EL CIERRE DE CICLOS DE LOS EXPRESIDENTES

EL CIERRE DE CICLOS DE LOS EXPRESIDENTES

Eligio Palacio Roldán

Cerrar un ciclo significa sanar heridas, abandonar apasionamientos, recordar con cariño las buenas experiencias y como enseñanzas los aconteceres desafortunados

Tengo la facultad, poco frecuente, de hacer y/o pensar varias cosas a la vez. Esta semana al mismo tiempo que trataba de plasmar mis ideas en el computador sobre un cierre de ciclos en mi vida laboral, escuchaba en la radio –la radio es de los viejitos, dice mi jefe- sobre la fallida reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores conformada por los expresidentes de la República.

Sentar en la misma mesa a los expresidentes Alvaro Uribe, Juan Manuel Santos, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Cesar Gaviria parece ser un imposible por las rencillas entre ellos, muchos años después de terminar sus respectivos mandatos. Esas rencillas se mantienen y renuevan cada día por un mismo motivo: la nostalgia del poder que se origina en la imposibilidad de cerrar su ciclo como los hombres más poderosos en el mundo de la política, al haber sido ungidos presidentes de Colombia alguna vez.

Cerrar un ciclo significa sanar heridas, abandonar apasionamientos, recordar con cariño las buenas experiencias y como enseñanzas los aconteceres desafortunados. Cuando cierras un ciclo, de verdad, perdonas y a tus malquerientes de ayer los recuerdas con una sonrisa nostálgica de lo que pudo ser y no fue, por los avatares de la existencia; incluso, si te los encuentras te das la oportunidad de compartir un café y hasta de cruzar las palabras que se quedaron suspendidas en el aire por las posiciones encontradas que se adoptaron en su momento.

Si los expresidentes se dieran la oportunidad de ver, comprender y concluir, tomando distancia de los hechos que marcaron la historia de Colombia cuando el país estuvo en sus manos, sin duda, ahí sí, tendrían mucho que aportar a los mandatarios y las generaciones que les suceden, tal como lo hiciera el expresidente Belisario Betancur. El solo hecho, de verlos juntos, en tono amable, sería un mensaje de paz inimaginable en una nación marcada por la violencia, como la nuestra, desde sus orígenes.

Resulta paradójico que al grupo de expresidentes colombianos pertenezca un premio Nobel de Paz que no ha hecho nada por lograr la armonía entre ellos y es que no lo hace, precisamente, porque se niega a cerrar su ciclo como dirigente del país y al igual que los demás quiere seguir manejando los hilos del poder así sea en cuerpo ajeno.

Es necesario dejar morir. No hacerlo, es romper con el transcurrir normal de la existencia y evitar que la energía se transforme, no hacerlo es por un lado luchar contra la corriente y por el otro generar rabia o lástima hacia ti. Dejar fluir, dicen quienes dedican sus esfuerzos a la espiritualidad, a la búsqueda de la paz interior, y eso es lo que no permiten los expresidentes aferrándose al poder más allá de su cuatreño.

En Colombia pareciera nadie saber la historia del país y como predica el popular dicho: “Quien no conoce la historia está condenado a repetirla” y también la repiten los expresidentes que solo generan conflictos tras su paso por la Casa de Nariño.

ANTES DEL FIN

¿Y quién va a conocer la historia de Colombia si su cátedra se eliminó de los pensum de educación desde hace más de 25 años? ¿Y quién va a conocer la historia si cada uno la cuenta desde su propia ceguera, a través de las redes sociales, y se perdieron los espacios de análisis y reflexión?

Se acerca la Navidad, la segunda en Tiempos del Coronavirus.

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VISIONES DE LAS ELECCIONES

VISIONES DE LAS ELECCIONES

Eligio Palacio Roldán

Como lo he dicho, en varias oportunidades, la objetividad no existe. Con esta claridad, expongo mi visión sobre los resultados electorales.

