LA PAZ DE LOS VIEJITOS

LA PAZ DE LOS VIEJITOS
Eligio Palacio Roldán
Si estás evitando… la estupidez.
es que está andando… la treintañez.
ANA Y JAIME

A la guerrilla colombiana le pasó la treintañez y continuó con la estupidez, tuvo que llegar la sesentañez para decidirse a negociar un acuerdo de paz con el gobierno y, desde luego, al gobierno le sucede lo mismo. La paz, ahora, es cosa de viejitos prostáticos.

Negociadores de las Farc
Iván Marquez (1955) 60 años
Jesús Santrich (1967) 48 años
Simón Trinidad (1950) 65 años
Rodrigo Granda (1950) 65 años
Marco León Calarca (1957) 58 años
Andrés París (1955) 60 años
Mauricio Jaramillo El Médico (1952) 63 años
Pastor Alape (1959) 56 años
Joaquín Gómez (1947) 68 años
Carlos Antonio Lozada (1960) 55 años
Pablo Catatumbo (1953) 62 años
Bernardo salcedo (1945) 70 años  Estimado
Rubén Zamora (1963) 52 años
Hermes Aguilar Sin datos
Miguel Angel Pascuas (1940) 75 años
Promedio 61.21 años
Negociadores del Gobierno
Humberto de la Calle Lombana(1947) 68 años
General (r) Óscar Naranjo (1956) 59 años
General (r) Jorge Enrique Mora (1945) 70 años
Sergio Jaramillo (1966) 49 años
Frank Pearl (1962) 53 años
Luis Carlos Villegas (1957) 58 años
Promedio 59.5 años
Juan Manuel Santos (1951) 64 años

Me decía un amigo que los que tenemos más de 50 años de edad estamos de salida y que tras de nosotros vienen varias generaciones que piensan distinto, que sienten distinto, que eligen distinto. Generaciones que ya no se identifican con los partidos políticos tradicionales, que, es más, no quieren saber nada de ellos. Yo le agrego que en su mayoría ya no saben de la guerrilla, ni de sus fechorías. Son generaciones urbanas que en estos tiempos de vértigo no recuerdan lo que sucedía a comienzos de siglo y cuya mayoría se formó en los ocho años del gobierno Uribe y los cinco de Santos, generaciones que ven a la guerrilla como lo que son: unos viejitos con la “lápida pegada del culo”, que con los años hacen lo que todos los mayores: buscar un refugio de paz para pasar sus últimos días.

Y mientras que los viejitos del gobierno entregan “el oro y el moro” a los viejitos de las Farc, en las barriadas de las principales ciudades del país, los jóvenes tratan de subsistir en medio de la adversidad, en la prostitución y entre las bocanadas de humo que deja el mundo de la droga. (Ver MEDELL IN  IN SOSTENIBLE  http://wp.me/p2LJK4-ME y MEDELLIN ILEGAL http://wp.me/p2LJK4-UU). Y en esta realidad, tan cruda, tan violenta, tan triste, que importancia puede tener un acuerdo de paz diferente a de las bandas que controlan las comunas. Bueno, quizás un desempleado más, un guerrillero venido a engrosar la miseria de las ciudades, las bandas de delincuencia. Y entonces, ese entorno tan bien narrado en la televisión colombiana (LA VENDEDORA DE FRUSTRANTES NOSTALGIAS, DE UN PAÍS DEL TERCER  MUNDO http://wp.me/p2LJK4-1lf), será más universal, más propio, más real, más cercano a cada uno de los seres menores de 50 años, que no tienen nada que ver en el proceso de Paz con las Farc.

Terminado el proceso de paz con las Farc seguramente tendremos un anciano Nobel de Paz, Santos; un presidente septenario, Humberto de la Calle;  unos exguerrilleros, ancianitos, congresistas, disfrutando de las mieles del poder (contratos, medios de comunicación, dinero, tranquilidad), por las que lucharon siempre;  y centenares de jóvenes desplazados de la guerrilla a la delincuencia común; o sea, moviéndose de un lado a otro para quedar en el mismo lugar, dejando que el tiempo pase mientras se trata de subsistir como sea y de olvidar las frustraciones, inmersos en el mundo de las drogas.

