¿OBRAS PARA LA RECONCILIACIÓN?
Eligio Palacio Roldán
Hace casi cuatro años escribí una columna donde hacía una reflexión sobre cómo crecía el resentimiento en nuestro país y la necesidad de sanarlo, eran los tiempos de las protestas contra el presidente Duque, pues bien, esa animosidad no solo no ha sanado, sino que ahora nos gobierna. Las palabras, los discursos, las acciones están encaminadas a crear o fortalecer el rencor hacia el otro generando más violencia y una guerra interminable que, en la búsqueda de la victoria y la imposición de una única verdad, ahondan las heridas imposibles así de cicatrizar.
Puede leer:
¡CRECE, CRECE EL RESENTIMIENTO! https://eligiopalacio.com/2020/10/16/crece-crece-el-resentimiento/
Ya lo decía en ese entonces, Colombia requiere la intervención de los profesionales en el área de la salud mental y trabajar desde el sector privado, el gobierno nacional y los gobiernos locales para generar bienestar económico, emocional y espiritual, pero al respecto poco o nada se ha hecho, es más, desde uno u otro sector, se alimenta el resentimiento y las gentes se utilizan como idiotas útiles en una lucha sin escrúpulos por el poder.
El resentimiento genera odio y éste ánimos destructivos contra personas, entidades públicas y privadas, en Colombia el odio y el resentimiento se exacerba desde la militancia política buscando el fracaso del otro sin tener en cuenta que, en ese fracaso, en esa destrucción la que pierde es la sociedad, el pueblo colombiano.
Cada dirigente, cada colombiano debe hacer esfuerzos para la reconciliación. Son muchos los ejemplos de obras para ello, siempre buscando el bienestar de la comunidad, el más trillado en estas páginas es el de Colanta, una cooperativa lechera, que por medio de una revolución pacífica cambió la forma de estar sobre la tierra, de los habitantes del norte antioqueño, posición que está en peligro por los tratados de libre comercio y la disminución en el consumo de la leche y los derivados lácteos. Dos más recientes, en mi pueblo, Entrerríos, la inauguración de un museo donde se rinde tributo a los que ya se fueron del plano terrenal y a los que con su ejemplo diario construyen sociedad y una librería que pretende ser el refugio para seres que buscan trascender a través de la lectura.
Ejemplo de espacios para generar bienestar físico y mental son por antología los recintos para la práctica del deporte y obras como Parques del Río en Medellín, una iniciativa, que también generó formas más felices de habitar la ciudad, basta recorrerlos en las tardes para ver las familias elevando cometas, los jóvenes practicando el deporte, compartiendo ideas al aire libre o haciendo cultura a través de la danza, la pintura o la fotografía.
Cada colombiano está en la obligación de obrar para disminuir el resentimiento y hacer la paz desde la posición en que se encuentre, obviamente los llamados a liderar esta forma de construir la “paz total” deben ser los gobernantes de turno y por lo que se ve, la mayoría están interesados en cualquier cosa menos en el bienestar de los colombianos.
ANTES DEL FIN
Domina en las noches de la televisión colombiana RCN gracias a la historia del formidable Rigo y a la pornomiseria de “La Casa de los Famosos”, Caracol se durmió y espantó a sus televidentes con la monótona “La Voz Kids” y la pobre versión de la historia de “Arelys Henao” en su segunda temporada.
En radio se desató una guerra publicitaria entre Caracol y RCN también por la sintonía que cada cadena cree tener, en vez de tanta autopromoción debieran mejorar sus contenidos e innovar. Cómo se extrañan los tiempos de Yamid Amat y Antonio Pardo García en la radio colombiana.
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