  • Las elecciones del próximo 17 de junio serán, otra vez, para determinar quiénes son mayoría: los amigos o los enemigos del expresidente Uribe.
  • Alvaro Uribe Vélez, hasta hoy, sigue siendo el rey. Su única derrota, la reelección de Santos. A pesar de sumar enemigos, son mucho más sus seguidores. Es la figura política más importante de Colombia, en lo corrido del siglo XXI.
  • Santos fue derrotado, como siempre, en la historia de su vida política. Solo a punta de mermelada pudo reelegirse hace cuatro años. Su primera elección se la debe a Uribe. Colombia no lo sigue y no le cree.
  • A pesar de ser el elegido de Uribe, Duque muestra su fortaleza y se perfila como el sucesor natural de su mentor.
  • Gustavo Petro se convierte en el “Alvaro Uribe” de la izquierda: Amado y odiado. Sin escrúpulos. “El fin justifica los medios”. Si no fuera por su afinidad con el régimen venezolano sería fácilmente elegido presidente de Colombia. Al igual que Uribe, tendrá, fanáticos, seguidores y detractores por el resto de sus días.
  • Sergio Fajardo representa, esta vez, a los inconformes. Antes lo hicieron Noemí Sanín y Antanas Mockus. Si se mueve con inteligencia, su movimiento podría tener buenos resultados en el largo plazo. De lo contrario,  correrá la misma suerte de sus antecesores.
  • Germás Vargas se equivocó desde que se sacrificó por Santos. Pudo ser el presidente hace cuatro años. Colombia cobró, en su nombre, el malestar con el gobierno actual. Será el Alvaro Gómez o el Horacio Serpa de principios de siglo.
  • Humberto de la Calle, se equivocó de tiempo. Era el único estadista, entre los candidatos, pero las recientes negociaciones de paz con las Farc, en las que pocos creen, arruinaron sus aspiraciones.
  • Otra vez fueron derrotadas las maquinarias. Si, otra vez. Ya habían sido vencidas en 1998, cuando Pastrana le ganó a Serpa, en el 82 cuando Belisario derrotó a López y en el 70 cuando Rojas Pinilla habría triunfado sobre Misael Pastrana. Aunque me cuentan que las maquinarias no fueron derrotadas, solamente que no fueron “aceitadas”. No hubo plata.
  • En la segunda vuelta se enfrentan las clases emergentes (Duque), con las clases populares (Petro). La “alta alcurnia” y la “Gran Prensa” serán simples espectadores en la contienda electoral.
  • La prensa que fue una de las causas de la debacle en el gobierno Samper, no pudo contener la del gobierno Santos. Fue derrotada, una vez más, por Alvaro Uribe Vélez. (Puede leer 20 AÑOS: LA MISMA CORRUPCIÓN, OTRA SOCIEDAD https://eligiopalacio.com/2018/05/11/20-anos-la-misma-corrupcion-otra-sociedad/)
  • No es tan claro que Duque sea el presidente. Los enemigos de Uribe son muchos y podrían ocasionar su derrota. La situación en Venezuela jugará un papel importante, en su posible victoria.
  • No es tan lejana la venezolanización de Colombia si Petro llega a la presidencia de la república, son conocidas sus afinidades con el gobierno del vecino país. (Ver LA VENEZOLANIZACIÓN DE LA ECONOMIA COLOMBIANA https://eligiopalacio.com/2015/05/27/la-venezolizacion-de-colombia/)
  • La situación en el Congreso no será fácil para el próximo presidente de Colombia. Si gana Petro tendrá a Duque y Uribe de contradictores constantes. Si gana Duque, tendrá a Petro en las mismas condiciones. ¿Y el resto? Bueno. el resto estará “pegado” al gobernante de turno, sumergido en la “mermelada”, como siempre.
  • Desde el próximo 7 de agosto una mujer en la vicepresidencia de la república. Buena noticia. Va siendo hora de que gobiernen el país. Ojala el presidente elegido permita su actuar en misiones importantes.
  • Llegarán cuatro años de confrontación continua que entorpecerán la ejecución de los proyectos del gobierno de turno. Ojalá la clase política madure y ejerza la sana crítica.
  • Duque, si resulta ganador, como creo, tendrá un gran reto para detener el avance de la izquierda colombiana, de la mano de Petro. Si Petro es el ganador, tendrá que hacer ingentes esfuerzos para no perder el poder. ¡Qué miedo! Si, otra vez Venezuela.

