EL PREFERIDO

EL PREFERIDO

Eligio Palacio Roldán

“3 Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra, una ofrenda al SEÑOR. Abel también trajo una ofrenda de los primogénitos de sus ovejas, lo mejor de ellas. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín ni su ofrenda. Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante. 

Caín habló con su hermano Abel[b]. Y sucedió que estando juntos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.”

Génesis 

La mítica historia de Caín y Abel relata de manera magistral las consecuencias de preferir a alguien sobre los otros, con o sin razón. Este mismo filón ha sido ampliamente utilizado en la literatura, el cine y la televisión para estructurar historias dramáticas. Las familias, los colegios, los lugares de trabajo y la vida misma están llenos de cientos, miles, de relatos relativos al tema, casi todos con finales de separación, rencillas irreconciliables o tragedias inimaginables como la del Génesis cuando un hermano termina asesinando al otro.

¿Qué lleva a un padre a preferir a su hijo? ¿a un profesor a su alumno? ¿a un jefe a un subalterno? Difícil establecerlo; profundos conflictos sicológicos, quizás, formas de agradar al otro rebuscadas por el preferido desde la primera infancia para impactar positivamente, podría ser, instinto animal, también. En fin, formas del corazón imposibles de dilucidar.

En los trabajos y en la historia de las empresas, se conjugan elementos adicionales como la competencia, la sagacidad para negociar, los conflictos de interés o la corrupción.  En cualquiera de los casos, preferir a unos sobre otros tiene implicaciones similares a las descritas anteriormente, fundamentalmente el ánimo de revancha, de acabar con el otro.

Si un preferido presintiera las consecuencias negativas que trae para su existencia el ser el elegido, evitaría esa preferencia, diría: no, gracias. Pero no es así, generalmente se coloca en una posición cómoda que no lo deja crecer, ni luchar, ni hacer esfuerzos pues ¡para eso es el preferido! sin contar con la rabia que genera en sus semejantes que poco a poco lo aíslan. Quien prefiere también pasa malos ratos por su decisión, coloca a los pares del preferido en su contra y normalmente lo dejan solo a merced de quien recibió su bendición.

En Entrerríos, un pequeño pueblo donde vivo, ubicado a 60 km al norte de Medellín, a comienzos de este mes, se produjo la noticia económica del año: Una cooperativa le dio la exclusividad a uno de sus asociados de redimir bonos por mil millones de pesos, aproximadamente, descalificando a los más de siete mil asociados restantes. Más allá de las implicaciones de tipo legal que pueda tener la negociación, no pareciera que las partes hubiesen contemplado las implicaciones a largo plazo del negocio.

El preferido, otra cooperativa comercializadora de productos agrícolas y de consumo masivo, de entrada, tiene siete mil personas resentidas, muchas de ellas sus clientes tradicionales, obligadas a redimir su bono de $200.000; ese resentimiento podría generar aversión y como consecuencia que gran parte de los clientes se deslice hacia la competencia y por ende menores ventas que las actuales. Quien eligió al preferido tiene las mismas personas resentidas y su estrategia de fidelización -los bonos- hecha trizas.

En esta historia empresarial, como en las historias dramáticas de los humanos, tanto quien prefiere como el que es preferido pierden y pasados los eventos que marcaron esa preferencia solo queda un dejo de amargura en ellos y en los terceros involucrados y una herida difícil de sanar, que de todas maneras dejará huellas.

ANTES DEL FIN

Para muchos de los beneficiarios de los controvertidos bonos, ir a redimirlos donde no quieren se convierte en una real humillación.

Muy buena, fresca, coloquial, auténticamente colombiana la novela de Caracol Televisión Los Briceño. Hacía falta algo así en la decaída televisión colombiana.

En los casi 60 años de mi existencia no recuerdo una ola invernal semejante a la actual. La situación es preocupante.

