LOS AVALES – OTRO INGREDIENTE PARA LA OLLA DE LA CORRUPCIÓN POLÍTICA
Eligio Palacio Roldán
“Liberalismo avaló a 12.000 candidatos en todo el país”
“Pelotera en los verdes por entrega de avales”.
“Los avales y la degradación de la política”
“Denuncian venta de avales en el Centro Democrático”
“La feria de los avales”
“Cambio Radical, en la mira por avales a candidatos”
“En tiempo récord, candidatos que perdieron avales”
“Recoger firmas: la opción para los candidatos sin partido”
“Los partidos políticos se agrietan por avales”
Concluyó la etapa de inscripción de candidatos a las elecciones locales del próximo mes de octubre. Terminó y con ella se suma un nuevo ingrediente a la triste historia de corrupción de nuestro sistema electoral. Un sistema en el que nadie cree y al que algunos apoyan por necesidades burocráticas y/o por algún afecto o aversión personal.
Pasamos de unos partidos con poderosas maquinarias donde se nombraban candidatos, a dedo, a unos candidatos sin partido, que se autonombran y autoeligen a punta de dinero, dinero que se reparte a manos llenas y cuyo origen se desconoce.
Y, entonces, si tienes dinero compras un aval de cualquier partido. Y, obvio, te lo venden. Pero si no alcanzas a comprarlo, porque alguien se te adelantó o alguien tiene más dinero que tú, entonces recurres a firmas. Firmas que también valen mucho dinero: montar la infraestructura para recogerlas, publicidad, y/o pago por las mismas.
Pero, bueno, ya somos o tenemos candidato. Ya tenemos unas grandes posibilidades de ganar y recuperar la inversión y si no se logra pues podemos negociar con el gobernante de turno, nuestro apoyo, con burocracia, contratos y otras gabelas. Y, a veces, muchas veces, “perder es ganar un poco”. O si no que lo diga el Partido Conservador, que se volvió experto en ello. (EL CONSERVADOR: UN PARTIDO CON VOCACIÓN DE PODER http://wp.me/p2LJK4-1j5).
Colombia está frente a una nueva clase política. Una clase de personalismos, de pequeños liderazgos originados casi siempre en dineros del narcotráfico o de la corrupción o de ambos; pequeños reinos que pagan adeptos con migajas de pan. Sin embargo, estos adeptos son cada vez más costosos, menos fieles, más oportunistas, más exigentes.
Ya le dijimos adiós a LA VIEJA CLASE POLÍTICA (http://wp.me/p2LJK4-1fL). Ahora estamos frente a unos dirigentes dispuestos a lograr el poder como sea, sin importar los medios para llegar a él, sin importar el costo económico o social que ello implique, sin importar la sociedad que estamos construyendo para las presentes y futuras generaciones.
Lo paradójico de la historia, o de las historias de cada uno de estos movimientos, es que la mayoría se crean alrededor de la lucha contra la corrupción y son ellos mismos quienes la propician desde las bases de su fundación.
En fin, son las nuevas formas de hacer política, formas que no modifican su fondo. Bueno, si lo modifican. Lo modifican para empeorar, con menos ética, menos valores y más dinero.
Ahora, más que nunca, está desdibujado el concepto de política en nuestro país. Cada vez hay mayor desilusión, mayor desinformación.
Define la real Academia de la Lengua española Aval como “Escrito en que alguien responde de la conducta de otra persona, especialmente en materia política”. ¿Quién ha respondido por los corruptos y/o ineptos que han dirigido el destino de nuestros pueblos, ¿Los partidos, los movimientos, los ciudadanos que regalaron o vendieron sus firmas? NADIE.
ANTES DEL FIN
La excandidata a la Gobernación, Liliana Rendón, informó que liderará el voto en blanco en el departamento de Antioquia. Lamentable que los políticos se apoderen de nuestra única posibilidad de protesta. Ese era mi voto, EN BLANCO. Ahora, tal vez, hacerlo nulo y sumarme a los miles de colombianos que no saben votar, sea mi mejor opción.