LAS TELENOVELAS DE AUTOR

LAS TELENOVELAS DE AUTOR

Eligio Palacio Roldán

A pesar de los adelantos técnicos en producción y recepción de la televisión, en Colombia,  en materia de telenovelas parece ser cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Atrás quedaron las épocas en que el país se paralizaba frene al televisor para sufrir, reír, odiar o amar a los personajes que representaban los actores que, a su vez, eran verdaderos ídolos. Es la consecuencia de los tiempos modernos inundados de posibilidades  de diversión y  esparcimiento, de las redes sociales, dicen los analistas. Es el abandono de la esencia de la telenovela, digo yo.

¿Y donde está la esencia de la telenovela? En la identificación con las pasiones humanas: amor, ambición, envidia, muerte. Pasiones presentes en los grandes clásicos de la literatura que hoy como ayer marcan la  condición del ser humano, pasiones descritas en la obra de Shakespeare como en ninguna otra y que con algunas variantes son las herramientas para escribir las telenovelas.

Y esa esencia sigue siendo factor de identidad en las nuevas generaciones. De ahí el boom de las telenovelas turcas: “Así gran parte del éxito se debe a que este tipo de telenovelas suponen a la vuelta al concepto clásico que siempre han caracterizado a estos seriales, historias sencillas que hablan de romances bucólicos, de odio, de codicia, historias cercanas y fáciles de entender, con galanes que enamoran la pantalla y mujeres que deshielan los corazones con sus miradas.”

Ver https://planetaestambul.wordpress.com/2016/02/01/caracteristicas-contexto-y-exito-de-las-telenovelas-turcas/

En la memoria de los colombianos quedan historias como Betty La Fea, Café, Pasión de Gavilanes, Caballo Viejo, Pero sigo Siendo El Rey, Hasta que la Plata nos Separe, Señora Isabel, La Saga, Pecados Capitales, En Cuerpo Ajeno, La Abuela, El Hijo de Ruth, La Mala Hierba, entre muchas otras. ¿Cuál de las actuales permanecerá en el imaginario de los televidentes? Quizás ninguna.  Tal vez las turcas. ¿Por qué? Porque las nuestras ya no reflejan la esencia de los seres humanos y no la reflejan porque son telenovelas industriales para la venta y no una obra de arte, generalmente de autor.  Es algo similar a lo que ocurre con los restaurantes: se recuerda y se repite lo que despierta los sentidos, no lo que se consume para calmar el hambre. Obviamente, también, se habla de cocina de autor.

Las novelas de autor desaparecieron de nuestra televisión por la premura para producir, por la necesidad de competir, de obtener resultados rápidos y efectivos. En fin, por todas las falencias que implica cualquier producción en serie. Fue Caracol quien comenzó con la industrialización  de la telenovela, mientras RCN seguía conservando los autores y grandes éxitos. RCN también cayó en lo mismo y los dos canales mal educaron a los televidentes.

Afortunadamente RCN parece retomar el camino, del que se desvió, con la excelente producción La Ley del Corazón, de Mónica Agudelo, que no llega  al primer lugar de sintonía por el efecto arrastre de la competencia con Yo me Llamo y la “ensanduchada” de Polvo Carnavalero entre  ese programa y la serie  Alias JJ.

Ahora bien, ¿por qué triunfa la serie Alias JJ  sobre la Chávez?  Aunque las dos cuentan con una excelente producción,  la de Chávez tiene a su favor al mejor actor de Colombia, en mucho tiempo, Andrés Parra, y una historia  interesante; sin embargo,  como consecuencia de la nefasta historia de la guerrilla en Colombia, el apoyo del expresidente venezolano a esas mismas guerrillas y la situación en el vecino país hacen que los colombianos no se identifiquen con el personaje y con la historia. Además todos llevamos un pequeño traqueto dentro.

Ver PABLO ESCOBAR,  ÍCONO DE LA TRANSFORMACIÓN LATINOAMERICANA. https://eligiopalacio.com/2014/06/03/pablo-escobar-icono-de-la-transformacion-latinoamericana/

¿Donde están los autores de las telenovelas?. Se fueron Bernardo Romero y Mónica Agudelo. ¿Cómo es posible que libretistas como Marta Bossio de Martinez esté por fuera de la televisión? ¿Qué se hizo Julio Jiménez? Esperamos el regreso de Fernando Gaitán a la televisión.

ANTES DEL FIN

Para deleitarse con las telenovelas de antes, se pueden ver en los sistemas de televisión por suscripción o internet. Por estos días me veo La Mala Hierba.

Qué diferencia entre las novelas sobre el narcotráfico de ayer como la Mala Hierba y Sur Verde y las de hoy, Las de ayer mostraban la vida de los personajes, sus emociones, su mundo interior. Las de hoy: crueldad y balas, muchas balas.

