ENTRE PABLO ESCOBAR Y EL GRAN COLOMBIANO

ENTRE PABLO ESCOBAR Y EL GRAN COLOMBIANO
Eligio Palacio Roldán
Y elegirlo como el Gran Colombiano fue la legitimización de ese estilo… Un estilo de vida que llegó de la mano de Pablo Escobar y que siempre fue combatido por el diario El Espectador.

La elección “democrática” del Gran Colombiano, al comienzo de la presente semana, en un formato del canal de televisión internacional de History Channel, con el apoyo del diario El Espectador, el periódico que más ha luchado en defensa de un comportamiento ético de los colombianos, se transformó en una Gran Polémica. No era para menos, se había elegido a uno de los hombres más controvertidos de los últimos años: ALVARO URIBE VELEZ.

Pero, ¿por qué se escogió a este hombre, por encima de personajes tan ilustres como Gabriel García Márquez? Los que quieren descalificar la elección afirman que tiene montada una muy buena estrategia de comunicaciones, a su alrededor. Sin duda, claro que sí; su ambición de poder y la convicción de ser imprescindible, lo obligan a ello. No obstante, no se puede negar que este hombre partió, en dos, la historia de nuestro país, devolviéndoles la confianza a los colombianos y concluyendo un proceso iniciado unos treinta años atrás, al finalizar la década del 70. Alcanzó la devoción de muchos colombianos y, por ende, equipararse con los reyes de la antigua Europa.

En un reciente viaje por ese continente pude palpar como los ciudadanos veneran a sus reyes (Papa Francisco incluido) Y es que los ciudadanos, también los turistas, encuentran en ellos la concreción de alguna de sus propias fantasías: Todos alguna vez soñamos con ser ricos, poderosos y con contar con un séquito, a nuestro lado, que cumpla nuestros más mínimos deseos.

Además, como lo decíamos en columnas anteriores, el ser humano busca un gran padre que lo proteja y que por arte de magia le solucione sus problemas. Pues bien, como también lo decíamos en columnas anteriores, Alvaro Uribe, se convirtió en ese gran padre que nos protege de los malos: la guerrilla, y en ese Reyezuelo tercermundista que colma nuestras aspiraciones, de redención social: También he visto a las gentes perseguir y hasta desfallecer por estar cerca a Uribe, cual príncipe europeo. Despierta pasiones.

Es además, Alvaro Uribe, la síntesis y el legitimador del colombiano promedio de esta época: un colombiano que creció en medio de una economía jalonada por el narcotráfico y se contagió de su estilo traqueto: forma de vestir; arquitectura desordenada y exagerada en sus formas y contrastes; forma de festejar: caballos, música, licor, armas; ostentación; forma de solucionar los conflictos: vías de hecho; forma de acatar la autoridad: desafiándola.

Y elegirlo como el Gran Colombiano fue la legitimización de ese estilo; un estilo que cambió para siempre la forma de ser y de estar de la mayoría de los colombianos. Un estilo de vida que llegó de la mano de Pablo Escobar y que siempre fue combatido por el diario El Espectador; diario que hoy refuerza su legitimización ayudando a escoger a Alvaro Uribe como el Gran Colombiano. Gran paradoja para el diario que tanto a luchado contra el narcotráfico.

ANTES DEL FIN.
Muy diciente el editorial de El Espectador, el pasado lunes: “El resultado, entonces, no nos satisface. Lo cual no significa que no hayamos encontrado sumamente interesante (y diciente) todo este proceso: saber en qué términos miran las personas el relato de nación. La conclusión, a la que se ha llegado miles de veces es que los colombianos seguimos embebidos en un estado de eterno presente. Aún falta mucho por construir. Y esa conclusión, no más, ha valido el ejercicio”. Se equivocó gravemente el periódico guardián de la ética y los valores del país.

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¿PARA DONDE VA EL PARTIDO CONSERVADOR?

