FELIPE ARBELAEZ, EL EMPRENDEDOR
Eligio Palacio Roldán

A sus 34 años, Felipe, El Emprendedor, es un convencido de que es necesario saber para qué se nace, para qué se está en la tierra; piensa que su misión es impulsar a los demás, despertarlos, hacer que crean en sí mismos, descubran el mundo de lo posible, no dejen los sueños guardados; cree que es muy triste nacer, estudiar, trabajar para subsistir y morirse; que el ser humano debe arriesgarse, tener experiencias de vida, ser libre.
Cuando niño, recuerda Felipe, soñaba con cambiar el mundo, con desarrollar ideas, tenía una persona muy cercana que le decía “Felipe el Fantasioso”; hoy siente que sus sueños se están haciendo realidad, aunque aún falta mucho; se están abriendo puertas, a nivel gubernamental, en diferentes países, en la ONU, en UNICEF para hacer gestión social, en el tema de la no violencia, a través del deporte: “algo estamos empezando a cambiar, pero nos falta mucho, falta tiempo”, afirma.
Felipe cree que las ideas y el poder para volverlas tangibles lo va generando la misma existencia; “a usted lo va llevando la vida que, sin querer queriendo o queriendo, lo va direccionando hacia esferas de poder y de influencia; hacia allá estamos entrando en este momento, desde sentarnos con presidentes de países y mirar los beneficios de una idea, ver el impacto en trescientas o cuatrocientas mil personas; sentarnos a buscar otro tipo de soluciones para derrotar la violencia, a través de la práctica del deporte; lo tengo muy claro: a través de ideas macro y de proyectos de gobierno trasversales, se logra influenciar positivamente a la humanidad”.
The Color Run
El GRUPO GO LATAM, es la organización que le permite a Felipe, El Emprendedor, desarrollar sus sueños; bajo su presidencia, y con aliados en Estados Unidos, ha logrado llevar a 11 países, en Latinoamérica, a The Color Run, también conocida como los 5k Más Felices del Planeta, la única carrera de color en el mundo que celebra la salud, la felicidad, la personalidad y el interés por el bienestar del otro.
“The Color Run es fruto de una investigación de año, año y medio; nosotros queríamos desarrollar proyectos a nivel internacional, dirigidos a la comunidad; logramos participar en una licitación para Latinoamérica, con unas treinta compañías, y por la presentación, enfoque, visión y desarrollo de toda la estrategia logramos hacernos al evento, en una competencia con unos parámetros muy exigentes.
Me nutro de trabajos, bien sean personales, de mi equipo o fruto de ferias, eventos, show run, lanzamientos, etc.; te vas alimentando de cosas y vas viendo tendencias de lo que ocurre en el mundo.
Me parece que el deporte se maneja a nivel muy básico, pero el deporte es influencia, es poder para mover masas, para comunicar valores, para romper barreras, para penetrar sociedades, para lograr infinidad de cosas.
Me enamore del proyecto por lo que puede desarrollar; creo que hemos logrado una cosa muy bonita a nivel nacional y en otros muchos países, el año anterior obtuvimos el premio al evento del año, pero creo que apenas la gente va a comenzar a darse cuenta de lo que es The Color Run, no es sencillamente una carrera de los más felices del planeta, sino un evento netamente familiar.
El comienzo
“A los 18, 19 años busqué vender algo, después, a los 22, mi papá me ayudó a montar una panadería, me estaba yendo muy bien, la persona de confianza me traicionó y me dejó en la ruina; pero el peor fracaso no ha sido la panadería, en esta vida se sube y se baja, hay momentos muy críticos pero hay que seguir creyendo y permanecer; recibes consejos de toda índole como cierre eso, no va a funcionar, por ahí no es y hay que continuar, la historia está plagada de esos casos, a Walt Disney le negaron 65 veces un crédito financiero y el insistió, Tomás Alba Edison hizo más de mil ensayos para inventar la bombilla…
Me he visto, sin dinero, debiendo más de un millón de dólares y lo que hago es no pensar en la cifra; yo creo, desde mi desarrollo espiritual, que el problema es cuando se miran los números, claro que hay que verlos para administrar, pero no pueden ser un límite para desarrollar una idea; si estás convencido, las puertas se te van abriendo, hay que estar dispuesto a pasar tiempos difíciles; dice el Código del Campeón, de Dante Gebel, que cuando vas a emprender un proyecto muchos te van a decir que no es posible, cuando lo estás llevando a cabo, que no va a resultar, pero cuando está en ejecución, todos van a estar contigo.
Yo estudié economía con un enfoque muy internacional, en la Universidad Pontificia Bolivariana y, luego de varias experiencias a nivel profesional, me picó la vena de la empresa en el campo deportivo. Siempre había querido desarrollar ideas de consumo, había sido muy deportista, estudié algunas cosas en Argentina, empecé a investigar y me encontré con el deporte como producto, me devolví a Colombia y ya con un enfoque más internacional, comencé.
Inicialmente prestamos los servicios a empresas de telecomunicaciones y de consumo masivo, todo enfocado en el deporte; diseñábamos estrategias, publicidad, material POP, eventos deportivos; luego hicimos el mundial sub 20, en Medellín, lo desarrollamos con la alcaldía. Ese es un ejemplo de una estrategia de ciudad, que puede aplicar tanto para el sector público como para el sector privado.