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DON JULIO CORREA – ACCIÓN COMUNAL DE TESORERO – ENTRERRÍOS

DON JULIO CORREA – ACCIÓN COMUNAL DE TESORERO – ENTRERRÍOS

Las Acciones Comunales, al igual que las Cooperativas, han sido determinantes para que en Colombia las comunidades logren salir de la pobreza; desafortunadamente, ese sentido comunitario desaparece simultáneamente con las condiciones de miseria. Es decir, unas y otras, parecen ser figuras para pobres y la generación de riqueza y bienestar destruye los lazos de solidaridad.

Aquí una bella historia de una Acción Comunal.

LAS ASAMBLEAS DE MARZO

LAS ASAMBLEAS DE MARZO

Eligio Palacio Roldán

Este marzo que termina y los marzo de todos los años son, en su mayoría, los meses en que se celebran las asambleas generales de las grandes corporaciones, las entidades del sector cooperativo, las pequeñas sociedades, las asociaciones y las propiedades horizontales. El Código de Comercio establece, en el artículo 422, que tal obligación se debe cumplir durante los tres primeros meses del año, pero como a los colombianos nos gusta tardecito, generalmente son en marzo.

Las asambleas se convierten en el acontecimiento social más importante de comienzos de año. Es el escenario perfecto para encuentros y desencuentros, para saludar a los amigos, o para iniciar nuevas relaciones. También, el espacio donde se libran pequeñas grandes batallas por el bien común, que siempre termina siendo particular. Son batallas por el poder y el poder ha sido, es y será un impulsor del ser humano hacia el progreso al igual que el dinero. Así lo definió el pensador estadounidense Emerson (1803-1882) “Los hombres, tal como son, se inclinan por naturaleza a ir en pos del dinero o del poder, y del poder porque vale tanto como el dinero”

Y por ese poder, ínfimo o inmenso dependiendo de la magnitud de las entidades, se libran todo tipo de batallas: limpias, sucias o con todos los matices del gris, al igual que en todas las luchas de quienes buscan dominar a los demás con la razón, la persuasión  o  la fuerza, en la ya milenaria historia de la humanidad.

Desde días antes, la Junta, planea milimétricamente el desarrollo de la Asamblea: quienes la moderarán, aunque luego “por vías democráticas”, se elijan los directivos de la sesión; las presentaciones de los informes que impacten al público, a pesar de la apatía de la mayoría; el discurso del presidente que, haciendo gala de su histrionismo, mostrará su gran obra. En fin, todo el “maquillaje” posible para mostrar una “realidad” mejorada. Y claro, el momento clave para  repartir la comida, “barriga llena, corazón contento” y mayor emotividad y desconocimiento a la hora de votar las propuestas o elegir a los mismos de siempre. Y las rifas, la mejor herramienta para conservar el público durante  horas y horas. Eso sí, no atento. La atención, en estas circunstancias, resulta innecesaria y hasta incómoda.

No obstante la organización para que todo funcione a la perfección, siempre hay alguien que no encaja, que no sigue la corriente y que insistentemente pide la palabra para protestar, a veces con razón, muchas otras sin tenerla, casi siempre rechazado por un publico que solo quiere que todo termine para que lleguen rápido las viandas y los regalos.

Como en todas las democracias, la gente se va cansando de las mismas personas, en especial cuando la entidad no da los resultados esperados. En ese entonces las culpas salen al escenario y muy seguramente se elija en la junta a alguien de la oposición que seguirá haciendo lo mismo o cosas peores que las de sus antecesores. Aunque en las Asambleas, como en la democracia colombiana, prima la reelección.

En estas circunstancias, las Asambleas son una fiesta, o un circo igual al de la política. Bueno, no se puede generalizar y muchas veces, estos eventos, podrían resultar siendo  un ejemplo de responsabilidad individual y colectiva. Me gustaría asistir a una de ellas, algún día.

Al terminar las Asambleas, siempre hay un murmullo de insatisfacción que crecerá con el transcurso de los días como mancha negra de resentimiento.

Puede leer AMIGUITOS VUELVE EL CIRCO… DE LA POLITICA. https://eligiopalacio.com/2019/03/11/amiguitos-vuelve-el-circo-de-la-politica/

ANTES DEL FIN

Continúan las peleas del gobernador de Antioquia, Luis Pérez, contra los “Molinos de Viento”. ¿Qué sería de su gobernación si no se le aparece la “virgen” de Hidroituango?