¿PARA DONDE VA EL PARTIDO CONSERVADOR?
Norman Augusto Mesa Lopera
En ausencia de mi apreciado amigo, el Comunicador Social e Ingeniero
Industrial, Eligio Palacio, de paseo por el viejo continente, y
aprovechando su potencial de asiduos lectores de su acostumbrado comprimido en “*lo mejor del domingo”*, y consiente de que mi partido Conservador, que siempre ha sido hermético y egoísta a la participación de sus bases para determinar el rumbo de la colectividad y su qué hacer en los grandes retos que presenta a diario el país, permítanme hacer una crítica a lo que viene pasando:

1. Resolvieron que Omar Yépez Alzate sea la cabeza de la colectividad. Del señor poco puedo hablar, ni bueno ni malo, solo sé que es de esa misma generación de Roberto Gerlein (el que detesta a los homosexuales, y a quien el muy diligente Procurador, ni siquiera se tomó la molestia de hacerle un llamadito de atención –así fuera solapadito y por calmar la indignación de el país entero- cuando denigró en voz alta en el Congreso de ese segmento de la población LGTD), de Carlos Rodado Noriega, de Álvaro Villegas, de Ignacio Vélez Escobar, de Guillermo Vélez Urreta, de J. Emilio Valderrama. Con todos los pergaminos, mostrables o no que tenga el señor Yépez Alzate, me pregunto: ¿paraqué le dieron tamaña responsabilidad?..¿tendrá la suficiente fuerza física y mental de constituir al histórico partido azul, en alternativa de poder?…o será que pretende hacer la tarea de su antecesor Cepeda de filarnos en apoyo a la reelección de Santos?. Como lo ubiqué en esa generación de dirigentes azules antioqueños, informo que los que aún sobreviven, ya están en retiro forzoso de la actividad política. Comparar no es bueno, pero el siempre contendiente partido Liberal tiene a una persona de escasos 30 años, Simón Gaviria, quien ha ganado respeto y credibilidad (a pesar de no tener la lectura como uno de sus hábitos preferidos), no recuerdo quien preside el Polo Democrático, pero sé que en Clara López y el senador Robledo hay demasiado vigor para afrontar una campaña, del Partido Verde, solo pensar en Fajardo, y ese séquito de jóvenes seguidores, no la tendremos fácil. Del Puro Centro Democrático, que de seguro se surtirá en su mayoría de votantes conservadores, solo pensar que Álvaro Uribe estará al frente, ya lo hace muy interesante de cara a elegir Congreso y Presidente.

2. El Partido hoy, ni siquiera debería estar considerando el apoyo a la reelección de Juan Manuel Santos; ha manifestado su interés de ser candidata del Partido la doctora Marta Lucía Ramírez, y suenan en la voz de otros, nombres como el de Luis Alberto Moreno, y Juan Carlos Echeverry; no muy lejos de la colectividad también está Luis Alfredo Ramos Botero (así hoy por hoy esté más cerca del Puro Centro Democrático). Pregunto: porqué el Partido ni siquiera fija unas reglas claras de juego para que quienes han sido sus militantes, y lo han representado en cargos públicos, tengan alguna posibilidad de estar en la fiesta electoral?

3. Que yo recuerde, desde 1998 el Partido no tiene candidato; en ese entonces Andrés Pastrana, con su Nueva Fuerza Democrática, y sin nunca haber denigrado de su partido de cuna, nos convocó a los godos, y después de dos vueltas frente a Horacio Serpa, ganamos esa Presidencia; en 2002, escogimos a Juan Camilo Restrepo como el Candidato azul, y una vez instalado en el escenario de encuestas, difícilmente llegaba al 2% la intención de los colombianos de votar por él. A mi juicio, el señor Restrepo nunca le pudo perdonar a Álvaro Uribe que se le hubiera llevado las bases azules a votar por él; en los 8 años de gobierno de Uribe, Juan Camilo –que es un buen hombre- evidenció su malquerencia, no por las políticas de Uribe, sino por la persona misma.

4. Así las cosas, la dirigencia está pensando muy distinto de lo que piensan sus bases?…¿será que quieren quemar los últimos cartuchos de presencia importante en la escena política del país?

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