Comenzar es complicado; a veces cuando una persona piensa en una visión grande se encuentra con muchos obstáculos, uno de ellos es el financiero, otro puede ser el mental, o el desarrollo de un grupo de trabajo, legales o tributarios; no es fácil desarrollar un proyecto.
Es muy importante contar con el apoyo de la familia; es difícil salir de la zona de confort a la de incertidumbre, la decisión es muy complicada; es elegir un camino diferente para construir una visión; tuve que renunciar a dos compañías en ese tiempo y los primeros seis u ocho meses fueron muy enredados…”
Emprendimiento
“Yo creo que hay dos tipos de emprendedores, el que se enfoca en un negocio para sacar una rentabilidad máxima y desarrollar ganancias para sus proyectos, y el que tiene un propósito diferente, más allá de los recursos financieros, que siempre va a existir la necesidad de tenerlos, el de encontrar una alta gratificación en los sueños que se logran, el ver una idea plasmada en algo real, el simple hecho de dar un paso en cierto proyecto; me inclino por esta último tipo de emprendimiento, brinda mayor gratificación.
Ser líder implica un gran peso; se tiene una exigencia muy grande para salir adelante: todo el mundo es un misterio: los grupos de trabajo, los países, las economías; usted no sabe qué va a pasar; caerse, levántese, la gente puede renunciar pero uno no puede, mantenerse es lo más difícil.
La relación del éxito y el fracaso con el otro es complicada, es necesario tener los pies en la tierra, el éxito es muy relativo, el éxito de uno no es comparable con el de otro, mucha gente cree que eres exitoso pero nadie sabe la silla que te toca, no es comerle cuento a la gente ni cuando estás bien ni cuando estás mal; mientras uno sepa quién es, no se va a dejar subir o bajar por la gente.
La gente te suma en un momento y hay gente de la que te tienes que desprender, porque ya no te aporta en el campo personal o profesional, en tu ideal de vida.
El ser humano se debe proyectar paso a paso, fijarse propósitos, y cuando se encuentre a sí mismo, cuando encuentra para qué nació o que tarea le toca, todo es más fácil, si no sabe quién es, es muy difícil realizarse como persona.
En los grupos se debe hablar siempre de nosotros, porque hay una estructura, un equipo de trabajo, desde los diferentes ángulos de la empresa o del proyecto que se desarrolla.
Yo no tengo tanto espíritu de empresario, soy un desarrollador de ideas imposibles para volverlas viables; formatos, productos o negocios que se vuelvan tangibles, alternativas de consumo desde el punto de vista social; acabamos de terminar un canal en Estados Unidos para jóvenes basado en entretenimiento, en sueños, en felicidad.”
Espiritualidad
“La felicidad está en Dios; yo creo en Dios, no como una religión, yo creo tener una amistad con él, es mi amigo y eso es lo que realmente me llena, más que otras cosas
La amistad con Dios surge en la juventud; yo creo que todos, en algún momento de su vida, tratamos de llenarnos de muchas cosas; yo me sentía muy vacío desde pequeño, desde joven, con lo que hacía, con lo que tenía, ya fueran mujeres, gustos, dinero; yo no encontraba un equilibrio en mi vida, y a raíz de una crisis, de una quiebra con un negocio pequeño, que en ese momento era de gran dimensión para mí, tomé la decisión, como cuando alguien va navegando y naufraga y su vida cambia a raíz de esa experiencia; me cambió la vida; yo decidí entablar una amistad con él, empecé a tener espacios o tiempos de conversación u oración, sin religiosidad, empecé a leer sobre Dios y comenzaron a suceder cosas, fuera de lo común, que te implican creer y estar ciento por ciento enamorado de Jesús.
Veo a Dios como un papá; si te alejas de la religión y lees la Biblia, que es la constitución de un reino, entiendes las cosas de otra manera y ves a Jesús como hermano, amigo, rey y no solo como salvador, como nos lo vendieron en nuestra cultura.
Soy muy libre, voy por la calle conversando con Dios, lo escucho y me pasan cosas, tengo experiencias de lo que la gente llama milagros.
Me encantaría morirme, por la esperanza que tengo, pero no en este momento porque faltan muchas cosas por hacer, el día que llegue voy a morir con una sonrisa de oreja a oreja; yo creo que uno tiene que dejar herencia: un tipo de pensamiento, formas diferentes de hacer la cosas, valores, proyectos, sueños, caminos”.
Don Ramón Ospina, el Insobornable
“Mi abuelo fue todo, esa persona que cualquier ser humano, en desarrollo de su niñez o de su juventud debió haber tenido, debió haber conocido; era esa persona influyente, fuerte y a la vez amorosa; me enseñó primero a ser persona, luego a no limitarme, a ir tras las cosas, tras los sueños, a tener buenas relaciones con el otro; tuvo una vida que fue un éxito de comienzo a fin, le decían el Insobornable, un hombre de principios y de carácter.”
La vejez
“Viejito me veo en una isla que ya conozco, con una mujer que ya conozco, escribiendo tal vez, descansando.”
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