Ver SUR VERDE https://eligiopalacio.com/2014/04/30/2868/

 

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EL FINAL DE LAS TELENOVELAS

EL FINAL DE LAS TELENOVELAS

Eligio Palacio Roldán

Siempre he pensado y he dicho que la radio renunció a las radionovelas por miedo a la televisión y no porque el género no pudiera ofrecer mucho más, a su cautiva audiencia. Primero lo hizo Caracol a finales de la década del 70. Luego, imitando como siempre, lo hizo RCN y Todelar las dejó languidecer cuando la cadena se vino a menos. Es como si las novelas escritas hubiesen sucumbido a la misma radio, a la televisión o al cine.

Pues bien, lo que pasó con la radionovela está sucediendo con la telenovela en Colombia. La están enterrando por su industrialización y por miedo a las nuevas propuestas en internet y/o a Netflix.

La telenovela y la televisión llegó a mi vida en 1969 con Candó, de Bernardo Romero Pereiro y las actuaciones de Alcira Rodríguez, Yudy Henríquez y Julio Cesar Luna, entre otros. Una hermana había llegado de estudiar en Medellín y no quería perderse su final. A eso de las 9 de la noche fuimos hasta cerca del pueblo para ver la telenovela, creo que en el final había un incendio que me conmovió. Luego ese incendio se hizo realidad (Ver CENIZAS https://eligiopalacio.com/2013/03/08/cenizas-2/)

Después llegó Simplemente María, la telenovela más exitosa en la historia de la Televisión peruana, con Saby Kamalich,  y una fijación infantil por el momento en que en la historia transcurrieron los años en un sinfín de nostalgia.

En las década del setenta la televisión colombiana fue conquistada por su similar de Venezuela de la mano de la escritora Delia Fiallo y de los actores Lupita Ferrer y José Bardina (Esmeralda, María Teresa, etc.). En la televisión nacional Una Vida para Amarte, Destino la Ciudad, La Ciudad Grita, La María y tantas otras.

Después se tuvo el privilegio de ver en las pantallas La Mala Hora de García Márquez y otras obras de la narrativa latinoamericana como Gracias por El Fuego y La Tía Julia y El Escribidor. Llegaron a nuestra televisión grandes escritores del género como Julio Jimenez (La Abuela, El Caballero de Rauzán, Los Cuervos, El Hijo de Ruth y muchas más) y Marta Bossio de Martínez (La Mala Hierba, Gallito Ramírez, Pero Sigo Siendo El Rey, La Casa de las dos Palmas) y después Fernado Gaitán (Yo soy Betty la Fea, Café y muchas más) y Mónica Agudelo (Señora Isabel, Hombres, La Hija del Mariachi, entre otras). Otros autores importantes como los Mauricios Navas y Miranda, Adriana Suárez y otros más que se me escapan han hecho las delicias de los televidentes colombianos.

Todo lo expuesto y los éxitos alcanzados tienen un factor en común: han sido obras de autor, obras que cuentan historias novedosas y creíbles a pesar de la fantasía propia del género.

En desarrollo de esa misma televisión surgió, también, la telenovela industrial. Este género ha visto su esplendor de la mano de dos libretistas: Dago Gracia y Luis Felipe Salamanca. ¿Qué obra memorable han tenido?, bueno una y solo de Garcia: La Saga, Negocio de Familia. El resto, una mezcla de Sábados Felices y de historias que de lejos se ven fabricadas. Historias que tratan de encontrar su nicho, que tratan de gustar. Muy light.

Y la telenovela industrial no es mala per se. Lo malo es que todas sean de ese género. A la telenovela le pasó lo que a los almuerzos de los restaurantes industriales: No tienen sabor. Y obvio, cansaron a los televidentes que se fueron a buscar otras posibilidades de entretenimiento.

Caracol y RCN tratando de ganar audiencia creyeron que la solución eran las miniseries. Parecen ignorar que son géneros diferentes y que una miniserie no es para ver, en capítulos diarios, como una telenovela y que siendo semanales ya habían sido exitosas en Colombia (El Cuento del Domingo, Teatro Popular Caracol, Señora Isabel, Amar y Vivir, etc).

Obviamente, la solución no está en producir miniseries al estilo telenovela. No, la solución al problema de audiencia de la televisión colombiana está en volver a las novelas de autor y abandonar las industriales.

La demostración a esta teoría está en el éxito de las novelas turcas en Colombia y en el mundo: Las Mil y Una Noches, Fatmagül, Sila, Esposa joven.

ANTES DEL FIN

Dicen que Fernando Gaitán escribirá una nueva telenovela: La estamos esperando.

EL VIAJERO https://eligiopalacio.com/el-viajero/ y sus VIDEOS https://eligiopalacio.com/videos/ son restos de la vida, de las radionovelas y las telenovelas que eh visto.

 

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