Como antes, con el Frente Nacional, se negocia entre los poderosos y se olvidan los colombianos de a pie. Correrán ríos de tinta en los impresos, se escucharán extras en radio y televisión, las redes sociales hablarán de una nueva era y, al final, todo seguirá igual, o peor, porque la historia de Colombia es una sola, una historia de guerra. (Ver LA GUERRA EN COLOMBIA (VIDEO) http://wp.me/p2LJK4-zE)

ANTES DEL FIN

“Las Ciudades Invisibles”, de Ítalo Calvino,  es mi libro de cabecera. En una de sus historias se cuenta: “…En todas estas cosas pensaba el hombre cuando deseaba una ciudad. Isidora es, pues, la ciudad de sus sueños; con una diferencia. La ciudad soñada lo contenía joven; a Isidora llega a edad avanzada. En la plaza hay un murete desde donde los viejos miran pasar a la juventud: el hombre está sentado en fila con ellos. Los deseos ya son recuerdos.”. El tiempo todo lo cura, dicen. El tiempo todo lo cobra. A los cabecillas de las Farc, el tiempo les cobró. Ahora son unos viejitos con miedo a morir en su ley, en la guerra. Ya ni siquiera recuerdan sus ideales de ayer.

El presidente Santos sueña con que Colombia colaborará con 5.000 hombres en las misiones de paz de la ONU. La inocencia de los viejitos…

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EL LADO OSCURO DE LOS COLOMBIANOS DE BIEN

EL LADO OSCURO DE LOS COLOMBIANOS DE BIEN
Eligio Palacio Roldán

Escribe hoy en El Espectador, María Elvira Bonilla, una inquietante columna donde relata que el comisionado de paz Sergio Jaramillo alertó a un grupo de empresarios sobre los 13.000 folios con que dispone la Fiscalía General de la Nación en donde aparecen  involucrados cientos de empresarios por apoyar a los paramilitares, en sus acciones violentas. (http://www.elespectador.com/opinion/todos-cama-todos-el-suelo).

Dice la columnista que La información del alto comisionado a los empresarios puede entenderse como un llamado para empezar a entender el tema de la justicia de otra manera…”; casi que una amenaza, diría yo. El problema es que el comisionado tiene la razón y sus advertencias están bien fundadas.

Todos sabemos que los paramilitares y las bandas criminales involucran a comunidades enteras, de manera voluntaria o a la fuerza, cubriendo los espacios vacíos que dejó un estado incapaz de brindar seguridad a los colombianos. Todos sabemos que muchas organizaciones paramilitares nacieron de decisiones de los empresarios, apoyados por autoridades civiles y militares.

Ha sido tal la indefensión de los colombianos ante la guerrilla que, sin poder evitarlo, caímos en la rueda sin fin de la guerra y desarrollamos, quizás sin una conciencia clara, una maldad de la que aún no somos conscientes (Ver   LA MAQUINA DE LA VERDAD http://wp.me/p2LJK4-1gg)

Sobre la maldad presente en el ser humano escribió una estupenda novela Italo Calvino, EL VIZCONDE DEMEDIADO. En otra guerra de nuestra historia, esta vez entre cristianos y turcos, en el siglo XVII, el Vizconde es dividido en dos y cada una de sus partes toma su propio rumbo: una es la parte mala y la otra la buena. Tanto el bueno como el malo no recobran la paz hasta que vuelven a unirse en un solo ser, hasta estar completo, luego de un gran duelo entre ambos.

La lección de la novela de Calvino es la que quizás debiéramos aprehender todos los colombianos. Aceptar nuestro lado malo, nuestro lado mezquino en esta historia de una guerra que no termina. Aceptar que la maldad no está solo en Santos, o en Uribe, o en las guerrillas de izquierda, o en las de derecha, Aceptar que en todos los seres humanos y en sus acciones hay partes buenas y malas, que nada es blanco o negro, que existen matices.

No solo la guerrilla ha hecho derramar lágrimas sobre Colombia, ¿cómo olvidar los “falsos positivos”?, ¿cómo olvidar las desapariciones de estudiantes en los años 70 y 80?, ¿el desplazamiento?, ¿las masacres?.

Es el tiempo de preguntarse quién de nosotros no ha tenido algo que ver en esta guerra, ya sea por acción o por omisión. Cuál colombiano no tiene una historia de miedo, de silencio cómplice, de colaboración voluntaria u obligada con algún frente de la guerra.

Quien mide objetivamente cuál de los sectores ha contribuido más a esta violencia, cuáles son los buenos y cuales los malos. Yo creo que nadie y para qué…

Quizás debamos dejar todo atrás y tratar de olvidar o al menos superar lo que nos ha dividido, y volver a ser, o más bien ser, por primera vez, una sola Colombia, feliz, en una imitación de EL VIZCONDE DEMEDIADO.

ANTES DEL FIN

Italo Calvino, escritor nacido en Cuba, pero de origen italiano y residenciado en ese país casi toda su vida, es para mí el mejor escritor del siglo XX no solo por la calidad de las historias de sus novelas sino por los mensajes que pretende transmitir. Los cuentos de El Viajero, de www.eligiopalacio.com, están inspirados en su obra LAS CIUDADES INVISIBLES.

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