, o cuando se escucha de las masacres de las casas de pique, o cuando se oyen disparos; solo se limitan a decir quién será el “muñeco”, a quién se le dio “chumbimba”; los juguetes de los pelados son pistolas y, desde temprana edad, juegan a la guerra, muchas de nuestras niñas se ven forzadas a la prostitución, tal vez inducidas por la sociedad de consumo o por la precariedad económica; esto se volvió común, es pan de cada día, y lo más triste es el modelo de sociedad: la ley del más fuerte; una sociedad que se está acostumbrando a la violencia en todas sus formas y ha aceptar el abandono del estado, y a que sólo se acuerden en días de elecciones, para conseguir votos, con promesas falsas.

Ya no es raro que nuestro jóvenes estén vinculados a bandas criminales, por conseguir plata fácil y rápido, sin ningún reparo, que venden sus almas al mejor postor, matan con tanta facilidad hasta el punto de ser capaz de las más aterradora barbarie, de descuartizar a otro ser humano en vida, que dolor que el hombre no se ame y no sea capaz de amar otro ser. ¡Que tristeza!

Hay tanta descomposición social que estas bandas utilizan a los jóvenes para perderlos; preguntan ¿ustedes tiene algún perro o algún animal?, si lo tienen y los quieren, los obligan a llevarlo, y una vez los tienen en su poder los obligan a descuartizarlos, manifestando que si son capaces de esto ya están listos para ingresar a la banda.

Hay tanta descomponían social que los miembros de las bandas se matan entre sí: hoy son insuperables amigos y mañana son enemigos porque se cambiaron de banda; entonces hay que matarlos porque si no me matan, dicen. “Y es que hay que descuartizarlo por que no se puede uno arriesgar””.

Helen solloza… “Ya no más… por favor, Buenaventura es hermosa: sus playas, su currulao, su salsa, el sentarse en la playa con los amigos o en el parque a tomarse una cervezas y reírse hasta que le duela a uno el estómago, a salir a los miradores tranquilos a compartir con los amigos; de esos ya no queda nada…

Por favor señor, Gobierno, vuelva su mirada a este puerto, invierta, Buenaventura es Colombia

Los políticos de turno…, esos si dan más tristeza, son unas biblias, déjeme decir, cuando se entra al puerto no ves mas que desolación, pobreza, humedad y abandono, y siendo este un puerto tan importante, es imposible que no se brinden recursos; pero están acostumbrados a meter a sus bolsillos gran tajada y no estoy hablando paja, es la realidad, ese es el reflejo del puerto, es lo que se ve… ¿Hay inversión? No la hay, o ¿dónde están el dinero que se invierte? solo el silencio del inocente es lo que se escucha… son tan “hijueputas” nuestros políticos que acolitan la impunidad con su silencio… ¿Será miedo?, ¿Será que deben favores que mejor se callan, tratando de esconder una realidad que no se puede tapar con un dedo, porque es tan grande que la mano completa no la puede cubrir? ¡Que dolor!, ¿hay culpabilidad de nuestros políticos en estas situación? Si, la hay; hay conocimiento y hay dolo en su actuar.

El desplazamiento… hay muchas familias que emigran a lugares cercanos: unos se van bien; otros, con la muda de ropa con que pudieron salir; la idea es escapar, poder dormir tranquilos, buscan estabilidad para sus familias, que sus hijos salgan tranquilos y no estar con el padrenuestro en la boca porque no llegan a la casas…

HAY DIOS TEN PIEDAD Y MISERICORDIA DE MI PUEBLO QUE BASTANTE HA SUFRIDO”, dice, entre lágrimas Helen.

ANTES DEL FIN
Define la Real Academia de la Lengua Española, Buenaventura: Buena suerte, dicha de alguien; muy lejos está nuestra Buenaventura de darle dicha a algún colombiano.

*Helen – Nombre cambiado.

LA VISITA DEL PRETENDIENTE

LA VISITA DEL PRETENDIENTE
Eligio Palacio Roldán

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Siendo niño, en el campo, presentía la visita del “pretendiente” de mi hermana mayor porque ella se levantaba muy temprano, hacía un aseo impecable, tendía las camas con lo mejorcito que había en la casa, preparaba un almuerzo pocas veces visto y saboreado y nos bañaba… Además,  escondía, en el zarzo, todos los rebujos. En ese entonces yo me sentía entre tenso, enojado y pensativo; no entendía por qué ese día tenía que ser tan diferente, mucho mejor, al resto de los días.

Esta mañana, en Medellín, camino al trabajo, extrañando las voces destempladas de los “cantantes” que se suben a los buses a contar sus desgracias, los mendigos y  habitantes de la calle, hoy invisibles, y observando los materos que el alcalde puso sobre la calle San Juan, tratando de embellecer la ciudad para “venderla” a los cientos de pretendientes, que la visitan por estos días, con ocasión del Séptimo Foro Urbano Mundial, me transporté a la infancia y me pregunté de nuevo, ¿por qué estos días son tan diferentes a todos los otros, en la capital antioqueña? Quisiera que, con el paso de los años, los días de la ciudad que habito  sean los mismos de mi edad madura y que aquellos de pobreza y desigualdad sean solo un recuerdo, para los niños de hoy. Para ello será necesario que ocurra algo similar a lo sucedido en mi casa: los mayores, con recursos económicos, hicieron un esfuerzo y se sacrificaron para que los menores saliéramos adelante.

Ya lo había advertido en columna del 17 de octubre de 2013, VIOLENCIA, MEDELLIN Y EL ALCALDE, http://wp.me/p2LJK4-za  Se está trabajando para evitar más generaciones perdidas. Ese solo hecho, debe generar nuestro apoyo a la gestión del mandatario”; sigo pensando lo mismo; sin embargo, creo que además de educación, cultura e internacionalización de la ciudad, hay que trabajar en generación de oportunidades laborales diferentes a ser taxista de extranjeros, empleado de la hotelería formal e informal, o dedicarse a la prostitución y el narcotráfico.

Ahora es común observar en Medellín extranjeros, ya nos “abrimos al mundo”, se ven en el metro, en el Parque Lleras, en los restaurantes y discotecas; pareciera que una ocupación hotelera del 60.78 por ciento en el años 2013, no mostrara la realidad que se palpa en las calles; lo cierto es que el turismo se esconde en cada esquina, en diferentes sectores de la ciudad, como Patio Bonito, en El Poblado, donde pululan los hospedajes informales y se acrecienta el mercado de drogas y sexo.

Pero, ¿quiénes y a qué vienen a nuestra ciudad los extranjeros?; ¿Vendrán a generar empleo y prosperidad para la ciudad?, ojalá, pero no lo creo, o por lo menos no la mayoría: el rebusque abunda, los semáforos y los buses están llenos de limosneros  y desplazados y el desempleo sigue siendo superior a dos dígitos (11%); además el robo callejero se acrecienta, las “vacunas” no cesan y toda la ciudad sigue marcada por fronteras invisibles.

Me decía hoy, un ex habitante de Buenaventura, que la situación de esa ciudad se debe a muchos años de desesperanza de los pobres, a la falta de oportunidades de desarrollo personal y profesional, a la falta de trabajo; me temo que en Medellín se están desencadenando situaciones similares a las de esa ciudad y que si nuestra dirigencia económica no hace nada por generar empleo digno para los jóvenes, no vamos a poder salir de la ciudad de las miserias.

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