EL ADIOS A LAS ESCUELAS, LA REVOLUCIÓN EDUCATIVA.

EL ADIOS A LAS ESCUELAS, LA REVOLUCIÓN EDUCATIVA.

Eligio Palacio Roldán

Mucho se discute sobre la reforma educativa que necesita Colombia, mucho se polemiza sobre el regreso a las aulas educativas en tiempos del coronavirus, mucho se teoriza sobre el tipo de profesionales que requiere el país; pero, pocos se dan cuenta de la revolución educativa que avanza por fuera de las aulas y las instituciones educativas.

Para bien o para mal, con el desarrollo de las tecnologías de la información, de la mano de internet, la educación y la formación de miles de personas, en todo el mundo, avanza a pasos agigantados por fuera de las aulas escolares y de las mismas familias. De nada vale lamentarse.

El mundo cambió. Y ese mundo ofrece miles  de posibilidades para el desarrollo del conocimiento humano. Es común encontrar expertos en diferentes áreas con escasos años de escolaridad y creo que en el futuro próximo sin ni siquiera haber pisado una escuela. Nada extraordinario, desde luego, pero poco habitual en la época de la educación formal. De alguna forma se está regresando al pasado donde los grandes intelectuales y hombres de negocio eran autodidactas.

Es tiempo de que los estados no se detengan en especulaciones y más bien ofrezcan a la sociedad el acceso a  internet gratuito, unas instituciones educativas transformadas en centros de investigación, abiertos a la población, y que establezcan algún tipo de validación del conocimiento, una especie de  títulos honoris causa.  La certificación del saber, también, puede ser delegada en las empresas cazatalentos.

En el escenario planteado, las gentes en sus hojas de vida simplemente deberían expresar  para qué están preparados o qué les gustaría aprender, sin anexar pruebas que no dejan de ser un simple papel. Existen decenas  de personas  desempeñándose,  con mucho éxito, en diferentes áreas sin estar amparados en un título universitario o con formación académica que nada tiene que ver con las funciones que desarrollan y, al contrario, personas cargadas de títulos, exhibidos como un trofeo, y que no muestran habilidades en ningún campo.

Fue precursor en este tema, quizás sin pensarlo, uno de los grandes pensadores de nuestra Colombia, el magistrado y excandidato presidencial Carlos Gaviria Díaz, a quien mis colegas periodistas no perdonan  por haber presentado la ponencia que en fallo de la Corte Constitucional, de 1998, eliminó la tarjeta profesional para ejercer el periodismo, al argumentar que “la libertad de expresión, al ser un derecho fundamental protegido por la Constitución Política, no podía ser coartado ni tampoco de uso exclusivo entre quienes ejercen la labor de informar. “Los privilegios y aún los deberes éticos y jurídicos que al periodista incumben, derivan del ejercicio de su actividad y no del hecho contingente de poseer o no una tarjeta expedida por una agencia oficial”.”

Lo mismo que con el periodismo sucede con las demás profesiones u oficios: que las ejerzan quienes estén preparados para ello.

Los Tiempos del Coronavirus dejarán, también, una huella indeleble en el campo de la educación: son necesarios menos maestros, más inversión en las tecnologías de la información, en centros de innovación y experimentación y una nueva mentalidad para desarrollar el conocimiento.

ANTES DEL FIN

Me temo que el poder del temible FECODE está llegando a su fin, para bien de las futuras generaciones de colombianos.

Fecode transformó el estatus del magisterio en Colombia. Los transformó para mal. Borró la imagen del Maestro que formó generaciones enteras.

Es tiempo de NAVIDAD https://eligiopalacio.com/navidad-2/

Anuncio publicitario
A %d blogueros les gusta esto: