LAS NUEVAS GUERRAS POR EL PODER

LAS NUEVAS GUERRAS POR EL PODER

Eligio Palacio Roldán

Guerra y poder van de la mano. La primera es el sendero que conduce al segundo. Por alcanzar el poder la historia de la humanidad está plagada de muerte, la muerte de los más débiles.

El origen de la guerra está descrito en la mítica historia de Caín y Abel, en la que el primero mata al segundo por la envidia que le produce ganar en el afecto de Dios. Un privilegio. ¿Y qué es un privilegio? Una ventaja especial que te hace superior al otro. En síntesis, eso es el poder: un privilegio que no tienen los demás. Ser superior. Parecería que los humanos fueran incluso peor que la mayoría de los animales pues ellos, en muchos casos, no tienen esas luchas, por la dominación, entre miembros de la misma especie. Es más, algunos como las hormigas son ejemplo de solidaridad.

Las guerras han evolucionado enormemente desde el cuerpo a cuerpo de Caín y Abel hasta  las con armas mortales, sustancias químicas, bombas atómicas y las más sofisticadas estrategias de dominación sicológicas. Antes, la exterminación de unos cuantos enemigos generaba el temor en los demás que conducía a su dominación. Hoy, esa dominación es más sutil y aunque tiene los mismos efectos que la anterior genera menos víctimas mortales, aunque mayor alienación. Se podría decir que estamos llegando a la era de la esclavitud mental, generada por mensajes manipuladores en medio del desarrollo inimaginable de las tecnologías de la información.

El ejemplo más claro de guerra sicológica, en la búsqueda del poder, es la que se libra en Estados Unidos, en la era Trump: las Fake News, el desconocimiento de las reglas, el creerse poseedor de la verdad y la manipulación velada de la realidad son ejemplos claros de los peligros que se ciernen sobre la humanidad, en la primera mitad del siglo XXI.  Hoy fue elegido Joe Biden como presidente de ese país pero, como en Colombia, la guerra no termina y seguro le será muy difícil gobernar al nuevo mandatario en la era de la desinformación, así como le ha ocurrido a Duque en Colombia.

En nuestro país, la guerra por el poder se agrava cada día. Se miente por todo lado, se manipula y los movimientos políticos se convierten en sectas más peligrosas que las satánicas, que tanto temor despertaron en el pasado. La tolerancia se perdió y el contrincante es el enemigo. No se quiere ni ver, ni comprender y menos concluir dentro de la sana discusión, dentro de la lógica. Solo hay una realidad, la del líder que manipula a sus seguidores, también por medio de informaciones falsas que no se cuestionan y se asumen como ciertas, en la era de las redes sociales y con unos medios de comunicación cada vez más perdidos en el espectáculo de las noticias.

ANTES DEL FIN

Noviembre era el mes dedicado a la memoria de los seres que ya murieron, el mes de las ánimas. Noviembre ahora solo parece durar tres o cuatro días aplastado por la cada vez más extensa Navidad.

Puede ver historias y reflexiones sobre la muerte en https://eligiopalacio.com/tag/muerte/.

A propósito de la Navidad, como será la que nos espera. ¿En aislamiento? ¿Y el comercio y los tradicionales alumbrados y celebraciones navideñas? Todo un desafío para las autoridades. Todo un desafío para la cultura occidental que celebra está tradición.

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LAS ASAMBLEAS DE MARZO

LAS ASAMBLEAS DE MARZO

Eligio Palacio Roldán

Este marzo que termina y los marzo de todos los años son, en su mayoría, los meses en que se celebran las asambleas generales de las grandes corporaciones, las entidades del sector cooperativo, las pequeñas sociedades, las asociaciones y las propiedades horizontales. El Código de Comercio establece, en el artículo 422, que tal obligación se debe cumplir durante los tres primeros meses del año, pero como a los colombianos nos gusta tardecito, generalmente son en marzo.

Las asambleas se convierten en el acontecimiento social más importante de comienzos de año. Es el escenario perfecto para encuentros y desencuentros, para saludar a los amigos, o para iniciar nuevas relaciones. También, el espacio donde se libran pequeñas grandes batallas por el bien común, que siempre termina siendo particular. Son batallas por el poder y el poder ha sido, es y será un impulsor del ser humano hacia el progreso al igual que el dinero. Así lo definió el pensador estadounidense Emerson (1803-1882) “Los hombres, tal como son, se inclinan por naturaleza a ir en pos del dinero o del poder, y del poder porque vale tanto como el dinero”

Y por ese poder, ínfimo o inmenso dependiendo de la magnitud de las entidades, se libran todo tipo de batallas: limpias, sucias o con todos los matices del gris, al igual que en todas las luchas de quienes buscan dominar a los demás con la razón, la persuasión  o  la fuerza, en la ya milenaria historia de la humanidad.

Desde días antes, la Junta, planea milimétricamente el desarrollo de la Asamblea: quienes la moderarán, aunque luego “por vías democráticas”, se elijan los directivos de la sesión; las presentaciones de los informes que impacten al público, a pesar de la apatía de la mayoría; el discurso del presidente que, haciendo gala de su histrionismo, mostrará su gran obra. En fin, todo el “maquillaje” posible para mostrar una “realidad” mejorada. Y claro, el momento clave para  repartir la comida, “barriga llena, corazón contento” y mayor emotividad y desconocimiento a la hora de votar las propuestas o elegir a los mismos de siempre. Y las rifas, la mejor herramienta para conservar el público durante  horas y horas. Eso sí, no atento. La atención, en estas circunstancias, resulta innecesaria y hasta incómoda.

No obstante la organización para que todo funcione a la perfección, siempre hay alguien que no encaja, que no sigue la corriente y que insistentemente pide la palabra para protestar, a veces con razón, muchas otras sin tenerla, casi siempre rechazado por un publico que solo quiere que todo termine para que lleguen rápido las viandas y los regalos.

Como en todas las democracias, la gente se va cansando de las mismas personas, en especial cuando la entidad no da los resultados esperados. En ese entonces las culpas salen al escenario y muy seguramente se elija en la junta a alguien de la oposición que seguirá haciendo lo mismo o cosas peores que las de sus antecesores. Aunque en las Asambleas, como en la democracia colombiana, prima la reelección.

En estas circunstancias, las Asambleas son una fiesta, o un circo igual al de la política. Bueno, no se puede generalizar y muchas veces, estos eventos, podrían resultar siendo  un ejemplo de responsabilidad individual y colectiva. Me gustaría asistir a una de ellas, algún día.

Al terminar las Asambleas, siempre hay un murmullo de insatisfacción que crecerá con el transcurso de los días como mancha negra de resentimiento.

Puede leer AMIGUITOS VUELVE EL CIRCO… DE LA POLITICA. https://eligiopalacio.com/2019/03/11/amiguitos-vuelve-el-circo-de-la-politica/

ANTES DEL FIN

Continúan las peleas del gobernador de Antioquia, Luis Pérez, contra los “Molinos de Viento”. ¿Qué sería de su gobernación si no se le aparece la “virgen” de Hidroituango?

Llegó el esperado invierno después de tres meses de verano. Ahora es éste el que hace estragos. ¿De que servirá la predicción del clima?

El próximo lunes regresa El Sultán, una posibilidad de buena televisión. Canal Uno, 10:00 de la noche.

Puede leer FICO Y LUPE https://eligiopalacio.com/2019/03/19/fico-y-lupe/
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