2022 OTRO DESAFORTUNADO AÑO ELECTORAL
Eligio Palacio Roldán
Me advirtió mi jefe, en una de las primeras conversaciones que tuvimos en el 2020, sobre las tragedias que traería el nuevo año, dado que era bisiesto. Sonreí entonces, pero el tiempo le daría la razón: al comienzo un incendio en la oficina nos afectó enormemente y luego llegaría la pandemia del coronavirus que cambiaría nuestra forma de estar en la tierra, para siempre. Lo que es para mi jefe un año bisiesto lo es para mí un año electoral, en Colombia, una verdadera tragicomedia.
Ya comenzó el 2022 con cientos de candidatos al Congreso y decenas a la presidencia y no se sabe cuál de ellos es más patético en su presencia escénica (tratan de ser verdaderas estrellas en los escenarios) y en sus propuestas populistas o traídas de los cabellos. Más ridículas aún son las reacciones de los electores que caen como tontos ante los engaños de los aspirantes. Y esta es la tragedia nacional de cada elección, una tragedia peor que las que traen los años bisiestos.
En los circos, en el circo de la política colombiana, el payaso de turno hace más ridiculeces mientras más lo aplaude la galería; no importa que el público sepa que el número es una farsa. Es así como, por ejemplo, prometen y juran no subir los impuestos e incluso disminuirlos, «Yo le puedo firmar aquí, en piedra, en mármol, si quiere: no voy a subir tarifas. No voy a subir tarifas”, dijo un excandidato que decía ser serio y que hasta se ganó un premio Nobel mintiéndole al país.
Y le mienten al país y el público aplaude las payasadas de quienes afirman combatir la corrupción mientras fundan las bases de sus campañas con dineros corruptos y/o ilícitos y esperan con ansias llegar al poder para enriquecerse y favorecer a sus familias, a sus amigos y a sus patrocinadores y luego, uno y otro escándalo, uno y otro robo, una y otra obra de infraestructura que se desploma como se derrumban las esperanzas de los colombianos hasta que… hasta que llega una nueva campaña electoral.
Y obvio, los candidatos que tienen propuestas serias y con verdaderas posibilidades de transformación, alejadas del populismo, no se atreven a presentarlas a los colombianos porque estos les dan la espalda y si se osan hacerlo, quedan condenados al fracaso. Así ha ocurrido con candidatos como Álvaro Gómez Hurtado, Carlos Gaviria Díaz, Antanas Mockus, Germán Vargas Lleras y más recientemente Juan Carlos Echeverry y me temo que Alejandro Gaviria.
“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece” y en Colombia, con pocas excepciones, pareciera que nunca tendremos unos gobernantes siquiera decentes; claro que esa es nuestra responsabilidad y no la asumimos por conveniencias personales cortoplacistas o por ignorancia y por ello la tragedia nacional de elegir malos gobernantes se repite en cada año de elecciones, como este 2022.
ANTES DEL FIN
¿Cómo hacer para romper la tradición de elegir malos gobernantes en Colombia? ¿Cómo hacer para no caer en las trampas del populismo? ¿Cómo hacer para que personas de bien ingresen a la política y sean elegidos sin entregar su alma al diablo?
Impresionante, estremecedora la telenovela sobre la vida de Arelys Henao. Un gran acierto de Caracol Televisión.