LAS COSAS EN EL ESPACIO Y EL TIEMPO

LAS COSAS EN EL ESPACIO Y EL TIEMPO

Eligio Palacio Roldán

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Espacio y tiempo definen la permanencia del ser humano en la tierra. El espacio como el lugar que ocupa y tiempo como la duración de su estadía en el planeta. El tiempo, ese que dicen es oro, es único e intransferible para cada uno de nosotros, es un pequeño lapso en el infinito trascurrir del universo. El espacio es el mismo para cientos, miles, de generaciones; quizás con transformaciones paisajísticas o dimensionales, hacia arriba o debajo de la superficie, pero siempre el mismo. El espacio es ocupado por seres y cosas. El espacio y las cosas que lo habitan son testigos de la permanencia de los seres humanos en la tierra. Es por eso que muchos hablan de espantos y espíritus que se niegan a abandonarlos y, también, que nos apeguemos a ellos como un homenaje a la memoria. A la de los que se fueron, a la nuestra.

En ese orden de ideas, podría pensarse que de ahí emerge el deseo de tener. En los primeros veinte siglos de nuestra historia ese deseo se canalizaba principalmente en la posesión de la tierra. Se luchaba por poseer ese espacio que permitía al ser humano “atarse” al planeta. También a los objetos que contenían esos espacios, en una ambición desmedida que en últimas lo que ocultaba y oculta, aún, es el miedo a desaparecer, a ser efímeros. Ese también debe ser el origen de los cementerios.

Pues bien, algunos más prácticos, inteligentes o sensibles encontraron en el arte y la literatura  una manera digna de permanecer en el mundo de los humanos, más allá del espacio y el tiempo, y a fe que lo lograron.

A finales del siglo XX y comienzos de éste, creo que sin que sus creadores imaginaran siquiera el efecto que tendría sobre la sociedad, apareció la internet y sus formas de “comunicación” entre los humanos: Las redes sociales. Y entrecomillo, comunicación, porque en Facebook, Instagram y las demás aplicaciones hay poco de ello y mucho más de necesidad de ocupar un espacio, virtual, que nos permita la permanencia en la tierra, más allá del espacio y los objetos que nos rodean.

Y es que solo basta con buscar en Google, Facebook e Instagram y allí están los seres de estos tiempos: vivos y casi siempre sonrientes, aunque ya hayan fallecido. Y allí estarán, y allí estaremos, por los siglos de los siglos, “Amén”, superando las barreras del espacio y el tiempo, mucho más allá de la muerte. Si algo grande trajo el internet a la sociedad de este siglo, fue la eternidad. Un privilegio que hasta ahora era solo  para los artistas, escritores o algún bárbaro emperador de tiempos de ayer o de hoy.

Quizás lo más difícil de la vejez o de la enfermedad o de la conciencia de la muerte, es saber que un día habrá que decirle adiós a los espacios amados y a los seres y las cosas que los habitan con nosotros.

Como colofón tenemos una sociedad que se desprende cada vez más del tener y solo se preocupa por el estar. El estar en redes sociales. Y para estar allí hay que mostrar espacios y momentos paradisiacos.

Cuando pasen los años y se analicen los contenidos de las redes sociales, se dirá que la sociedad de comienzos del siglo XXI, fue absolutamente feliz y tal vez esa sea la versión más falsa de nuestra historia.

ANTES DEL FIN

Hace algunos años me propuse tener un pequeño bosque de pino. Hoy le digo adiós. Hay que cambiarlo por uno nuevo pues sus árboles ya cumplieron su ciclo vital. Quiero hacer otro, pero creo no lo veré cuando llegue a su esplendor. Es difícil aceptar que la vida se acabará más temprano que tarde.

Siempre he querido tener la experiencia de encontrarme con un espanto, pero parece no va a ser posible. Estos desparecieron con la llegada de la luz eléctrica a las comunidades campesinas.

Bueno, tal vez se cumpla ese sueño. Si el estado colombiano no protege el sector agropecuario y en especial el lechero, la zona norte de Antioquia, que habito, seguramente volverá al pasado y ni con energía eléctrica se podrá contar. Grave la posibilidad de que la industria láctea de Australia y Nueva Zelanda invada a Colombia, tal como ha venido alertando Colanta  al manifestar la necesidad de excluir el sector de la Alianza del Pacífico.

El Espacio y El Tiempo fueron dos grandes periódicos de Colombia

Puede ver COLANTA – JENARO PEREZ https://eligiopalacio.com/2015/02/04/colanta-jenaro-perez/
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JORGE FORCADAS FELIU – EL DOCTOR “CORCHADAS”

JORGE FORCADAS FELIU – EL DOCTOR “CORCHADAS”

Eligio Palacio Roldán

A veces, sin saber por qué, llegan los recuerdos.

FORCADAS DOS

Jorge Forcadas Feliu

Pasados los años invité a mi compañera de todos los tiempos, Rosario Vega, a visitar al profesor Forcadas en su casa ubicada en el barrio Simón Bolivar, en Medellin.

Un joven moreno, con los mismos excelentes modales del maestro y algunos rasgos de sus ademanes y de su voz, nos invitó a pasar: La misma decoración, las mismas sillas y muebles y una ausencia, la de él. Había muerto desde el año 2011.

Difíciles fueron sus últimos años por la enfermedad, dijo una vecina. La cruel realidad de la existencia.

