INSTANTES
Eligio Palacio Roldán
A pesar de mi limitación visual o quizás gracias a ella he ido logrando, con el pasar de los años, desarrollar el sentido de la observación con gran rapidez. Todo comenzó en mis primeros años viendo caer la lluvia desde el cielo por varias horas y terminó en descubrir ráfagas de vida que transforman paisajes e historias; a esas ráfagas que ya no se escapan de mis sentidos pues las puedo aprehender con la cámara de mi celular las llamo instantes, porque eso son: “porciones brevísimas de tiempo” en el que mi mirada y algunas veces la cámara capturan retazos de vida. Y hablo de vida más allá de los llamados seres vivos, hablo de ese universo que cambia a cada “instante” y del escenario del que hacemos parte en tan solo otro “instante” que es la existencia misma.







Ver que “veinte años no es nada” como cantaba Gardel o que la vida misma es un instante es todo un descubrimiento que debiese transformar la existencia de los humanos y hacerlos más sensibles, menos apegados, más prácticos; comprenderlo es ya un síntoma de madurez y saber y poder hacer con ese pequeño lapso que nos separa de la nada sería el mayor triunfo de nuestro trasegar por la tierra.
La vida es un bello y corto instante donde te puedes dejar llevar, oponerte o disfrutar. Dejarte llevar es la resignación y el fracaso, la oposición se moldea con una actitud de rechazo a todo y disfrutar no es entregarte a los placeres que te ofrece una sociedad de consumo cada vez más tóxica, es respirar profundo y conectarte con un universo inmenso donde resultas siendo muy pequeño como individuo e infinito si estás en comunión con los demás seres que contiene.
La manera de alcanzar el disfrute es la toma de conciencia del ser, el estar y del espacio que ocupas en cada uno de los escenarios que requieren tu presencia y que sumados marcan la historia del “instante” en que estuviste en la tierra y con esa conciencia hacer de cada movimiento, cada gesto, cada sonrisa o cada palabra un hecho que impresione la visión de otro ser.
Hablo, hasta ahora, de la captura de los instantes que llegan a mis ojos; sin embargo, muchos de ellos llegan también por los oídos, el olfato o la piel y los más impactantes quedan retenidos en los recuerdos que tarde o temprano se borrarán al igual que las fotografías. No en vano, espero que uno u otro impacten el espíritu y allí se queden para siempre y que ese espíritu permanezca en un instante infinito.
ANTES DEL FIN
A veces los instantes que impresionan mi visión son tan fugaces que cuando tomo el celular para capturarlos ya han desaparecido o las fotografías quedan mal por la prisa para tomarlas. No obstante, he logrado un posicionamiento y que mis instantes sean apreciados por muchas personas. Puede ver muchos de ellos en mi cuenta de Instagram epalacior.
No solo llegó la Navidad, también lo hizo la política que volvió a tomarse los corazones de los colombianos y no propiamente de paz y felicidad. ¡Que vaina!
Malos tiempos en los medios de comunicación colombianos ni televisión, ni radio, ni prensa, ni revistas logran impactar a las audiencias. Se ven y se sienten mediocres.