GUAVIARE: COCA O TURISMO

GUAVIARE: COCA O TURISMO

La historia de la cocaína, coca, es la misma de Colombia y diría que del mundo en los últimos cincuenta años. En el corazón del Guaviare, Amazonía Colombiana, los campesinos tratan de dejarla atrás para dar paso al turismo. Aquí un testimonio contundente y esperanzador sobre el cultivo, el procesamiento y el posible adiós de la pasta de coca. Obvio, para que ese adiós sea verdadero falta mucho: el apoyo de toda la humanidad y la independencia de los humanos de los alucinógenos. Si quiere ver otra realidad de Colombia, véala.

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LA FECHA DE VENCIMIENTO DE SANTOS

LA FECHA DE VENCIMIENTO DE SANTOS

Eligio Palacio Roldán

La fecha de vencimiento es el plazo máximo en que se puede consumir un producto sin riesgos para la salud humana o el tiempo estipulado para realizar un pago o presentar un documento o cumplir con una misión. En fin, es el límite después del cual ya no es posible actuar.

El vencimiento del gobierno Santos es el 6 de agosto de 2018, teóricamente, y el 27 de mayo del mismo año realmente, cuando Colombia elija el presidente para el período 2018-2022, del que se espera no le dé por reelegirse. Lo más probable es que Juan Manuel Santos termine su mandato con índices de popularidad muy bajos que demuestran el rechazo de la mayoría de los colombianos a su gobierno.

Santos dejará una guerrilla desmovilizada o al menos dividida, unos ancianos delincuentes convertidos en hombres de bien, pasando los últimos años de su vida cómodos, tranquilos y disfrutando de sus fortunas mal habidas, unas ciudades y unos campos tomados por las bandas criminales y una Colombia sembrada de coca que genera ingresos para medio sostener una economía que, de la mano de la situación política, se encamina a repetir la historia de Venezuela.

Sobre el tema
LA PAZ DE LOS VIEJITOS https://eligiopalacio.com/2015/09/29/la-paz-de-los-viejitos/
LA VENEZOLANIZACIÓN DE LA ECONOMIA COLOMBIANA https://eligiopalacio.com/2015/05/27/la-venezolizacion-de-colombia/

A punto de vencerse el gobierno de Santos, sus ocho años al frente de la presidencia se parecen mucho a los de Uribe. Sus agendas fueron manejadas por las Farc  mientras le entregaban el país a los corruptos en aras de una supuesta paz. Fue a Uribe al que no le importaron los medios para reelegirse y vencer a las Farc. Fue a Santos al que no le importaron los medios para reelegirse y firmar la paz con las Farc. Fueron ambos los que descuidaron la economía, desperdiciaron los altos ingresos que generaron los altos precios de los commodities  y no los encausaron hacia el desarrollo sostenible de la nación y, fueron ambos, los que llevaron la salud  a la crisis más grave de su historia reciente.

Mientras Uribe generó un gran liderazgo que le permite tener una segunda oportunidad para reivindicarse con el país, Santos no encontró un lugar en el corazón de los colombianos y por ello su tiempo terminará para siempre. Solo le queda continuar adoptando modales de monja de clausura para que alguien le crea su Nobel de Paz y unos días, muy pocos días, para que demuestre que es capaz  de intentar transformar la clase política y el país. Son menos de ocho meses para que se sacuda de las Farc, deje el proyecto de paz en manos del Congreso a su libre albedrío, abandone la “mermelada” y cualquier forma de presión para que le aprueben sus proyectos y para tratar de mejorar su imagen y para  proyectarse como el presidente que pudo ser y no fue.

Sobre el tema
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD https://eligiopalacio.com/2014/03/13/una-segunda-oportunidad/
CORRUPCIÓN… ¿QUE FALTA? ¿QUÉ SIGUE? https://eligiopalacio.com/2017/08/25/corrupcion-que-falta-que-sigue/

Ojalá el presidente Santos, un hombre que como político ya no tiene nada que perder, aproveche sus días, antes de la fecha de vencimiento de su mandato, para recuperar sus posiciones de periodista y demuestre que en el país si se puede comenzar una historia diferente. Ojalá haga algo para derrotar la corrupción, aunque difícil salir del fango donde se encuentra inmerso. Ojalá hiciera un acto de contrición y le describiera a Colombia la podredumbre en que se movieron  los círculos de poder, durante sus gobiernos. Ojalá Uribe hiciera lo mismo. ¿Y que tal que las guerrillas de izquierda, los paramilitares y los demás políticos también lo hicieran? Ese sería el principio de una nueva Colombia, esa sí en paz.

