EL CAMINO HACIA EL MAR
Eligio Palacio Roldán
El hombre miraba impotente la inmensa montaña y los empinados caminos que lo llevarían a la cima donde, supuestamente, encontraría el mar.
Una mujer a su lado le hacía reclamos por que no tomaban el camino de la derecha. El impuso el camino de la izquierda.
En la mitad de la montaña la familia detuvo el caminar del hombre cansado. La mujer recriminó de nuevo: ¡Claro, como siempre hay que hacer su voluntad… por el camino de la derecha ya habríamos llegado!
Un gran lago azul se extendía a los pies del hombre.
No, no era el mar. Para llegar a él faltaba el camino más empinado y doloroso.