ANTES DEL FIN

Tres semanas complejas nos esperan en nuestra historia democrática. Mesura es lo que uno pediría y veracidad y ética en lo que se dice a través de las redes sociales y en los  medios de comunicación. Que gane el que Colombia decida.

GUERRA

GUERRA

Eligio Palacio Roldán

Diapositiva9

El viajero recorre la calle real. En este espacio cuántos encuentros y desencuentros se dieron, cuantas batallas se libraron, cuantos pactos se sellaron: Amor, odio y sangre recorrieron la calle, desde la iglesia hasta el río y desde el río hasta la iglesia, por cientos de años.

Muchos hombres y mujeres deambularon masticando su soledad, su desesperanza, su propia guerra.

Un día, una gran mujer, dejó tendidos en el piso a cuatro hombres que querían matar a su hermano. Les estrelló una y otra vez un taburete de madera en sus cabezas, hasta que en sus manos quedaron solo astillas. Su hermano le miraba entre sorprendido y orgulloso, las gentes le silbaban y aplaudían…

Detiene su camino y observa cada uno de los arabescos de la puerta y las ventanas de esta casa. Recuerda los días de la infancia cuando en los libros de don Gabriel estudiaba las guerras de Colombia: Guerra entre Centralistas y Federalistas (1812-1815), Guerra de los Supremos (1839-1841), Guerra civil de 1851, Guerra civil de 1854, Guerra civil de 1860-1862, Guerra civil de 1876-1877, Guerra civil de 1884-1885, Guerra civil de 1895,Guerra de los Mil Días (1899-1902)

Su padre había desaparecido en la Guerra de los Mil Días. Una imagen le trae el rostro de su madre a la memoria:

  • Tu papá está escondido en las cuevas de la Piedra. Odia las armas. No es capaz de matar a nadie, decía.

Nunca regresó.

El viajero ingresa a la casa y descubre en su interior una Biblioteca. El sol de medio día invade todos los espacios;  las margaritas amarillas del jardín y algunos lectores parecen rendirse ante la modorra del medio día. Observa algunas páginas, enmarcadas y protegidas con vidrios, de un periódico venido a menos, como todos los periódicos de esta época. Lee:

24 de marzo de 1916.

“A través de la prensa

El Diario nacional

Algunos escritores han mirado con recelo los crecientes armamentos  de Venezuela: Pero esta  decisión perfectamente legítima, no puede indicar que haya de ser contra Colombia…”

21 de enero de 1962

“Nosotros hacemos hoy una política grande, por encima de los hombres. Nosotros no podemos salir a decir: quiero la paz, quiero el progreso, quiero la tranquilidad, mientras profesemos sinceramente los postulados que van sacando del caos al país”

24 de mayo de 1982

“Galán no solo reafirmó su voluntad de triunfo, sino  que hizo un nuevo ataque a sus contendores, Alfonso López Michelsen  y Belisario Betancur, y al presidente Julio Cesar Turbay Ayala.

Insistió en que los tres son responsables del fracaso  de las gestiones de paz que adelantó el ex Presidente Carlos Lleras Restrepo…”

28 de septiembre de 2001

“Anoche, el presidente Pastrana destacó el trabajo de los Notables y dijo que quedan sobre la mesa un conjunto de recomendaciones que abren nuevas posibilidades al proceso de paz.   Advirtió, sin embargo, que el camino por recorrer no es corto.”

04 de septiembre de 2012

“A raíz del anuncio hecho por el Presidente Santos de darle una nueva oportunidad a un eventual proceso de paz, se han empezado a escuchar diversas opiniones que van desde un moderado optimismo hasta el más recalcitrante pesimismo.”

El viajero palidece, las culpas lo atormentan. El no ha hecho nada por acabar esta guerra infinita; es más, ha participado de ella con su apatía. Con su ausencia.