Una sonrisa burlona iluminaba su rostro en medio de bocanadas de humo que brotaban de su inseparable pipa. Hablaba de que para conciliar el sueño diseñaba acertijos que les impidiera a sus alumnos superar el “quiz” de cada día. Inspiraba una mezcla de admiración por sus conocimientos, terror por sus evaluaciones y respeto por su presencia.

El Profesor Forcadas, llamado “Doctor Corchadas” por nosotros, sus alumnos, había llegado de España, en la década del 60,  por invitación del Ministro de Trabajo y Seguridad Social, del presidente Guillermo León Valencia, Belisario Betancur, con quien nunca logró entrevistarse. A su llegada, ya había sido relevado del cargo.

Llegó para quedarse, “había quemado los barcos y ya no tenía sentido el regreso”, decía. Fue entonces cuando creó los programas de Ingeniería Industrial en la Fundación Universidad América de Bogotá en 1963 y en la Universidad Industrial de Santander en 1965. En el año 1967 la crea en la Facultad de Minas en la Universidad Nacional de Colombia, en Medellín. Ya se había destacado, siendo la primera persona en ocuparse de manera sistemática del control de calidad, en el país,  dictando un seminario sobre el tema, en Fasecolda, a su llegada. También fue el primero en introducir en Colombia el concepto de ergonomía.

Ya lo había relatado en GERENCIA DEL TALENTO HUMANO (https://eligiopalacio.com/2016/07/13/talento-humano/): Alguna vez, hace muchos años, inquieto sobre mi desconocimiento sobre la teoría de la Calidad Total, le indagué sobre el tema: “La Calidad Total, es otra teoría más, el secreto está en hacer las cosas bien desde el principio. No hay otro”. Dijo. Y eso hacía en su trabajo, con su ejemplo.

Exigente como ninguno, en la búsqueda de la perfección, era muy difícil ganarle las materias. Vi dos con él: Ergonomía y Procesos de la Confección. Sus clases eran una delicia; tanto que a las doce del mediodía, hora en que le gustaba dictarlas, era imposible dormirse, a pesar de la modorra y las ganas de almorzar de esas horas.

Más que conocimientos, que fueron muchos los adquiridos, lo que me enseño el doctor Forcadas fue el lograr el objetivo de manera creativa; ganarle un quiz, su única manera de evaluar, era casi un imposible. Mientras él conciliaba su sueño creando difíciles preguntas, yo me desvelaba tratando de predecir el acertijo que nos pondría al día siguiente y que no decir a la hora del examen: Era un verdadero reto descifrar sus preguntas y lograrlo, el mejor premio que pudiese recibir un estudiante.  Una calificación de tres era el equivalente a un cinco admirado en otra materia. A lo sumo se le ganaba con algo más de esa nota. (En la educación superior en Colombia la nota máxima es cinco y la mínima uno)

Lo vi entristecer por la muerte temprana de su esposa y alegrase con la llegada de nuevos seres a su vida: La empleada de la casa, quien lo cuidó hasta sus últimos días, y el hijo de ella; el joven moreno que nos recibió aquella tarde. Sus hijos habían marchado a España. Otra lección de vida: Ninguna discriminación hacia personas de raza o posición social diferentes a las suyas. No en vano pasó la mayor parte de su vida en Colombia,

ANTES DEL FIN

Así gané la cátedra Procesos de la Confección.

Alarmado por que ninguno de los 14 estudiantes íbamos a ganar la materia, el doctor Forcadas, un día nos dijo: “El que me diga cuál es el origen de la palabra nylon le cambio un uno por un cinco”. Obvio ninguno tenía un cinco y todos teníamos muchos unos.

En compañía de Rosario deduje que la respuesta no estaba en la biblioteca de la Escuela de Minas. Desempolvamos todos los libros posibles en la Biblioteca Pública Piloto, y nada. Entonces llamamos a las empresas productoras de fibras textiles Enka y Celanese y en una de ellas, no recuerdo cual, nos dieron la respuesta “Now You Loose Old Nippon”, Ahora usted deja el viejo Japón, en referencia al cambio de la seda proveniente de China, dominada en ese entonces por Japón por la nueva fibra. ¡Nos ganamos el 5¡, la anulación del uno y la espectacular nota final de 3.4.

Corrieron rumores que ese no era el significado y que el 5 no llegaría. Preocupados hablamos con el doctor Forcadas quien nos reafirmó su promesa e indicó que había un nuevo cinco para quien le diera la versión del nombre que él tenía. En confidencia nos dijo que estaba en una revista española llamada Costura 3. Llamamos a nuestro informante y nos dio la otra versión: El nombre correspondería a las iniciales de las esposas de sus creadores. Posteriormente la revista nos felicitó por el sentido investigativo y afirmó que ninguna de las versiones era cierta, que el nombre era simplemente una designación comercial.

Obvio, por esos días no existía el internet y mucho menos Google.

«Normalmente cuando una persona le pregunta a alguien algo con motivo de probarle su conocimiento, su capacidad de pensar o de razonar, queriendo a la vez demostrar su habilidad sobre esta otra, entonces al momento que la persona no sea capaz de responder la pregunta que se le hace, la persona ha sido corchada por el que le probó.»  (https://forum.wordreference.com/threads/corchar-%C2%A1te-corch%C3%A9.1033681/?hl=es)

Gratos recuerdos del doctor Forcadas, un verdadero Maestro.

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