Además del rechazo al gobierno Santos y a los diálogos de éste con las Farc, el ex mandatario Uribe tiene un nuevo punto en común con el expresidente Pastrana*, el matoneo por gran parte de la clase política colombiana y de los medios de comunicación que, como siempre, resultan “muy” identificados con el gobierno de turno.
Ganó Santos y mientras todos trataban de unirse a su victoria, como lo hacen los lagartos al árbol que mejor cobijo les brinde, el expresidente Uribe afirmaba que la campaña de Santos “forzó a gobernadores y alcaldes a intervenir ilegalmente en la campaña en favor del presidente candidato…
Hubo compra de votos, violación de la ley de garantías, propaganda ilegal con dineros del Estado y propaganda ilegal con personajes que cumplen funciones públicas…
Se dio presión violenta de grupos terroristas sobre los electores para que votaran por el presidente candidato”
Colombia necesita un sistema democrático diferente que sea garante de transparencia y que evite los abusos como los cometidos por el Gobierno Santos.
Debemos levantarnos en contra de la pedagogía del miedo convertida en política que pretende que la compra de votos sea institución nacional…”
Esa misma noche, los medios radiales y televisivos, y el lunes los impresos, descalificaron las palabras del expresidente afirmando que lo movía el odio y su ánimo vengativo; y todos, olímpicamente, olvidaron que el expresidente no denuncia nada nuevo; denuncia una triste y cruel realidad de Colombia: nuestra pobre democracia se sostiene a punta de compra de votos, de compraventa de contratos, de auxilios económicos, de la amenaza de los grupos armados y de los narcotraficantes… y de eso, si sabe el expresidente.
Ahora, descalificar a Uribe porque usó los mismos métodos, que Santos, para hacerse elegir es un exabrupto. El expresidente tiene el deber y, diría yo, la obligación de resarcirse con Colombia y los colombianos por los malos pasos de sus ocho años de gobierno; tiene la obligación de luchar contra la corrupción, que propició, avaló o dejó pasar en sus sucesivos mandatos. Lo primero que tiene que hacer, desde ya, es promover en el Centro Democrático una iniciativa para eliminar la reelección y no aprobar la extensión de ningún mandato, ¿para qué más tiempo? ¿Para qué dilatar los proyectos? ¿Para qué frustrar generaciones de dirigentes exitosos?; cuatro años han sido suficientes para buenos gobernantes y demasiados para los malos.
Yo quiero creer en Uribe, en que aprovechará esta segunda oportunidad (http://wp.me/p2LJK4-H4) y por eso no estoy de acuerdo con el matoneo que se ejerce sobre él; el de la clase política es entendible precisamente porque se siente amenazada, son siglos de convivencia con la corrupción, pero el de los medios de comunicación no tiene ninguna razón de ser; estos deberían atender sus denuncias, es más, deberían hacerlas ellos mismos. Nuestros medios de comunicación, han sido testigos y cómplices, en algunas ocasiones, de la corrupción de nuestro país, en especial, a la hora de las contiendas electorales.
Uribe y Pastrana merecen ser escuchados por los medios de comunicación, como obsecuentemente lo hacen con Samper; siendo muy equivocados sus conceptos, tienen mucho más de ético, en su origen, que los del expresidente del elefante y por ese solo hecho, no es justo el matoneo que se ejerce sobre ellos.
ANTES DE TERMINAR
No puede ser jocosa, ni folclórica y mucho menos motivo de chanza, de los comentaristas radiales y de los generadores de opinión, la compra de votos en la Costa Atlántica, mal que se extiende por todo el país; ese hecho hay que denunciarlo, condenarlo y reprocharlo; solo así, algún día, tendremos unas elecciones libres.
*MATONEO CONTRA ANDRES PASTRANA http://wp.me/p2LJK4-mE