Las risas de los estudiantes que se dirigen al colegio lo traen al presente, de donde escapa nuevamente.

JORGE FORCADAS FELIU – EL DOCTOR “CORCHADAS”

JORGE FORCADAS FELIU – EL DOCTOR “CORCHADAS”

Eligio Palacio Roldán

A veces, sin saber por qué, llegan los recuerdos.

FORCADAS DOS

Jorge Forcadas Feliu

Pasados los años invité a mi compañera de todos los tiempos, Rosario Vega, a visitar al profesor Forcadas en su casa ubicada en el barrio Simón Bolivar, en Medellin.

Un joven moreno, con los mismos excelentes modales del maestro y algunos rasgos de sus ademanes y de su voz, nos invitó a pasar: La misma decoración, las mismas sillas y muebles y una ausencia, la de él. Había muerto desde el año 2011.

Difíciles fueron sus últimos años por la enfermedad, dijo una vecina. La cruel realidad de la existencia.

Una sonrisa burlona iluminaba su rostro en medio de bocanadas de humo que brotaban de su inseparable pipa. Hablaba de que para conciliar el sueño diseñaba acertijos que les impidiera a sus alumnos superar el “quiz” de cada día. Inspiraba una mezcla de admiración por sus conocimientos, terror por sus evaluaciones y respeto por su presencia.

El Profesor Forcadas, llamado “Doctor Corchadas” por nosotros, sus alumnos, había llegado de España, en la década del 60,  por invitación del Ministro de Trabajo y Seguridad Social, del presidente Guillermo León Valencia, Belisario Betancur, con quien nunca logró entrevistarse. A su llegada, ya había sido relevado del cargo.

Llegó para quedarse, “había quemado los barcos y ya no tenía sentido el regreso”, decía. Fue entonces cuando creó los programas de Ingeniería Industrial en la Fundación Universidad América de Bogotá en 1963 y en la Universidad Industrial de Santander en 1965. En el año 1967 la crea en la Facultad de Minas en la Universidad Nacional de Colombia, en Medellín. Ya se había destacado, siendo la primera persona en ocuparse de manera sistemática del control de calidad, en el país,  dictando un seminario sobre el tema, en Fasecolda, a su llegada. También fue el primero en introducir en Colombia el concepto de ergonomía.

Ya lo había relatado en GERENCIA DEL TALENTO HUMANO (https://eligiopalacio.com/2016/07/13/talento-humano/): Alguna vez, hace muchos años, inquieto sobre mi desconocimiento sobre la teoría de la Calidad Total, le indagué sobre el tema: “La Calidad Total, es otra teoría más, el secreto está en hacer las cosas bien desde el principio. No hay otro”. Dijo. Y eso hacía en su trabajo, con su ejemplo.

Exigente como ninguno, en la búsqueda de la perfección, era muy difícil ganarle las materias. Vi dos con él: Ergonomía y Procesos de la Confección. Sus clases eran una delicia; tanto que a las doce del mediodía, hora en que le gustaba dictarlas, era imposible dormirse, a pesar de la modorra y las ganas de almorzar de esas horas.

Más que conocimientos, que fueron muchos los adquiridos, lo que me enseño el doctor Forcadas fue el lograr el objetivo de manera creativa; ganarle un quiz, su única manera de evaluar, era casi un imposible. Mientras él conciliaba su sueño creando difíciles preguntas, yo me desvelaba tratando de predecir el acertijo que nos pondría al día siguiente y que no decir a la hora del examen: Era un verdadero reto descifrar sus preguntas y lograrlo, el mejor premio que pudiese recibir un estudiante.  Una calificación de tres era el equivalente a un cinco admirado en otra materia. A lo sumo se le ganaba con algo más de esa nota. (En la educación superior en Colombia la nota máxima es cinco y la mínima uno)

Lo vi entristecer por la muerte temprana de su esposa y alegrase con la llegada de nuevos seres a su vida: La empleada de la casa, quien lo cuidó hasta sus últimos días, y el hijo de ella; el joven moreno que nos recibió aquella tarde. Sus hijos habían marchado a España. Otra lección de vida: Ninguna discriminación hacia personas de raza o posición social diferentes a las suyas. No en vano pasó la mayor parte de su vida en Colombia,

ANTES DEL FIN

Así gané la cátedra Procesos de la Confección.