ANTES DEL FIN

Un dicho popular afirma que nadie sabe ni el día ni la hora del final y que por eso hay que vivir cada momento como si fuera el último. Eso no es posible porque siempre asustan las vicisitudes de los tiempos por venir, pero hay estadios de la vida cuyo final es predecible, como el caso de la presidencia de Santos. El final de esos estadios, cuando ya no hay nada que perder, hay que aprovecharlos para dejar un mensaje de vida de cómo se percibió la estadía en ese espacio y en ese tiempo y en construir para el futuro de las nuevas generaciones.

¿LEGALIZAR QUÉ…?

¿LEGALIZAR QUÉ…?

Eligio Palacio Roldán

Es tanto el entusiasmo por la marihuana que hasta el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutierrez, propuso promover un monopolio del Estado para producir y comercializar la “Mala Hierba”…

Muchas expectativas frustradas dejó la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre drogas –UNGASS. Bueno, frustradas para los que piensan que la legalización de las drogas ilícitas es la solución, para quienes piensan lo contrario el evento los deja tranquilos, pero no por muchos días.

Es obvio que la legalización de las drogas se abre camino en el mundo. No de otra manera, se explica la proliferación de pomadas, ungüentos, gotas, aceites y otros productos fabricados supuestamente a base de marihuana y extracto de coca en el mercado callejero de las principales ciudades del país; ventas que se han visualizado desde diciembre pasado cuando se aprobó la legalización de la marihuana para uso medicinal, mediante el Decreto 2467, para un mercado estimado en más de dos mil millones de dólares.

El Decreto que tiene por objeto: “… reglamentar el cultivo de plantas de cannabis, la autorización de la posesión semillas para siembra de cannabis, el control de las áreas de cultivo, así como procesos producción y fabricación, exportación, importación y uso de y sus destinados a fines estrictamente médicos y científicos” parece haber hecho brotar, con inusitada rapidez, los cultivos de marihuana, la fabricación  y comercialización de subproductos  y la aparición en el lenguaje callejero y familiar de cientos  de beneficios del vegetal, hasta ahora dichos en voz baja: que para los dolores reumáticos, que para la gastritis, que para mejorar la actividad sexual,  que para calmar la ansiedad. En fin, son tantos los beneficios atribuidos a la marihuana, que no se entiende cómo, esta «maravilla», había permanecido oculta por tantos años.

Es tanto el entusiasmo por la marihuana que hasta el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutierrez, propuso promover un monopolio del Estado para producir y comercializar la “Mala Hierba” que desencadenó una guerra en Colombia, en la década del ochenta del siglo pasado, de la que aún no salimos. Propuesta que el gobierno nacional no considera “conveniente” hasta el momento, según afirmaciones del Ministro de Salud, Alejandro Gaviria.

Y como Colombia es un país sin memoria y como el mundo tampoco parece tenerla, vale la pena recordar algunos elementos del Informe Mundial sobre las drogas 2015 (http://www.ipu.org/splz-e/unga16/drug-report-s.pdf): “… hay indicios de que el número de personas que necesitan tratamiento por consumo de cannabis está aumentando en la mayoría de las regiones…  cada vez hay más datos que apuntan a que el cannabis podría ser más perjudicial. Ello se refleja en el elevado porcentaje de personas a quienes se administra tratamiento por primera vez por trastornos relacionados con el consumo de cannabis en Europa, América del Norte y Oceanía. Según la escasa información disponible, el cannabis ocupa el primer lugar entre los tipos de drogas por cuyo consumo se administra tratamiento en África”.

Pero bueno, la verdad es que la ilegalidad de las drogas sicoactivas solo está en la comercialización porque, es obvio, están a disposición de los ciudadanos en todo el mundo, desde hace muchos años. Para saberlo no es sino recorrer las calles de Londres, Madrid, Buenos Aires o Los Angeles y, por su puesto, cualquiera de las ciudades y los pueblos colombianos.  En eso se parecen, ahora, las grandes urbes mundiales: En el olor penetrante  que dejan las bocanadas de humo de los consumidores de marihuana. (Ver MEDELLIN ILEGAL https://eligiopalacio.com/2014/07/01/medellin-ilegal/)

ANTES DEL FIN

Cuando veo y/o escucho a los dirigentes del mundo hablando de la legalización de las drogas me transporto a las sabias palabras de Don Quijote:  «… que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza; cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros  ha vuelto estos gigantes en molinos, por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; mas al cabo al cabo, han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.»

Lo mismo sucede en la guerra contra las Farc y el ELN.

Hace unos 20 años, bastante tarde en mi vida, traté de probar la marihuana. No lo logré: antes era necesario saber fumar. Nunca me interesó.

El olor a marihuana me transporta al hambre de los medios días, estudiando cálculo diferencial, en la Facultad  de Arquitectura, en la Universidad Nacional de Colombia, sede de Medellín. Hoy como ayer, la marihuana se comercializa con mucha facilidad.

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