Llegó el esperado invierno después de tres meses de verano. Ahora es éste el que hace estragos. ¿De que servirá la predicción del clima?

El próximo lunes regresa El Sultán, una posibilidad de buena televisión. Canal Uno, 10:00 de la noche.

Puede leer FICO Y LUPE https://eligiopalacio.com/2019/03/19/fico-y-lupe/

COOPERATIVISMO – EL INDIVIDUALISMO COLECTIVO

Entidades sin ánimo de lucro

EL INDIVIDUALISMO COLECTIVO

Eligio Palacio Roldán

Tal como lo indica el artículo 363 de nuestra Carta Magna, “el sistema tributario se funda en los principios de equidad». Se habla de equidad cuando todos los ciudadanos son iguales frente a la ley. En materia tributaria se refiere a que el tratamiento fiscal está de acuerdo a la capacidad económica de cada uno.

La “equidad”  es también uno de los valores más preciados por el cooperativismo. Allí se refiere a que a cada cual se le retribuye en la medida de su participación o aporte en el ente económico.

Después de muchos años perteneciendo al cooperativismo: Colanta, Consumo, Cooagropecuaria y Coopecrédito en el municipio  de Entrerríos – Antioquia, no he podido asimilar por qué la equidad, en este sector, se da para recibir, más no para dar.

El Estatuto Tributario, que reúne las normas que regulan los impuestos en Colombia, en su artículo 19, establece que las Cooperativas pertenecen al régimen tributario especial. Esto implica, para esas organizaciones, no contribuir con la “equidad” del país, a través del impuesto sobre la renta, como lo hacen los demás contribuyentes.

Que está condicionado a que  el veinte por ciento (20%) del excedente se destine a la educación formal, en instituciones autorizadas por el Ministerio de Educación Nacional, y que esa es su contribución a la equidad, dicen los más furiosos defensores del sistema. Olvidan  que este aporte se hace “de manera autónoma por las propias cooperativas”  y que “normalmente” se invierten en los mismos asociados o en establecimientos de educación donde asisten sus propias familias.

Y, claro, es muy bueno pertenecer a las cooperativas y, entonces,  «dan» beneficios y ayudas para la educación y el bienestar de los asociados y te ayudan a crecer como ser humano, como profesional y a desarrollar tu propia actividad económica y a sacar tu comunidad adelante.

Lo mismo dicen los “dueños” de las demás entidades sin ánimo de lucro. Y, alguna vez, en el aspecto de seguridad, lo dijeron y lo hicieron las Convivir y los grupos armados para proteger los ciudadanos de la guerrilla y Colombia se llenó de sangre y desigualdad. Y en muchas oportunidades lo han dicho, también, en varios aspectos, las guerrillas de izquierda.

Y Colombia se divide en pequeñas colectividades que protegen sus propios intereses, sus pequeños grandes reinos, con sus propias luchas por el poder. Y, todos esos grupos: Cooperativas, Asociaciones, Fundaciones y Entidades sin Ánimo de Lucro; en fin, colectivos legales e ilegales se sumergen en su respectivo individualismo y se olvidan que Colombia es una sola, que hay pobreza y hambre en regiones enteras y que si algo se hace necesario es la solidaridad colectiva. Solidaridad entendida como equidad, no como equidad predicada y aplicada solo entre y para los cercanos, si no como equidad para todos.

Se acerca una reforma tributaria, la tercera de Santos. Sería bueno que en la nueva legislación tributaria si se aplicara el principio de equidad y se eliminaran los privilegios que genera el  individualismo, así sea el individualismo colectivo de las cooperativas y similares.

ANTES DEL FIN

Hablando de equidad,  no se entiende como miles de colombianos aseguran sus fortunas en paraísos fiscales y no piensan, por un momento, como con sus impuestos se podrían generar oportunidades de educación y empleo, para millones de colombianos que no encuentran como subsistir, en medio del hambre que los asecha. (Ver LA PRIORIDAD DEL OTRO DESENCANTO https://eligiopalacio.com/2016/05/04/la-prioridad-del-otro-desencanto/).

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