Alarmado por que ninguno de los 14 estudiantes íbamos a ganar la materia, el doctor Forcadas, un día nos dijo: “El que me diga cuál es el origen de la palabra nylon le cambio un uno por un cinco”. Obvio ninguno tenía un cinco y todos teníamos muchos unos.

En compañía de Rosario deduje que la respuesta no estaba en la biblioteca de la Escuela de Minas. Desempolvamos todos los libros posibles en la Biblioteca Pública Piloto, y nada. Entonces llamamos a las empresas productoras de fibras textiles Enka y Celanese y en una de ellas, no recuerdo cual, nos dieron la respuesta “Now You Loose Old Nippon”, Ahora usted deja el viejo Japón, en referencia al cambio de la seda proveniente de China, dominada en ese entonces por Japón por la nueva fibra. ¡Nos ganamos el 5¡, la anulación del uno y la espectacular nota final de 3.4.

Corrieron rumores que ese no era el significado y que el 5 no llegaría. Preocupados hablamos con el doctor Forcadas quien nos reafirmó su promesa e indicó que había un nuevo cinco para quien le diera la versión del nombre que él tenía. En confidencia nos dijo que estaba en una revista española llamada Costura 3. Llamamos a nuestro informante y nos dio la otra versión: El nombre correspondería a las iniciales de las esposas de sus creadores. Posteriormente la revista nos felicitó por el sentido investigativo y afirmó que ninguna de las versiones era cierta, que el nombre era simplemente una designación comercial.

Obvio, por esos días no existía el internet y mucho menos Google.

«Normalmente cuando una persona le pregunta a alguien algo con motivo de probarle su conocimiento, su capacidad de pensar o de razonar, queriendo a la vez demostrar su habilidad sobre esta otra, entonces al momento que la persona no sea capaz de responder la pregunta que se le hace, la persona ha sido corchada por el que le probó.»  (https://forum.wordreference.com/threads/corchar-%C2%A1te-corch%C3%A9.1033681/?hl=es)

Gratos recuerdos del doctor Forcadas, un verdadero Maestro.

LA PRIORIDAD DEL OTRO DESENCANTO

LA PRIORIDAD DEL OTRO DESENCANTO

Eligio Palacio Roldán

¿Le importará a miles de colombianos, en la pobreza absoluta y sin posibilidades de salir de ella, la imagen del presidente?

Hacía referencia, Tatiana Acevedo, en una estupenda columna publicada en El Espectador, (La prioridad del desencanto – http://www.elespectador.com/opinion/prioridad-del-desencanto),  a la frustración de los colombianos con los diálogos de paz entre el gobierno y las Farc, desde los tiempos de Belisario Betancur, en la década del ochenta, del siglo pasado. Y retomaba la columnista,  a su vez, un escrito de Gabriel García Márquez, sobre el proceso de paz del expresidente antioqueño, en el que afirmó que la opinión pública “se dejó vencer por el tedio, y la prioridad de la paz fue sustituida por la prioridad del desencanto”.

Retomando las palabras de nuestro único Nobel, traídas a cuento por Tatiana Acevedo, debo manifestar que el desencanto no es solo en relación con los diálogos de paz con las Farc, al fin y al cabo esta paz es solo para los viejitos (https://eligiopalacio.com/2015/09/29/la-paz-de-los-viejitos/). El desencanto es con el país, con la falta de oportunidades, con la pobreza, con el no futuro, con la misma vida de millones de colombianos sin posibilidades para superar la crisis que los ahoga, que los sacrifica, que los asesina -en medio de una guerra por el monopolio de la producción y la comercialización de las drogas ilícitas, del cobro de vacunas- o simplemente los mata de hambre. (Ver ¿LEGALIZAR QUÉ…? https://eligiopalacio.com/2016/04/28/6602/)

El viernes de la semana pasada visité “La Curva del Diablo”, aquella macabra curva entre los barrios Moravia y Palermo, en Medellín, a la que los habitantes de la zona han tratado de cambiarle el nombre por el de “La Curva de la Virgen”, infructuosamente. Allí, a pocos metros de donde se construye el imponente Puente de la Madre Laura, estuve de frente ante la pobreza. Fue tanto el impacto que no pude describir lo sucedido, solo atiné a correr a comprar un dulce y llevarme el recuerdo de la sonrisa de unos niños felizmente sorprendidos (LOS NIÑOS DE LA CIUDAD MÁS INNOVADORA https://eligiopalacio.com/2016/04/29/los-ninos-de-la-ciudad-mas-innovadora/)

Y el lunes la miseria de Caucasia, y el martes la de El Bagre, y el miércoles la de Cáceres. Y las calles sin asfalto, y los ranchos sin las mínimas condiciones sanitarias y los adultos cual ratas hambrientas tras un mendrugo de pan para sus hijos. Y los niños… allí, en medio del abandono, con la alegría de los primeros días, soñando con un futuro de fantasía que, de seguro, no llegará jamás.

Y las fronteras visibles (¿Quien dijo que eran invisibles?. Todo el mundo las conoce), y la “vacuna” obligatoria y el silencio absoluto: “Para sobrevivir aquí no se puede ver, no se puede escuchar, solo callar.  Tampoco sentir, te enloqueces si sientes. Y… uno se acostumbra.”

“Antes cientos de personas iban a las minas y del sobrante tomaban gramitos de oro para el sostenimiento de sus familias. Ahora no se puede, las multinacionales acordonaron los predios y no nos dejan ingresar… ya no hay de que vivir. Y la minería se volvió ilegal.”

Hoy una nueva encuesta, de la firma Gallup, mide la gestión de Juan Manuel Santos: la favorabilidad escasamente llega al 21%. ¿Le importará a miles de colombianos, en la pobreza absoluta y sin posibilidades de salir de ella, la imagen del presidente?

A los colombianos no los invade la prioridad del desencanto por los diálogos de paz. Los habita la prioridad del desencanto por el abandono de un Estado que parece preocuparle todo menos el hambre, el desarraigo y la falta de protección física y sicológica en medio de los cuales tratan de subsistir.

ANTES DEL FIN

Hermosa región la del Bajo Cauca Antioqueño, imponentes sus fértiles llanuras cada vez más diezmadas por la minería, hermoso el ganado vacuno que puebla las haciendas, los árboles de mango con sus frutos amarillos en el piso, a disposición del caminante. Entonces, ¿por qué la miseria?

 

LA RADIO – 6AM – HOYxHOY

LA RADIO – 6AM – HOYxHOY
Eligio Palacio Roldán

En un análisis sobre la radio, publicado en 2013 (http://wp.me/p2LJK4-wj)  afirmaba que de los informativos radiales el de mayor y mejor evolución era el original, 6:00 AM-9:00 AM, afirmaba esto pensando en que este programa se reinventa en sus secciones, en sus profesionales del micrófono, en su puesta en escena, en su producción; sigo pensando lo mismo, pero, muchas veces me pregunto si lo que se ve, cuando se analiza lo que se escucha, en este programa, contribuye a la salud mental y al supuesto anhelo de paz de los colombianos, que invoca permanentemente su director.

Estoy seguro que la objetividad no existe y no pretendo encontrarla en ningún medio de comunicación, desde luego; la realidad del ser humano está permeada por la forma en que la información llega a sus sentidos y como sus neuronas la procesan pero también de la intención del emisor del mensaje.

En la radio, la intencionalidad del mensaje se descubre en la palabra que se dice, en la forma de expresarla y en los sonidos que la acompañan.

Desde sus inicios, 6:00 AM-9:00 AM,  a finales de la década del setenta, se ha distinguido por la manipulación del mensaje; aún recuerdo la campaña de Yamid Amat y su equipo periodístico contra el candidato Belisario Betancur; estaban tan seguros del triunfo de su candidato, Alfonso López MIchelsen, que organizaron las 100 Horas Caracol iniciando una emisión especial  el viernes, víspera de elecciones, para concluirla  el lunes con la celebración de la victoria; fue tanta la frustración del periodista que no se pudo llegar sino hasta  algo más de las 70 horas continuas de transmisión. Después, Belisario tuvo que soportar una oposición despiadada por cuatro años.

Pero si en los tiempos de Yamid llovía, en los de Arismendi cae granizo… Desastrosas las épocas de oposición frente a Pastrana y frente a Uribe, en especial en su segundo mandato, y patéticas sus lambonerías con Samper y Santos; tanto que a pesar de mi amor por Caracol,  grabado en el inconsciente desde la infancia, tengo que recurrir a otro método para despertarme, en la mañanas, al tradicional saludo del conductor del espacio periodístico; y cuando me arriesgo y lo escucho, siento tanta pena ajena al oir sus sandeces, cuando aún estoy en la cama, que me cubro la cara con la sábana, con la esperanza de que nadie se dé cuenta que sintonizo el programa, y eso que la mayor parte del tiempo estoy solo.

Arismendi se hace acompañar de un  buen periodista, que le hace la segunda y eco a sus  apreciaciones, puede ser Carlos Ruiz, Edgar Artunduaga o Gustavo Gómez Córdoba, a tal punto, que uno no sabe si esos profesionales, aparentemente serios, bien informados y ecuánimes, siguen instrucciones sumisamente o comparten las apreciaciones desmedidas y a veces ilógicas del director del programa.

Y como si lo tendencioso del programa fuera poco, sus protagonistas, o sus libretistas o sus productores, vaya a saberse quien, incluyen con bastante frecuencia comentarios morbosos y fuera de tono que los acercan, cada vez más, a La Hora de los Adoloridos, de la antigua Radio Paisa, de Medellín, tratando de ganarle audiencia al resto de la pobre radio colombiana.

Es tan evidente lo tendencioso de la información en 6:00 AM – HOYxHOY que, en muchas oportunidades, se le escucha renegar  contra Darío Arismendi a un conductor de bus o a alguno de sus pasajeros, y no hay nadie que lo defienda.

ANTES DEL FIN

¿Qué aportaría el Grupo Español, PRISA, a 6:00 AM-9:00 AM. aparte del predecible apellido HOYxHOY?.

Ya es hora que, en la radio, se diferencia entre información y opinión.

LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA CORRUPCIÓN

LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA CORRUPCIÓN

Eligio Palacio Roldán

Sobre mi indignación por la corrupción, un familiar me decía: “Eso es lo normal. ¿En qué mundo vive usted? A todo el mundo le dan porcentajes”. Y si, así era.

Desde hace un año quería escribir sobre la elección popular de alcaldes, pero me inhibía el confrontar, en público, las razones que me alejaron de la actividad política, para siempre. No obstante, hay que vencer los miedos y poner un grano de arena en una discusión que Colombia, también,  aplaza cobardemente.

El pasado 13 de marzo se cumplieron los primeros 25 años de la elección popular de alcaldes. La iniciativa había surgido en el gobierno de Belisario Betancur, como corolario de los diálogos de su gobierno con las FARC y pretendía la descentralización administrativa y la disminución de la corrupción. El primer objetivo se cumplió parcialmente y el segundo se fue modificando a pasos acelerados: El flagelo dejó de ser un privilegio de las élites  y llegó,  como modo de subsistencia o de enriquecimiento fácil, a todas las clases sociales.

Antes de la elección popular de alcaldes, estos eran nombrados por el gobernador y eran otra pieza de la burocracia nacional; su nominación dependía de los directorios políticos. Con la elección popular llegaron nuevos jugadores: los empresarios tradicionales que requerían gobiernos que les permitiera exenciones de impuestos y facilidades para generar “la confianza inversionista”; la delincuencia organizada que demandaba libre movilización y generación de ingresos ilícitos; y una nueva clase emergente, “Los contratistas” que generarían riqueza a través de la tercerización de procesos y/o obras públicas.

Entonces, los sueños y los ideales de algunos ilusos se vieron desbordados por la avaricia de otros. Las campañas se fueron encareciendo y el dinero, bien y mal habido, pero con propósitos utilitarios, recorrió la geografía nacional; y los pobladores, comunes y corrientes, vieron la oportunidad de tener dinero sin trabajar. Primero en la Costa Atlántica, y luego en todo el país, se institucionalizó la compra y venta de votos, la manipulación de las campañas y de los candidatos y los cobros por ventanilla a los alcaldes.

Si a este panorama se le suman los pocos requisitos para acceder a una elección popular, el panorama se vuelve desolador: muchas alcaldías han sido asumidas por personas que escasamente saben leer y/o escribir.

Hace algunos años, comentaba una alcaldesa del norte antioqueño, que pretendía ser decente, y creo lo fue, a pesar de sus colaboradores; que a ella el salario no le alcanzaba, dada la cantidad de dinero que tenía que entregar a los habitantes del municipio, para satisfacer sus más mínimas necesidades. Hasta lo amenazan a uno, decía. En otro pueblo de la zona, el alcalde se escapaba por una puerta en un costado de su oficina, para evitar ser acorralado por las gentes solicitando ayudas.

¿Cómo subsiste un alcalde a estas cuantiosas presiones mínimas, dado su nivel salarial? ¿Cómo responde a quienes financiaron su candidatura con dineros lícitos e ilícitos? ¿Por qué la ambición reeleccionista de los mandatarios locales, dados los bajos salarios y la multitud de problemas? ¿A cambio de qué los publicistas, periodistas y artistas financian la publicidad de las campañas?

Buscando en internet, como documentarme para esta columna, no encontré una sola publicación que no se refiriera al incremento de la corrupción, con la elección popular de alcaldes; sin embargo, las cifras sobre investigaciones y condenas son pocas, incluso en las entidades de control.  Pero, ¿para qué hablar de cifras cuando las comunidades conviven y apoyan la corrupción? Me atrevería a decir que la mayoría de denuncias ante los entes de control obedecen a que “la marrana” no alcanzó para todos o a que no fue distribuida, como decía el ex presidente Turbay, “en sus justas proporciones”.

Y entonces, se vuelven lógicas expresiones como CVY (Cómo Voy Yo);  o apodos como LUIS XV, por el 15% que decían cobraba de comisión un popular alcalde, de una de las principales ciudades del país.

No comparto la mayoría de las opiniones del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado; pero tiene toda la razón cuando afirma que “Hay una deslegitimación de nuestro sistema originado por la corrupción” y que “Con las altas cuotas de corrupción, menos hospitales, menos carreteras, menos servicios públicos” “(…) se nos dice cómo los altos costos de las campañas electorales permiten que se compren los alcaldes, y que comprando los alcaldes lo que se está comprando es el presupuesto y la actividad contractual subsiguiente, y que esa cooptación es otro escalón para la cooptación de nuestro sistema jurídico y político”.

ANTES DEL FIN

Sobre mi indignación por la corrupción, un familiar me decía: “Eso es lo normal. ¿En qué mundo vive usted? A todo el mundo le dan porcentajes”. Y si, así es.

Un sábado, en un pequeño pueblo, un dirigente se preocupaba por la corrupción en el Congreso. Le dije: Preocupa mucho la corrupción del estado, pero nos debiera preocupar más la nuestra. Aquí los dirigentes se pelean por un almuerzo gratis, por la invitación a capacitaciones, con paseo incluido, que nunca se revierten en los asociados de las cooperativas y/o las comunidades, por préstamos en mejores condiciones que los demás; entonces ¿por qué no tratamos de combatir nuestra propia corrupción?

Construyendo una vivienda tuve que padecer la impotencia ante la corrupción de los maestros de obra. Eso es así, me dijeron.

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